Sencillamente geniales. De esta forma podemos
resumir el recital que ofrecieron Opeth en la Sala Razzmatazz II de Barcelona,
en la presentación de su quinto y último disco: Deliverance. Era la
tercera vez que la banda sueca venía por nuestro país. Primeramente habían
teloneado a Cradle Of Filth durante la gira del disco Morningrise y
en la segunda ocasión actuaron como cabezas de cartel con Katatonia y Novembre
el año pasado, en la mítica sala Garatge. A continuación relato el espléndido
concierto que dieron en Barcelona.

Abrieron la noche puntualmente Madder Mortem,
banda proveniente de Noruega y prácticamente desconocida en nuestro país,
pero con tres discos en su haber. Para aquellos que les es desconocida esta
banda, comentar que su estilo es bastante personal y original. Podría englobarse
dentro del género doom metal, aunque en su música están muy presentes elementos
de nu-metal y en ocasiones incluso de metal progresivo. Sus inicios fueron
marcadamente doom, en una onda The Third And The Mortal.

La banda, liderada por su cantante femenina Agnete
Kirkevaag, fue desgranando su setlist, compuesto casi exclusivamente por temas
de su último álbum, Deadlands: Necropol Lit (de las más rítmicamente
un-metaleras), Distance Will Save Us (mi preferida de su último disco,
con toques progresivos), Faceless… Durante este tiempo la sala se había
llenado considerablemente teniendo en cuenta que estaba tocando el grupo 
telonero. Madder Mortem solamente tocaron un tema de sus anteriores discos,
Breaker Of Worlds, con el que se inicia el segundo disco All Flesh
I Grass
. Cerraban con Omnivore, en la que en algunos fragmentos
la voz de Agnete se me asemejaba bastante a la de Sandra Schleret, exvocalista
de Dreams Of Sanity.

Particularmente el concierto fue muy completo.
Aunque sus canciones son algo largas, los numerosos cambios de ritmo hacían
más amena la escucha. El público apenas se movió pero estaba atenta y animaban
con aplausos la entrega de la banda. La contundencia de ritmos “numetaleros”
se entremezclaba con partes más apaciguadas y la voz a veces angelical a veces
melódica de Agnete. Realmente es un cocktail nada fácil de digerir si es la
primera vez que se escuchaba a Madder Mortem. Tras intercambiar impresiones
con asistentes al concierto comprendí que había un sector que se aburrió con
su directo y con la fórmula musical que ofrecían. Aunque sus temas se alejan
bastante de los estándares del metal al que estamos acostumbrados, me dejaron
un buen sabor de boca. La única pega que encontré fue que apenas tocaran temas
de sus anteriores albumes, aunque también es lógico debido a que presentaban
su último disco y la mayoría de canciones que interpretaron de éste eran bastante
largas.

Puntualmente aparecía la banda Opeth a escena.
La sala en aquellos momentos ya estaba bastante más llena. Los suecos comenzaron
el concierto con el tema Lepper Afinity de su disco Blackwater Park.
La gente comenzó a animarse, pero fue a continuación  con su gran clásico
Advent, uno de los temas más largos y complicados, con la que los más
antiguos seguidores de la banda enfervorizaron el ambiente. Y es que este
tema en directo suena tremento y la ejecución fue más que perfecta. Michael
Akerfeldt estaba soberbio en las voces tanto limpias como guturales. A destacar
los detalles de bajo de Martin Mendez al final del mismo. Le seguía el brillante
tema que da título a su último disco, Deliverance, con unos riffs acojonantes.
Drapery Falls, Godheads lament, Credence fueron otros
temas que interpretaron. Realmente alucinante era la destreza con la que los
músicos interpretaban las canciones, pero me sorprendió especialmente la habilidad
del batería Martín López, al más puro estilo de los bateristas jazzeros. Se
despidieron antes del esperado bis con A Fair Judgement, de su último
disco, canción que considero bastante inadecuada para un directo debido a
la abundancia de partes muy suaves y alejadas del metal y más cercanas al
rock de los 70. Pero precisamente fueron estas partes las que el público coreó
y aplaudió con más intensidad.

Los Opeth desaparecían del escenario a sabiendas
de que el público no se marcharía sin escuchar algún tema más. Y así fue.
Michael Akerfeldt y sus compinches aparecían de nuevo, y el mismo líder agradecía
los aplausos tímidamente y comentaba irónicamente la posibilidad de volver
a verlos de nuevo en otras ciudades de la gira. Cerraban el concierto, tras
una hora y media de perfección musical con la esperada Demon Of The Fall,
de su My Arms, Your Hearse de 1998.

Concluyendo y a modo de resumen, por tercera vez
presenciaba un concierto de estos suecos, y por tercera vez me sorprendían
con un sonido aplastante y una ejecución perfecta del setlist. En ningún momento
el público dio muestras de cansancio o aburrimiento, y es que los temas de
Opeth, aunque sean largos, están repletos de cambios de ritmos, melodías y
voces tanto limpias como guturales que deleitan a más de uno. En el concierto
eché en falta quizá una mayor efusividad por parte de Michael con el público,
puesto que apenas hace comentarios entre las canciones, pero por lo visto
hasta ahora los miembros de Opeth son bastante tímidos. Otra crítica a realizar
es que el setlist era bastante previsible ya que suelen repetir en la gira
los mismos temas. Por lo demás simple y llanamente un rotundo 10. Salí del
concierto emocionado y con la convicción de que volveré a verlos en la siguiente
gira que realicen por España puesto que no defraudan para nada a sus fans.

Miguel Herrero (Fotos: Miguel Herrero/Javi Felez)

Datos:SALA RAZZMATAZZ II

Día:15/02/2003

Puntuación:9