POMELO FEST 2013: HAVALINA

Se define el pomelo como un árbol de la familia de las rutáceas, cultivado por su fruta, que recibe el nombre de pomelo, toronja o pomelo rosado. Un híbrido, probablemente, producido de manera espontánea entre la pampelmusa y la naranja dulce. Un hibrido, o sea, una unión formada por elementos de distinta naturaleza. Y no podría tener mejor sentido el nombre de Pomelo Fest. Un festival que cada año va ganando más adeptos con una apuesta arriesgada, muy alejada de la uniformidad de estilos. Pero visto lo visto, el público disfruta con esa variedad sónica que acapara bandas conocidas y consolidadas (cada una en su campo), y nuevas promesas. Todo un aliciente para muchos de sus asistentes. Obviamente, The Metal Circus asistió al festival para saborear los sonidos más duros de forma general, y asistir al concierto de HAVALINA de forma particular. También LA PARADE y SANTA RITA se encontraban entre nuestros gustos, pero por diversos motivos nos fue imposible asistir a la segunda jornada del festival. Una lástima. Porque el buen ambiente del primer día nos dejaba con ganas de más.

Además de las actuaciones repartidas en dos escenarios (el bar Duende de Copas, y la Sala Louie Loiue, ambas en pleno Puerto Deportivo), la organización preparó varias actividades paralelas: paseos en velero, un partido de básquet, y más actuaciones de forma gratuita. Lamentablemente, debido a esas lluvias veraniegas que llegan cuando menos se les espera, algunas de ellas se tuvieron que suspender. Pero desde aquí les brindamos un aplauso a sus organizadores por intentar ofrecer siempre algo distinto.

La banda que daba el pistoletazo de salida eran MIMOS EN LA RADIO, de Algeciras. Y lo hacían en el bar de Duende de Copas. Poco a poco, la gente se fue sumando a su propuesta. Fueron desgranando su pop-rock de calidad con tintes progresivos más que atrayentes, que sirvieron de banda sonora de este inicio de festival. Los portugueses NICE WEATHER FOR THE DUCKS fueron los siguientes en aparecer. Uno de los reclamos de la jornada: por su juventud, por ser la única banda internacional del festival, y por las buenas críticas de sus actuaciones en el pasado Monkey Week. La verdad es que su estilo musical es un maremágnum de influencias, que va desde la música folclórica (¿brasileña?¿portuguesa?), hasta dejes progresivos a los THE MARS VOLTA. Pero si le preguntan a otra persona, con toda seguridad, la lista de bandas que pueden servir para dar referencias, sea distinta por completo. Lo que no se puede decir es que el quinteto dejara indiferente a nadie presentando su disco “Quack!”, y consiguió que todos los presentes participaran en sus ritmos bailables.

Y nos tuvimos que desplazar unos cuantos metros para continuar con las actuaciones. NEGROAZULADO eran los encargados de estrenar el escenario de la Sala Louie Louie dentro del marco de este festival, y aunque a priori los vendieron como “pop elegante, con mucha clase y con ramalazos de guitarras espaciales y bases rítmicas precisas”, la verdad es que sorprendieron más de lo que se llegase a pensar. Sus bases eran crudas y esos cambios de intensidad les hacían ganar bastantes enteros en directo. El problema surgió por parte del sonido, que no nos dejó disfrutar con total nitidez de sus melodías y sus grandes letras. Pero si ellos arrastraron el lastre sónico, más los sufrieron DISCO LAS PALMERAS! a la hora de interpretar su noise rock. Simplemente, ininteligible. Y a un volumen tan atronador que tras varios temas, llegaron al punto de resultar molestos. Una pena que no pudieran exhibir sus bondades bajo estas condiciones.

Pasada las 2 y media de la madrugada, todo era expectación ante la banda más esperada de la jornada, y me atrevería a decir del festival. HAVALINA son viejos amigos del Pomelo Fest, y como ellos mismos anunciaron, tocar en Estepona, era como tocar en casa. Es sorprendente el directo que tiene el trío madrileño. Todo es fuerza, poderío y aspereza rebosada al natural. Y sin mucha demora, y con su inigualable contundencia, comenzaron con “Norte” y siguieron volándonos la cabeza con “Viernes”. Esa base rítmica y esos riffs crudos de guitarras siguieron marcando el trayecto al ritmo de “Sueños de Esquimal” y “Tu Ciudad”. Dos ejemplos más de que el sonido en vivo de la banda parece que cuenta con grandes dosis de esteroides.

Esos vaivenes a su discografía siguieron con “Imperfección” y “La Antártida empieza aquí”, pero es que la intensidad la mantenían en altos vuelos con “Viaje Al Sol” y “¿Dónde Irán?”. Ésta última, única referencia de su disco debut “Junio”. El ambiente era propicio para bajar las revoluciones y deleitarnos con una interpretación de “Sórdido” de forma soberbia. Manuel Cabezalí destripó cada letra y cada punteado (sobre todo al final) como si la vida le fuera en ello, consiguiendo uno de los momentos mágicos de la noche. Con “Compañía Felina” iniciaron otro alzamiento de fuerza que fueron controlando con “Objetos Personales” y “Animal Dormido, Animal Despierto”. Y antes de retirarse para dar paso a los bises, otro golpe de efecto rotundo con “Desierto”. Pero el público quería más; mucho más, y volvieron.

“Música para peces” nos mostró la versatilidad de la banda sin perder un ápice de energía. Para retamar otro concierto inolvidable, HAVALINA preparaba el escenario y “exteriores” para “Incursiones”, ese tema que casi siempre usan para cerrar y en el que terminan tocando una extensa jam entre el público, para hacerlos más partícipes si cabe de su directo. Faltaba su bajista Ignacia Celma por causas mayores, pero su sustituto estuvo muy a la altura de las circunstancias. HAVALINA volvieron a demostrar (y ya van unas cuentas veces) que gozan de uno de los directos más potentes y rotundos de la escena estatal.

El próximo año, si nada lo impide, volveremos al Pomelo Fest. Seguro que incluirán bastantes bandas atractivas en su cartelera, varias actividades y sobre todo, gozaremos de un buen ambiente. Van paso a paso, pero son firmes y seguros.