Northland arrasa Barcelona en la presentación del nuevo disco
Como bien comentaba Pau, vocalista de Northland, se decía que el folk metal había perdido fuelle, pero ayer por la noche, en el City Hall de Barcelona y frente un poco más de 250 personas, se demostró que el género aún tiene mucha guerra por dar.
Como bien comentaba Pau, vocalista de Northland, se decía que el folk metal había perdido fuelle, pero ayer por la noche, en el Music Hall de Barcelona y frente un poco más de 250 personas, se demostró que el género aún tiene mucha guerra por dar. El cartel lo conformaban dos grupos de la ciudad: como invitados, Face the Maybe, con cambios recientes en el puesto de vocalista, y como plato principal, Northland, que presentaban su segundo álbum de estudio, Downfall and rebirth, en este primer concierto de una gira que los llevará por toda la Península.
Abrieron la velada Face the maybe, una formación que lleva rondando los escenarios des de hace unos cinco años. Iban dispuestos a calentar el ambiente, pero sólo lograron destrozarnos los tímpanos. No fue su mejor noche. Irrumpieron con un sonido tronado, horriblemente fuerte, que convertía cualquier cosa que pudiera parecer música en una cacofonía insoportable. Frente algunas mesas de sonido debería haber un gran cartel que pusiera que “más fuerte no significa mejor”. Los miembros del grupo debían notar el suplicio por el que pasaban las orejas del respetable, porque se les notaban poco cómodos en el escenario, atacando los pasajes a destiempo y buscando constantemente la aprobación del público.
Finalmente, tras múltiples quejas por parte del público y de los músicos, el sonido se arregló un poco, dando la posibilidad de disfrutar de su propuesta de corte nu y prog.
A medida que el sonido se establecía, público y músicos empezaron a sentirse más a gusto, llegando a calar poco a poco pero sin llegar a entusiasmar más allá de las tres primera filas.
Pocos minutos después de que Face the maybe soltaran los últimos acordes, una gran senyera bordada con el nombre de Northland presidia des de la batería. La intro de The Rite empezó a sonar por los altavoces, a la espera que Pau Vázquez entrara con el solo de violín, pero hubo problemas técnicos y todo el sonido se vino abajo. Después de unos segundos de confusión, los chicos de Northland volvieron a salir al escenario. Esta vez sí, pudieron enlazar la pieza instrumental con Fury’s unleashed, frente una sala llena de un público entusiasmado.
Aunque el sonido había mejorado considerablemente, aún se habría podido pulir un poco más – se distinguía bien el violín, pero la batería y la guitarra tronaban un poco más de la cuenta, y al final de When nature awakes el bombo se comió el resto de instrumentos.
La entrega del público fue total en todo momento, y las bromas iban y venían entre los músicos y la audiencia. Pau hasta se permitió explicar cómo había sido el proceso de creación de algunas canciones y repartió agua e hidromiel entre los presentes, aunque un error de cálculo hizo que una pobre chica se llevara un botellazo en toda la cara. Por suerte, no se tuvieron que lamentar heridos y todo acabó en risas. En general, se notaba que tocaban en casa, delante de su gente, y todo el concierto estuvo impregnado de buen rollo y de ese ambiente más parecido a una reunión de amigos.
El momento más épico fue durante el himno Together we die, donde se cantó el coro sólo con el acompañamiento de la batería, creado una atmósfera solemne que ponía los pelos de punta. La gente tenia claro que había ido a pasárselo en grande y disfrutar, e Immortal Forest Song consiguió que todo el mundo se echara a bailar. Duskriders, por su parte, sacó toda su belleza vespertina antes de atacar con ritmo y solo de violín incluido. La verdadera fiesta, pero, llegaría con The old town’s inn, imposible de obviar en el setlist, que llevó consigo un gran mosh y gritos folkie, birra en alto.
Finalmente, Northland anunció que tocaban la última con Newborn Star, sobre la que mantenemos nuestra opinión de que, sin decir que es mala canción, no luce lo suficiente como para garantizarle tan importante puesto en el bolo.
El público seguía pidiendo más fiesta, pero después de tanta juerga algunos estaban ya algo cansados. Era el momento ideal para la gran sorpresa de la noche: Lady Morte, de Trobar da Morte, subió al escenario, y con su voz feérica, acunada por los coros de Pau y Vic, nos trasladó a un mundo etéreo de sueños y fantasía. Los invitados se relevaron y entró en escena Dani Mateu, antiguo batería de la banda, que atacó sin piedad Where the heroes die, garantizando un acarnizado wall of death que hizo las delicias de quienes prefieren las emociones fuertes.
Los de Barcelona escogieron Revenge, de su primer álbum, para acabar con un grand finale, terminando de esta manera un setlist muy equilibrado entre los temas del nuevo álbum y los éxitos del anterior.
Ayer, la ciudad condal disfrutó de una de las mejores noches para el folk metal y para el metal local. Es siempre un placer ver que bandas de la ciudad logran conseguir un sonido y una puesta en escena completamente profesional, y que su propuesta sobrepasa cualquier contratiempo técnico, arraiga en el público y es capaz de mover un buen número de devotos seguidores.
Promotor:Babylon Productions
Día:2015-04-02
Hora:20:00
Sala:Music Hall
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Face the maybe
Puntuación:7
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