Noche temática compuesta por una serie de bandas de exótica procedencia y raíces musicales comunes. En estos tiempos en que la”globalización” dentro del metal nos trae carteles de gira de lo más eclécticos y en muchos casos carentes de personalidad e idiosincracia distintiva, la oportunidad de ver a este plantel de bandas en una misma noche la pintaban calva, sobretodo teniendo en cuenta este pequeño despunte de popularidad del que están disfrutando ORPHANED LAND y que les permite aventurarse en una experiencia de este tipo sufragando el coste económico.

 

Si bien a su anterior paso por Barcelona los israelitas recalaron en la sala Salamandra 1, congregando a un número de gente excesivamente reducido para una sala de ese aforo, en esta ocasión se afinó el tiro ubicando el show en la poca habitual Salamandra 2 con capacidad para unas 300 personas. Los primeros en aparecer fueron ANTWERG, una banda francesa de hardcore que bien poco pegaba con el resto de bandas y a quienes no vimos.

 

Los tunecinos MYRATH fueron nuestro primer concierto. Ostentan el honor de ser la primera banda de Túnez en firmar por una discográfica y practican un heavy metal de tintes progresivos bastante más maduro de lo que pudiera pensarse a priori. Vaya, que no son ningunos “amateurs” precisamente, contando ya con tres discos en su haber y composiciones de lo más interesantes. No en vano, gozan de cierta reputación dentro del circuito más pog-power. Disfrutaron de un buen sonido y se marcaron una perfecta interpretación de piezas como “Sour Sigh”, “Under Siege” o “Beyond the Stars”, con la que terminaron. La voz del cantante Zaher Zorgati recuerda en cierta medida a la de Roy Khan (exKAMELOT), tanto por timbre como a nivel de interpretación, si bien aporta muchas más señas distintivas de carácter arábigo, como es de esperar. El resto de componentes, bastante animados, aportaron ese heavy metal de calado oriental, con multitud de ritmos, escalados y harmonías de naturaleza árabe que ayudaron a caldear un ambiente más atento y precavido que alocado, algo que que me llamó la atención teniendo en cuenta que se trataba de un sábado y presumiblemente la gente estaba con ganas de fiesta. No faltó “Madness”, ese tema que les dio a conocer en su día un poco más si cabe gracias al videojuego “Rock Band”. Gran concierto de MYRATH, que se ganaron unos sonoros aplausos y a título personal me agadaron mucho más de lo que esperaba.

 

Lo contrario me pasó con los franceses (aunque con componentes de orígenes marroquí y argelino) ARKAN, una banda que en disco atruenan bastante pero que en directo no acabaron de funcionar como debieran, en gran parte debido a un sonido que presumiblemente no les hizo justicia. Florent Jannier posee una voz rota, ni muy death metal ni muy contundente, mientras que la vocalista Sarah suele moverse en tonalidades medias. No lo hacen para nada mal, pero se echa de menos algún lance capaz de sorprendernos a nivel vocal y que nos aleje de la linealidad de la que en este terreno hacen gala.  Eso sí, Sarah se erige en la verdadera protagonista gracias a su simpatía y contacto con el público, amén de sus bailes (durante el concierto de ORPHANED LAND tampoco pararía de bailar en el lateral del escenario, qué energía tiene esta chica!) A destacar la interpretación de temas como “Origins” o “Inner Slaves”, que fueron de lo mejorcito de la velada. No se metieron al público en el bolsillo de la misma forma que MYRATH, no entusiasmaron, pero cumplieron y siguieron dándole ese color tan característico a la noche. No hay que perderles la pista.

