Mi última experiencia con Nofx se remonta al ya lejano 1997, concretamente en el precioso paisaje leridano de la Vall d’Àneu, que acogió con motivo del Doctor Music Festival un sinfín de bandas dispares pero sumamente atractivas. Nofx, la banda antimoda, antimedios, antientrevistas curiosamente se puso de moda y contaban entonces con numerosas huestes de seguidores fieles. Tocaron tras Megadeth, y después de meterse con absolutamente todo el mundo, cuajaron un brillantísimo concierto que terminó enganchando hasta el más crítico con los de Fat Mike.

Diez años más tarde aterrizaban en Barcelona plenamente consolidados y con entradas agotadas desde meses ha. Su público no es precisamenete punk tradicional pues dominaban las crestitas engominadas, las vans de moda, algún skate y pelopincho con camiseta Dolce Gabana.

Llegué a tiempo de ver a The Loveed Ones, pero sonó a grupillo más onda punk pop californiano sin demasiados puntos diferenciales al estilo imperante. En cuanto el cuarteto protagonista, apoyados por un teclista con su instrumento decorado por la bandera gay, apareció a escena, las avalanchas se sucedieron y el pogo, bastante tímido, se hacieron presentes hasta el final de su actuación. Una entrada en escena auténtica, paseando y saludando tímidamente, totalmente alejada de espectacularidad, sencilla pero cálida y con un letrerito en el que rezaba Nofx en lo alto. Que diferente de los habituales pósters gigantes que se usan hoy en día en el heavy metal y que cubren toda la pared de fondo.

Conciertazo, para que vamos a negar una evidencia si bien hay que puntualizarle algunos “peros” como veremos más adelante. Un inicio demoledor con “Dinosurs Will Die” y con “Franco Un-american” lo puso todo patas arriba. El habitual lanzamiento de zapatos y ropa al escenario (muy habitual en los conciertos de Nofx se sucedía constante aunque a cuentagotas, incluso una prenda llegó a darle en el mástil de Mike en medio de una de sus cachondas parrafadas. “Perfect Government” y “Seeing Double a the Triple Rock” encandilaban ,pero curiosamente no me llegaban a parecer esa demoledora banda que vi hace una década atrás. ¿El problema? La verdad es que pronto salimos de dudas… Eric Melvin tenía cara ausente y sus coros apenas tenían presencia. Después de “The Decline” devolvió en un lateral del escenario sus muchas horas de diversión. Mermado físicamente El Hefe y Fat Mike acapararon toda la atención y supieron sobrellevar el show sin demasiadas complicaciones.

Y es que El Hefe hace pleno honor a su nombre, un auténtico showman capaz de combinar guitarra y trompeta y ponerse al público en el bolsillo. Los habituales cánticos de “hijos de puta” devueltos cachondamente por Mike y el trompetista fueron lo habitual. Algunos afirman que son la banda más divertida sobre un escenario y razón no les falta. Siguieron con “Radio” (versión de Rancid), “Leave It Alone” y “I'm Telling Tim”, genial corte mientras subía la temperatura de la abarrotadísima sala. “All his Suits” precedió a uno de los grandes momentos de la noche: “Linoleum” cantada a pleno pulmón por todo el Razz II, megaclásico esperado a más no poder. Tras “New Herb” y “She's Nubs” el bueno de Melvin volvió a vomitar y esta vez hasta tuvo que ser asistido por el médico en plenas tablas. El Hefe y Fat Mike tiraron por lo sano y se marcaron una versión de “No Woman No Cry” de Bob Marley, totalmente improvisada pero también aclamada por todos. Se dice que le afectó un virus intestinal, pero francamente cuando uno vomita y luego se encuentra mucho mejor… todo apunta más a alcohol que a un proceso vírico.

“Jesusland”, “Eat the Meak” y la esperada “Bob” les hicieron recuperar el pulso a una actuación que tuvo otro momento estelar con “What Now My Love”, con “Murder the Government” y “Brows”. A diferencia de sus últimos conciertos de gira esta vez si que cayó la genial e hímnica “Don't Call Me White”, con el consiguiente desparrame por parte de la audiencia. Seguirían con “Bottles” y “Whoops, I OD'd” para despedirse durante unos minutos.

Los bises fueron atacados primeramente por “Stickin in my Eye” y la celebérrima “Kill All the White Man” que puso fin a una velada para el recuerdo. Esperaba personalmente más material de sus inicios, especialmente la ultraconocida “Together on the Sand”, “Green Corn” o “Soul Doubt” pero… qué le vamos a hacer.

Hay que aplaudir que Nofx varie los temas concierto a concierto, siempre queda la incertidumbre de qué va a caer cada noche y también se agradece que pese a su estilo sean capaces de sobrepasar la hora y media de actuación, Skid Row no llegaron ni a la hora y cuarto. Pese a que me quede con el show de hace 10 años, hoy en día Nofx poseen un grandioso potencial capaz de captar la atención de público totalmente ajeno a hardcore y punk. Si son unos clásicos es por algo, y es que hay bandas que muy a pesar de los gustos personales hay que ver por lo menos una vez en la vida, y Nofx son una de ellas.

Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Marcerock

Asistentes:2500

Día:16/11/2007

Hora:19:30

Sala:Razzmatazz

Ciudad:Barcelona

Teloneros:TAT + The Loved Ones + GAS Drummers

Puntuación:8