Con muy poca gente se encontró el ex voceras de Maiden a su paso por las ciudades
españolas, y Barcelona no fue la excepción. Apenas 160 almas en una sala para
más de un millar es un bagaje notablemente escaso. Obviamente, la propuesta
de PAUL DI’ANNO es demasiado concreta como para atraer a un gran público: cantante
de IRON MAIDEN antes de que éstos saltaran al estrellato hace más de veinte
años que no ha tenido ningún tipo de éxito con su posterior carrera en solitario.
Por lo tanto, el grueso del público no podría más que estar formado por nostálgicos,
incondicionales de la doncella y curiosos. A pesar de ello, y partiendo del
punto de que hoy por hoy la popularidad de la banda de Harris está por las nubes,
me esperaba una afluencia de público, si no notable, algo mayor.

La velada la abrían con bastante retraso los catalanes SARGON, que venían a
presentarnos su recién editado “Transcriptions”. La primera en saltar a escena
fue la bailarina Erika para deleitarnos con su sensual danza del vientre e introducir
a la banda sobre una base de notas arábigas. También haría acto de presencia
en diversas partes del show para enfatizar escénicamente esas influencias de
oriente medio que caracterizan a los de Santa Eulàlia de Ronçana. Con una buena
presencia en escena comandada por su cantante y guitarrista Oriol Nieto SARGON
se encargaron de dejarnos bien claro que tienen todo un señor disco que presentar,
fruto de la madurez resultante de todo el ocaso de sudor y lágrimas que me consta
han tenido que sufrir para llegar hasta donde están. La energía canalizada por
las guitarras de Oriol y Carles se vio retroalimentada por la fuerza de composiciones
tales como las enérgicas “In The Sand” o “Perfect”. Si bien la voz de Oriol
quedó algo ofuscada en algunos momentos en la mezcla final, lo que llegó a nuestros
oídos fue lo suficientemente claro como para que pudiéramos disfrutar de una
actuación de lo más destacable, que contó incluso con un bis y que incluyó en
su repertorio una más que decente versión del “Battery” de METALLICA que provocó
que los congregados en las primeras filas cabecearan sin pudor.

Tras la pertinente espera y con “The Ides of March” anunciándonos la salida
de Paul y sus chicos sonaría “Wrathchild” para deleite de todos los fans de
la primera etapa de la doncella, pues no había mejor forma de empezar. La verdad
es que entre el reciente tour de IRON MAIDEN rememorando los primeros tiempos
de la banda y la gira de PAUL DI’ANNO nos hemos pegado en poco tiempo un pequeño
gustazo todos aquellos que echábamos de menos escuchar un puñado de viejas canciones
que hacía tiempo que no veíamos ejecutadas desde arriba de un escenario. Desde
el principio ya pudimos apreciar algunas detalles, como que la presencia del
bajo del tal Tim Carter iba a ser lo suficientemente destacada como para no
traicionar al espíritu original de los temas o que el estado físico de Paul
ha mejorado algo en estos últimos años, aunque no por ello sea haya convertido
en todo un atleta ni nada por el estilo. Eso sí, buen rollo no le falta, pues
desde el principio quedaron claras sus ganas de agradar a la concurrencia, animando
y moviéndose en la medida de lo posible, así como jugueteando con sus compañeros,
detalles que lógicamente hicieron la velada más entretenida si cabe. El sonido
fue correcto, aunque no espectacular. Lo que sí fue espectacular en cambio fueron
las voces guturales con las que nos sorprendió Paul en la última vuelta de la
genial “Murders in the Rue Morgue”, presumiblemente a cosa hecha, en una onda
David Vincent de MORBID ANGEL.

Una constante que se iría dando a lo largo de todo el show y que es de agradecer
es la gran movilidad de los músicos que acompañan a Paul en el directo, que
no pararon de moverse, gesticular e intercambiar posiciones durante todo el
show al más puro estilo de los clásicos IRON MAIDEN, por mucho que sobre las
tablas no hubiera ni una sola melena.

También hubo tiempo para lo que nadie había venido a escuchar, pero ya que
no se nos presenta a PAUL DI’ANNO como un grupo de versiones de Maiden habrá
que justificar el por qué. Por ello cayeron “Marshal Lockjaw”, “Impaler”, “Faith
Healer” “The Beast Arises” y “Children of the Revolution”, pertenecientes a
la etapa del cantante con los KILLERS. Cuando alguien desde el público le gritó
que tocara temas de Maiden el voceras le espetó “Este no es un jodido show de
IRON MAIDEN, este es MI show. Por lo tanto ahora tocaremos una canción de las
SPICE GIRLS”, siempre con un tono sarcástico y para nada enojado, pues este
señor tonto no es y sabe de sobras por qué está allí arriba y por qué el público
ha pagado la entrada.

Se nos erizó el vello al volver a escuchar “Remember Tomorrow” y es que para
canciones así no parece que hayan pasado décadas. Lo que importa, su magia,
continúa intacta, imposible de alienar. Hubo tiempo para un solo de batería
tras el cual caerían otras canciones angulares como bien pueden ser “Killers”
(cuyo inicio adoleció claramente de la tensión que insufla la original) o “Phantom
of the Opera”, en las que quedó claro que si bien Paul controla lo suficiente
los tonos bajos y los más altos (tal y como demostró en más de un chillido sin
necesidad de sacar el falsete), falla de forma algo estrepitosa en los tonos
medios y sobretodo medio/altos, en los que o bien ha de bajar alguna octava
las líneas vocales de las canciones originales o bien ha de aprovechar para
poner el micro al público y/o verbalizarnos alguna que otra provocación para
que movamos nuestros cuerpecitos allá abajo. Aunque esta no es ninguna sorpresa,
sabíamos de sobra que el estado de su voz ya hace un buen puñado de años que
dista de ser el deseado, por lo cual muchos nos centramos en disfrutar del momento
y de las canciones más allá de intentar escandalizarnos.

De la doncella cayeron en la recta final del show la instrumental “Transylvania”,
  “Running Free” y “Sanctuary” (que fue la que finiquitó la actuación). Mención
a parte merece la versión de los RAMONES “Hey, Ho, Let’s Go”, que vino a explicitar
esa influencia en cierta parte “punk” que desprenden los primeros discos de
IRON MAIDEN y que además fue plasmada sobre el escenario por parte de los músicos,
con el guitarrista demostrándonos que domina el escupitajo hacia atrás y Paul
poniéndonos cara de chico malo, haciéndonos ver que lo suyo es hacer el papel
de niñato rebelde por mucho que lleve ya una cantidad de años considerable a
sus espaldas.

No fue una velada mágica, pero no pocos supieron recrearse en el pasado, gozar
con las canciones y disfrutar sin manías durante un rato del genuino heavy metal
de una de las bandas más grandes que parió el jodido planeta tierra. Eso sí,
dudo que Paul vuelva a pasarse por España en los próximos 5 años dadas las bajas
citas de asistencia a sus directos. No sé si le será rentable, pero por lo menos
amortizó el trago en clave de fiesta, ya que al buen hombre se le vio pasárselo
de miedo allí arriba.

Texto y Fotos: Penumbra

Datos:Razzmatazz 2
Barcelona
Público: 160 personas
Promotor: Killerfox

Día:30/10/2005

Puntuación:6