No tenemos fotos, pero Five Finger Death Punch e In Flames hicieron un conciertazo en Barcelona
Vaya por delante que, pese a estar previamente acreditados para este show, por motivos de la vida, el cosmos o la insoportable levedad del tour manager de Five Finger Death Punch, no pudimos hacer fotos del grupo principal una vez estando ya en el recinto. El caso es que NO HABÍA UNA PEGATINA que faltaba.
Vaya por delante que, pese a estar previamente acreditados para este show, por motivos de la vida, el cosmos o la insoportable levedad del tour manager de Five Finger Death Punch, no pudimos hacer fotos del grupo principal una vez estando ya en el recinto. El caso es que NO HABÍA UNA PEGATINA que faltaba. Y claro, NADIE podía entrar al foso de fotógrafos sin dicha PEGATINA. Imaginad: montas una banda, ensayas, grabas discos, te haces famoso, caes en las drogas, vuelves de ellas, haces una gira espectacular, lo petas…y todo el orden cósmico se puede ver alterado por una PEGATINA. Así que hemos optado por decorar la crónica de dicha banda con fotos aleatorias que hemos recopilado por internet para que no se haga tan denso el texto de nuestro querido Lluis García, que cuando le da por escribir, se viene arriba.
El año toca a su fin y con él llegaba una de las últimas citas de Metal más esperadas, con un cartel de lujo de lo más variado y que logró congregar una multitud de juventudes a la par que un buen puñado de seguidores ya más entrados en edad. OF MICE & MEN, IN FLAMES y FIVE FINGER DEATH PUNCH se presentaron en el Sant Jordi Club de la ciudad condal dispuestos a darlo todo después de firmar una intensa noche el día anterior en Madrid. Y lo volvieron a conseguir.
Por problemas de agenda llegamos al final del show de los norteamericanos OF MICE & MEN, así que desgraciadamente no podemos detallar como fue el mismo, pero a juzgar por los últimos retales de “Warzone” estamos convencidos que la locura que se vivía encima del escenario a base de Metalcore se trasladó a sus fans y sirvió para captar otros tantos. “The Depths” pondría el punto y final con un desatado Aaron Pauley comandando el escenario con uno de sus cortes más clásicos, que no pasó en absoluta desapercibida para la buena entrada que poco a poco iba presentando el recinto. Ojalá la próxima vez podamos disfrutar de todo su repertorio como merecen.
Llegaría el turno de los que para un servidor eran la gran banda de la velada, los suecos IN FLAMES, que venían dispuestos a defender en directo su último trabajo de estudio, “Battles”, que guste más o menos, no se puede negar la confianza que la banda deposita en él, interpretando la mitad del mismo. Además, Anders Fridén estuvo notable a nivel vocal, tanto a nivel melódico como, especialmente, en los registros más agresivos, interactuando con el público y centrando prácticamente toda la atención de su actuación en la que, obviamente, hubo tiempo para que sus seguidores más tradicionales pudieran disfrutar de las composiciones más clásicas del grupo.
Cabe destacar la espectacular puesta en escena que presentaban, con un juego de luces, lasers y pantallas que ofrecían un apoyo visual tremendo a todas y cada una de las canciones de su repertorio. “Drained” supuso el pistoletazo de salida, con los músicos situados tras el enorme telón que cubría la totalidad del escenario y que hizo vibrar al respetable una vez cayó y pudimos ser testigos de toda la parafernalia que les acompañan este tour. De esta forma, novedades como “Before I Fall” se entremezclaban con temas más antiguos como la arrolladora “Take This Life” que enloqueció a un público encantado de desgañitarse en su potente estribillo, o la mítica “Only for the Weak” en la que no pararon de botar y corear sus pegadizas líneas de guitarras, al compás del headbanging provocado por los afilados riffs que ejecutaban unos sobrios Björn Gelotte y Niclas Engelin, cobrando protagonismo en la enigmática y mítica “The Jester’s Dance”.
El show, técnicamente brillante pero al que se le echó en falta algo de feeling con gran parte de la audiencia, quizás más expectantes ante la llegada del grupo siguiente que pendientes de disfrutar el concierto de IN FLAMES, seguiría repasando todos sus hits, como la comercial “Save Me” que les funciona francamente bien en directo o la reciente “The Truth” que no palidecían al lado de otros más recurrentes como “Alias”, la brillante “Deliver Us” que fue de las más celebradas de la noche, o “The Mirror’s Truth”, que con su “mascota” reinando en lo alto del escenario haciendo alusión a la portada de “A Sense of Purpose”, acompañaba a la base electrónica y rítmica de los de Gotemburgo. La guinda del pastel la pondría, como no, “The End”, que quien sabe si sería porque sabíamos que sería la última pieza del setlist, fue recibida con un entusiasmo envidiable que crearía, ahora sí, una perfecta comunión entre banda y público. Unos músicos en constante evolución musical que siguen al pie del cañón sentando cátedra y alejándose cada día más de un estilo de los que fueron bandera en la década de los 90, dejándose en el tintero clásicos que se echaron en falta y olvidando por completo joyas como aquel “Whoracle” que sería capaz de enamorarme cuando apenas era un adolescente. Evolución.
