No se preveía una noche memorable este 12 de noviembre en la capital catalana y, efectivamente, no lo fue. PARADISE LOST, aclamada banda inglesa a mediados de la pasada década, se disponía a pasear sus más últimas tendencias modernistas en clave de pseudo goth metal, renegando de aquel doom sobresaliente que tan merecidamente les encumbrara con discos como “Gothic”, “Icon” o “Draconian times”. No obstante, dando un no muy meticuloso repaso visual por entre la muchedumbre de una muy poblada sala Razzmatazz 2, uno ya se puede cerciorar de la cada vez menor afluencia de sector típicamente metalero a sus conciertos, dejando el protagonismo de la mayoría al sector más fashion/gótico de las noches barcelonesas.

Después de ONIREA, la banda sueca DEATHSTARS se dispuso a presentar su “Synthetic generation”, siendo acogido su sonido industrial/gótico de muy buen agrado por el respetable. Los suecos, al son de temas como “New dead nation”, “Synthetic generation” o una notable “The revolution exodus” no lograron desentonar en demasía, denotando un evidente cruce entre bandas como MINISTRY, RAMMSTEIN o THE KOVENANT. Aunque DEATHSTAR cuajaron una actuación matemática, consiguieron hacer que el paso del tiempo transcurriera extremadamente lento.

Al cabo de unos minutos, PARADISE LOST hacían presencia escénica con “Erased”, un tema perteneciente a su último “Symbol of life”. Antes de nada, es de mención obligatoria el hecho de que el escenario, ambientado anecdóticamente con un mísero telón de fondo en el que se leía con claridad el logo del grupo, gozó de una iluminación propia de los conciertos en Kabul, aspecto que, añadido a la poca altura en la que está situado el escenario de la sala, no hizo más que dificultar la visión del público más retrasado (en lo que se refiere a ubicación dentro del recinto, claro está).

Es notoria la profesionalidad de PARADISE LOST encima de un escenario, es decir, el grupo se dispone a tocar los temas ensayados sin sorpresividad alguna, sin desatar emociones ni pensar en conceptos tan alejados como “espectáculo”. Quizás el corte de pelo del guitarrista Greg Mackintosh fue de lo más destacable en lo que se refiere a aspecto visual.

Nick Holmes, huyendo de cualquier término cercano a lo gutural, dejó caer bien repentinamente los clásicos pertenecientes a “Host”, así fue como “Behind the grey” vagó sónicamente entre mis oídos. El grupo no dejó lugar para presentaciones ni divagaciones retóricas entre tema y tema y, así, fueron cayendo cortes como “No celebration”, la inesperada y genial “Shadowkings” o “Symbol of life”. Sorprendentemente, “So much is lost”, canción que abría su polémico (por aquel entonces) “Host”, sonó gratamente y fue acogida con naturalidad por cualquiera. Es más, se puede decir que tal corte significó la puerta de entrada a la parte más meritoria en lo que se refiere a sonido y motivación del combo. “As I die”, con presentación dedicado a los sufridores del tabaquismo fue otra de las grandes bazas que regalaran PARADISE LOST esa noche. No obstante, “Mystify”, y las coreadas y efectivas “Mercy” y “Say just words” cerraron, momentáneamente, el repertorio de los británicos, el cual, esperadamente se reinició con “Isolate” y acabó, después de una escasa hora y 20 minutos, con “One second”.

No sería, en absoluto, acertado calificar el show de los de Nick Holmes con adjetivos despectivos, fue evidente que el sonido actual del grupo goza del apoyo de un público fiel, pero, siempre quedará la duda de saber qué hubiera podido ser de PARADISE LOST si hubieran continuado su trayectoria por derroteros más genuinamente metálicos. Lo que sí es cierto es que, al menos, han escrito alguna que otra página con letras mayúsculas dentro de la historia del género, algo a lo que muy pocas bandas, más o menos contemporáneas, nos tienen acostumbrados.

Manu Estrada

Datos:

Razzmatazz 2
Barcelona
Promotor: CAP CAP
Publico: N.D.

Día:12/11/2003

Puntuación:6