PATTI SMITH

En medio de un atardecer  casi perfecto  y alojados en uno de los máximos recintos culturales de la humanidad, la casa Diego Rivera,  la gran concurrencia azteca, se posaba en espera para ver a una de las  divas que el género Punk gesto en la ciudad de Detroit,  si me refiero a la gran y culta  canta-autor  Patti Smith, que por  fin después de cuatro décadas  llegaba por vez primera  a la Ciudad de México  para ofrecer un concierto histórico, toda una mujer de 65 años y con una trayectoria  incalculable  se preparaba detrás del escenario  practicando yoga y  meditando previo al espectáculo.

La atmosfera comenzaba a subir de nivel y caíamos  envueltos  en las luces tenues que comenzaban a diluirse en un aire limpio y lúcido, la danza da inicio  y  sin tanto preámbulo la silueta de Patti  comenzaba apareciera detrás de las sombras  y con un grito expresivo, ¡Hola, Brothers and sisters!  y una  sonrisa relajante  comienzan a aparecer los primeros gritos de la concurrencia; como si los años no hubieran pasado jamás  arremetía duro con  el primer tema de la noche “ Dancing Barefoot”,  arranque bestial y memorable con la voz de   Patti que  como bálsamo en nuestros cuerpo y oídos se expandía y nos obligaba a vagar en su atmosfera musical.

La presencia artística fue  estupenda ya que la canta-autor  se hizo acompañar de una banda bastante bien equilibrada y que en  ningún momento parecía novata en las interpretaciones ya que ayudaron  bastante  para que todo lo que escucháramos  sonara fresco  y detonante,  los nombres de los integrantes de esta banda son:  Jack Petruzelli en la guitarra, Tony Shanahan en el bajo  y Dee Daugherty en la batería, todos ellos eran los causantes de que la noche fuera explosiva  y que la audiencia azteca se fundiera a los pies de  Patti Smith.

La historia se estaba escribiendo  dentro del Museo Anahuacalli, en presencia de un público selecto y bastante prendido quienes se preparaban para ser aniquilados con "Born to lose”  en donde el público comienza a interactuar con los músicos , “ People Have the Power",  con los puños en alto  el público recibe el tema y la voz a un ardiente y avasalladora de Patti, quien por cierto se enreda con el micrófono pero ello no fue impedimento para seguir deforma frenética su actuación;  a estas altura  Patti aplastaba la escépticas críticas de algunos colegas  periodistas quienes exclamaban  “ terminara el concierto Patti”,  preguntas sarcásticas que fueron respondidas con una excelente presentación.  

La meditación comenzó cuando  en plena interpretación hace un recordatorio de 1970 cuando visitaba por vez primera tierras aztecas  pero solo para pasear,  ahora ella se notaba complacida y no creía lo que estaba viendo, una cantante excitada por su público y entregándose con un baile exótico  y moviéndose de un lugar a otro olvidándose de los años que tiene  pero con un corazón enorme y una calidad musical que aunque el tiempo pase jamás olvidara,  Patti nos hechizaba en aquella noche  a las tres mil almas reunidas y nos obligaba a levantar los puños muy  en alto como agradecimiento a su gran labor dentro de la música.

Llego el momento de escuchar  el tema de Because the Night, un tema más comercial dentro de su carrera pero que no dejaba de sorprender con el ímpetu con lo que desbordaba sus sentimientos, causando que se desbordara  una muchedumbre que corea el nombre de Patty, saliendo victoriada  y con  una sonrisa de oreja a oreja  se agarra la cabeza sorprendida y motivada agradece a todos los asistentes.

… “dios murió por los pecados de alguien, pero menos por los míos”, frase con la que inicia el tema de Gloria. De esta forma Patti Smith dejaba un grato sabor de boca de un concierto   bastante descomunal con todo una calidad artística, esa noche fue mágica y llena de clamor ya que estábamos ante su majestad  una de las reinas que el  Punk vio nacer y ahora ella se  coronaba en suelos  aztecas con una espléndida actuación y nos hizo vibrar con su forma tan espelúznate de interpretar sus temas.