Y, ahora sí, saltaban al escenario FIVE FINGER DEATH PUNCH, con todo su Groove Metal procedente de Las Vegas bajo el brazo y dispuestos a ganarse al público des del minuto cero. Y pocas formas mejores se me ocurren de hacerlo que con un trallazo de la altura de “Lift Me Up” que hizo levantar el puño en alto ya en el primer estribillo. Un recuperado para la causa Ivan Moody no paraba de moverse de un lado al otro del escenario, tremendamente agradecido con unos fans que lo echaban visiblemente de menos, al compás de grandes éxitos como “Never Enough”, “Wash It All Away” o “Got Your Six” que pusieron en pie de guerra a todo el recinto, presentando una más que notable entrada a pesar de ser un laborable como un martes, algo que no pareció suponer un gran problema para disfrutar de la fiesta metálica que teníamos grabada a fuego en nuestra agenda.
Aaron Pauley de OF MICE & MEN volvería a hacer su aparición sobre las tablas para acompañar a la banda protagonista con su “Ain’t My Last Dance”, poniendo de manifiesto el excelente buen rollo que parece haber entre los compañeros de cartel. Jason Hook sacó a relucir su peculiar guitarra de dos mástiles para sorprendernos con un escueto pero divertido guiño en forma de riffs tan reconocibles de clásicos como “Enter Sandman” de METALLICA o “Smoke on the Water” de DEEP PURPLE, antes de interpretar su adaptación al cásico “Bad Company”. Ahora bien, lo mejor estaba por llegar, e hicieron subir al escenario a un buen puñado de seguidores que sirvieron de perfecto atrezzo para ese huracán metálico que es “Burn MF”. Para la ocasión Moody no estuvo solo, ya que esta vez le tocó el turno a Tommy Vext, el vocalista que se tuvo que comer el marrón (o el privilegio, según se mire), de sustituirle tras su marcha. ¡Y como sonó el tema!
La parte más emotiva de la cita llegaría de la mano del set acústico que nos tenían preparados, con el protagonismo en solitario de Moody y Hook, creando una perfecta simbiosis entre músicos y seguidores, y en el que primero no pararía de agradecer a todos su apoyo y pedir perdón por los errores que cometió en un pasado muy reciente. “Far from Home”, “I Apologize” y “Remember Everything” sonaron perfectas, intensas y con una sensibilidad superior incluso a la lograda en estudio. Eso sí, tengo que confesar que siento una profunda pasión por su “Wrong Side of Heaven” que, sin embargo, al perder el factor eléctrico no llega a la pegada e intensidad que sí alcanza en formato disco, sacrificando todo esto por una emoción directa que produce vivirla en vivo y con la desnudez sonora tan cálida que viene arropada del único dibujo melódico que aporta una guitarra acústica y una sencilla voz. Piel de gallina.
Nos encaminábamos irremediablemente hacia el final del show a golpe de “Coming Down”, levantando de nuevo el ánimo de un público totalmente entregado, especialmente los más jóvenes, algo más que patente con la pegada de la base rítmica de la poderosa (y pegadiza) “Jekyll and Hyde”, con el bajo de Kael y la batería de Spencer a toda potencia, y con Zoltan Bathory agitando sus rastas a una velocidad centrífuga frenética para el deleite de sus seguidores. La siguiente en sonar sería “Under and Over It”, para despedirse de todos nosotros al compás de su mítica “The Bleeding”, con unos FIVE FINGER DEATH PUNCH que parecían haberse divertido tanto como su público, a juzgar por lo mucho que se resistían a abandonar el escenario saludando detenidamente a las primeras filas y repartiendo a diestro y siniestro una importante colección de púas. De fondo podíamos escuchar su versión de “The House of the Rising Sun” y su última creación, “Trouble”, incluida en su reciente recopilatorio que acaba de salir a la venta bajo el nombre de “A Decade of Destruction”.
Poco más se le puede añadir a una noche envidiable de Metal, probablemente la última gran cita del año, en las que propuestas tan diferentes pero tan contundentes como son las de OF MICE & MEN, IN FLAMES o FIVE FINGER DEATH PUNCH. Probablemente el concierto de los suecos fue más brillante a nivel técnico e instrumental, sin olvidar el enorme despliegue visual que llevaban con ellos, pero no cabe duda de que los americanos supieron como hacer vibrar a todo un Sant Jordi Club con una propuesta más comercial, directa y muy bien estudiada. Sea como sea, y al margen de gustos personales, es genial poder celebrar y disfrutar de eventos así.
Texto: Lluis "DiMu" Garcia / Fotos: La Vida
Promotor:Live Nation
Día:12-12-2017
Hora:19:00
Sala:Sant Jordi Club
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.