 

No creo en las religiones organizadas y ellos tampoco, pero de tener que existir una única, debería de llamarse ORPHANED LAND. Si se trata de unir a la gente y promulgar la paz, música como la de estos iluminados se erige más eficaz que cualquier deidad, tumulto o liturgia. Que sean israelitas debería de ser la paradoja del asunto. Y no hay concierto suyo cuya magia no oscile entre lo notable y sobresaliente. Eso sí, si bien el anterior show que pudimos verles por aquí fue insuperable (y de dos horas! ) ahora condicionantes tales como el poco tiempo disponible debido a lo abultado del cartel de gira o la acústica buena pero no excelente de la sala limitaron la gesta a un triunfo no apabullante. No venían con un disco nuevo bajo el brazo sino que presentaban su último dvd, por lo cual el set list incluyó lo más granado de la discografía de la banda, ganándose el favor del público desde el inicio con composiciones tales como “Halo Dies”, “Birth of the Tree” (preciosos escalados de guitarra) o “Barakah”. Con “Sapari” nos regalarían uno de sus temas más emblemáticos, con ese inicio de reminiscencias árabes tan reconocible que hizo que más de uno se pusiera a dar palmas. Para esta ocasión, y para mi sorpresa, no sacaron a ninguna bailarina a hacer la danza del vientre en ningún tema. Desconozco la razón, pero quizá el serio problema que tuvieron con el asunto en el Hellfest francés tenga algo que ver. Para los que no lo sepáis, comentaros que en el festival galo una bailarina libanesa salió a escena a efectuar la danza del vientre, alzando al final del tema una bandera de su país mientras Kobi hacía lo propio con otra de Israel. Tras ello, las amenazas de muerte que recibió esta bailarina provocaron que tuviera que refugiarse en Francia sin poder volver a su país. Vergonzoso… Tan sólo nos queda pensar que la música siempre estará por encima de la idiotez inherente al ser humano.

 

El cantante Kobi volvió a aparecer en escena descalzo y con su inseparable túnica blanca, recordándonos una vez más que él no es Jesús, aclaración que de buen seguro los más despistados agradecieron. Su voz no se encontraba en el momento más dulce que le hemos podido ver, pero a pesar de ello brilló a lo largo de todo el show, dando el do de pecho tanto en las partes más agresivas como en las más delicadas. Mención a parte merece el genial Yossi, que no bastando con ser un guitarrista como la copa de un pino (riff tras riff, solo tras solo, no falla una nota), demuestra continuamente un humor exultante, sonriendo, moviéndose, dedicándole gestos de gratitud al público y derrochando simpatía. Lo que comúnmente se dice “un solete”, vaya. En muchos momentos parece que entre él y el cantante Kobi se basten para llenar el escenario, de hecho, cuando uno piensa en ORPHANED LAND ningún o casi ningún recuerdo le viene a la cabeza a cerca del resto de músicos, que a ojos del respetable parecen pasar bastante desapercibidos… Es lo que ocurre cuando se desprende carisma. Nuestros dos protagonistas se quedaron solos en el escenario para interpretar la balada “The Beloved’s Cry” en los bises, en el que sin duda fue el momento más intimista de la noche. A destacar las proyecciones que se fueron sucediendo a lo largo del concierto en la pantalla del fondo del escenario, algunas más acertadas que otras, pero que sin duda ayudaron a ganar enteros al apartado visual del show. Para cerrar, como no podía ser de otra forma, “Norra El Norra”, su tema insigne y al mismo tiempo clave para la participación del público, con éste saltando y cantando en un ambiente totalmente desinhibido y festivo. De nuevo no puedo sino rendirme ante el encanto de una de las bandas más trascendentes de nuestro tiempo, mesías del mestizaje musical en el metal. Vivimos un tiempo en que dicho mestizaje es tratado habitualmente en agrupaciones de diversa índole, cierto es, pero, seamos sinceros, no siempre con un resultado tan redondo y pregnante. Más allá de la eclecticidad y la yuxtaposición a la que someten algunas bandas a sus influencias en el seno de las composiciones, ORPHANED LAND logran dotar a sus obras de una coherencia que desemboca en canciones redondas, fruto de un trabajo concienzudo de integración cultural. En el sentido más amplio del término.

Texto: Penumbra (penumbra@themetalcircus.com); Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Rock N Rock

Asistentes:200

Día:12/11/2011

Sala:Salamandra 2

Ciudad:Hospitalet de Llobregat

Puntuación:8