Noche de metal extremo de grandes dimensiones con Foscor y Vallenfyre

La veteranía y la gran calidad de las canciones que descargaron VALLENFYRE, hacen que puedan presumir de ser un ente propio, y estuvieron muy por encima de los ecos que producen ciertos apellidos y reputaciones repartidas de forma gratuita.

El término de superbanda ha sido ya tan usado y hasta prostituido en según qué casos, que incluso resulta insípido. Todos sabemos a qué se refiere, así que VALLENFYRE, con miembros o ex de bandas como PARADISE LOST, AT THE GATES, DOOM y MY DYING BRIDE, bien se podrían encuadrar en dicha distinción. Ya son dos discos en su haber, y aprovechando la publicación de su último trabajo “Splinters” y cuadrando agendas, hacían gira por la Península con la mayoría de sus fechas en España, recalando una de ellas en Málaga. Pero si la agrupación de músicos de tan alto calibre no era bastante para llamar la atención de los seguidores del metal extremo, tenían como acompañantes a FOSCOR, que no paran de coronarles con laureles más que merecidos tras el estreno de su última obra “Those Horrors Wither”. Cartel de lujo que, en el caso del show en tierras malacitanas, se completaba con las bandas locales THE HUM y CHAOS BEFORE GEA.

Ambas formaciones aprovecharon su tiempo en escena al máximo, desparramando esa mezcla tan lograda de metal, hardcore y mathcore con temas de sus debuts “Cryptid” y “Erebo” respectivamente, y gozando de la calidez de su público que les alentaba en cada interpretación. Aunque su sonido distase mucho del metal muerto primogénito de los cabezas de cartel, lograron con sus actuaciones el beneplácito de los asistentes, y eso que los segundos tuvieron que luchar contra viento y marea con diversos problemas técnicos.

Pero la noche comenzaba a tornarse oscura con la salida de los barceloneses FOSCOR. Y es que sus casi veinte años como banda se nota a las primeras de cambio. La robustez y la convicción con la que van desgranando auténticos temazos de metal oscuro variante y refinado como “Whirl of Dread” y “Addiction”, sale a flote de forma inmediata. Caña, técnica y sutileza melódica que logran enganchar a los oyentes de principio a fin. Se sentían bastante cómodos en esta primera visita a Málaga en su carrera, y junto con un gran sonido y juego de luces, reforzaron la grata sensación que ya iban ofreciendo. No se olvidaron de sus orígenes, del que bastante orgullosos se sienten tal y como comentaron, y nos golpearon con “The Smile of the Sad Ones”, que en comparación con el tema título de su último trabajo interpretado en el último tramo, nos servía para comprobar la evolución del cuarteto catalán. Ya fueran andando en terrenos más extremos o más melódicos y atmosféricos, nos hipnotizaron con su afianzada propuesta. Con “Graceful Pandora” cerraron un concierto con el que dejaron boquiabiertos a unos cuantos. Y no fue para menos. Su primera cita con el público malagueño fue amor a primera vista. Una lástima que por una lesión, su guitarrista y miembro fundador Falke, no estuviera presente, pero Chiri López de HUMASH cumplió con solvencia su cometido.

Y hablando de ausencias, VALLENFYRE tampoco venían con su formación al completo. Adrian Erlandsson, batería de AT THE GATES y PARADISE LOST, tampoco acudía a esta gira por incompatibilidad de agenda con la banda sueca. Pero un joven finlandés, Waltteri Väyrynen, elegido por el propio Erlandsson, se sentaba tras el kit cuando arrancaron con la poderosa “Scabs”. Gregor Mackintosh, en su rol de vocalista, inició su retahíla de retorcimientos físicos y vocales por el escenario convirtiéndose en el centro de atención por su envergadura y esas llamativas rastas que luce actualmente. Sin entablar excesiva comunicación con el respetable, se dedicaron a repartir cera con cañonazos sónicos como “The Divine Have Fled” o “Dragged to Gehenna”, con la que ponían en peligro las cervicales de una gran masa del público.

Fueron alternando la velocidad con la pesadez del doom metal de canciones como “Cathedrals of Dread”, “Bereft” o “Seeds”, cuyas melodías de guitarras, aunque ejecutadas de forma excelente por el ex de MY DYING BRIDE Hamish Glencross, vienen claramente firmadas por el hacha de PARADISE LOST. El torrente de fuerza no cesaba y el público se dejaba la piel junto con la banda en las trepidantes “Ravenous Whore” y “Savages Arise” llegando casi al final de trayecto. “Desecration” y “Splinters” marcaban el cierre de una actuación que combinaba todos los elementos apropiados para que fuera memorable. La veteranía y la gran calidad de las canciones que descargaron VALLENFYRE, hacen que puedan presumir de ser un ente propio, y estuvieron muy por encima de los ecos que producen ciertos apellidos y reputaciones repartidas de forma gratuita. Una banda compacta y sin grietas que dejó exhausto al más de centenar y medio de personas que asistieron para recibir un baño de metal extremo de magnitudes mastodónticas.

Si Mackintosh quiere cubrir las necesidades de la crisis de la mediana edad cogiendo un micro para escupir voces cavernosas, bienvenido sea. Y si a ello le sumamos que Nick Holmes se ha subido al carro de BLOODBATH, ¿estamos en la antesala de una vuelta a los orígenes de PARADISE LOST?. Campanas ya se han oído por ahí. Lo que está claro es que, con actuaciones tan redondas como la ofrecida, VALLENFYRE tienen una validez irrefutable.

Fotos: VicFotoPro