Noche de power metal itálico con DGM y Secret Sphere

Entiendo que el power metal itálico de mediados de los 90 es algo que mucha gente aborrece. Saturaron el mercado en su día con subproductos de calidad dudosa y producciones pésimas abusando de dobles bombos y teclados. El filtro del tiempo ha hecho que unas pocas bandas quedaran y muchas otras desaparecieran. Incluso algún músico se ríe abiertamente de esos discos grabados, pero yo les tengo simpatía a esas grabaciones, y algunos LPs conservan todavía su encanto. Así que tocaba ver ese cuádruple ataque itálico.

Entiendo que el power metal itálico de mediados de los 90 es algo que mucha gente aborrece. Saturaron el mercado en su día con subproductos de calidad dudosa y producciones pésimas abusando de dobles bombos y teclados. El filtro del tiempo ha hecho que unas pocas bandas quedaran y muchas otras desaparecieran. Incluso algún músico se ríe abiertamente de esos discos grabados, pero yo les tengo simpatía a esas grabaciones, y algunos LPs conservan todavía su encanto. Así que tocaba ver ese cuádruple ataque itálico al que se añadió Embersland, aunque por motivos varios me fue imposible asistir. Secret Sphere demostraron estar en su mejor momento, así como los progresivos DGM. Skeletoon todavía les falta bastante y Trick or Treat amenazan con ser una firme realidad a tener en cuenta.

Bastante mejor entrada de la que me esperaba en la Upload en un domingo lluvioso que aconsejaba manta y película más que concierto. Los que allí asistimos disfrutamos de más de cuatro horas de música y salimos plenamente satisfechos. A ello hay que subrayar el equipo técnico con el que cuenta la Upload. De verdad que suena mejor que muchas de las habituales salas consolidadas. Los precios de merchandising muy populares haciendo de ello la fiesta completa.

Skeletoon

A pesar de no contar con teclados mantienen todos los elementos repetidos hasta la saciedad dentro del power metal transalpino. Power metal hiperveloz y melódico algo cargante pero voluntarioso. Cantante chillón y un batería que disfrutaba jugando con los miembros de las otras bandas que le lanzaban cacahuetes desde lo alto de la sala. Aman por encima de todas las cosas los videojuegos y cómics hasta el punto de sacar un Mario de peluche, y defendieron bien temas como “Heavy Metal Dreamers” o “Mooncry”. Se atrevieron con una versión de “The Trooper” (Iron Maiden) ampliamente coreada pero lejos están del nivel de las posteriores bandas todavía. Tampoco disfrutaron del mejor sonido posible.

Trick or Treat

Conciertazo de la gente de Alessandro Conti que supo convencer a base de power metal distendido y divertido. “Rabbits Hill Part 2” tiene calidad a pesar de que un servidor disfrutó más cuando recurrieron al material de “Tin Soldiers” como en “Loser Song”. Se quedaron con todo el mundo con la versión de “Girls Just Wanna Have Fun” de Cindy Lauper y tiraron de su humor peculiar en “Like Donald Duck”. Técnicamente tremendos, especialmente Luca Setti tras los parches. Todos los bateristas que tocaron esa noche demostraron un nivel escandaloso. Público entregado hasta el fin del concierto con esa maravillosa “United” que en disco va acompañada con la voz de Tony Kakko (Sonata Arctica). Conti canta como los ángeles y se dedicó al show interactivo con el público jugando con los focos que caían en paralelo. “Estoy en la ducha o en una jaula”, contaba el gran vocalista. Gran nivel de power metal con gracia, melódico pero sin abusos y realmente atractivo.

Secret Sphere

Palabras mayores lo de los de Alessandria. Puede que en sus inicios los viéramos como una banda más de power metal italiano, pero a día de hoy son una de las mejores agrupaciones itálicas. El poder vocal y carisma de Michele Luppi es apabullante y el grupo enamora al son de un nuevo material que se aleja bastante de lo que hacían en sus inicios. Los detalles técnicos abundan y las influencias son más dispares y ricas. El arrebato metálico en los pasajes de “X” sonó a gloria con un Marco Lazzarini aporreando como un poseso. Fue un show elegante y serio, con los coros reales en casi todos los temas. Los teclados y guitarras se funden con la base rítmica y momentos como los de “Healing” o “Lie to Me” justificaron la noche. Personalmente me quedo con la preciosa “Union” en la que Luppi fue presentado por Andy Burato como “Miguel Lobos”. El show de la noche con permiso de DGM, pero es que un cantante como Luppi arrasa con todo. Si don David Coverdale lo tiene a los teclados y a los coros es por algo. Hubo agudos casi inhumanos…

DGM

El horario apretaba y la noche se nos caía encima pero había que ver a los progresivos DGM. Muchos estábamos allí considerándolos el plato principal. Curiosamente optaron por ser cabezas de cartel por encima de Secret Sphere, pero es otra buena muestra más del buenrollismo que hay entre las bandas, que por cierto, cerraban gira esa noche. El pulcro sonido permitió que la labor técnica del combo transalpino brillara en todo su esplendor. Exquisitos en ejecución y con una calidad compositiva sobrada. La técnica vocal del sr. Mark Basile es insultante haciendo que temas como las dos partes de “The Secret” nos dejaran conmocionados. Espectacular la labor del jovencísimo Fabio Constantino a la batería y derroche de clase en los teclados de Emanuele Casali. El guitarrista Simone Mularoni es todo un personaje, pero posee una exquisita técnica e incluso se atreve a cantar. El momento cumbre fue el single de su última obra “Animal” coreado ampliamente por una concurrencia que conocía perfectamente el material de los italianos. Otra de las destacadas fue “Repay” con esa intro a teclado y guitarra tan bella, pero por motivos laborales tocó abandonarles antes de que dieran las buenas noches.

Soy de los que a día de hoy gustan de ver bandas que nunca he podido ver en directo y la velada dio para mucho. Puede que muchos deban sacudirse los tópicos del metal italiano y darle la oportunidad a estas bandas pues están a un nivel excelente. Imposible ver a DGM y Secret Sphere y no salir como fan. Por otro lado destacar la labor de la gente de Chroma Nation capaz de traernos bandas y giras poco habituales en estas tierras.