NILE + IN QUEST

Actualmente, NILE no poseen oponente alguno en el campo del
Death Metal más brutal y técnico. No solo son capaces de aplastar sin piedad
a sus rivales en las tareas de estudio sino que saben llevar de forma sublime
su maestría a un escenario, tal y como ya pudimos comprobar hace poco menos
de 3 años en su gira con SINISTER, EKTOMORF y NO RETURN. Por entonces, una abarrotada
sala La Capsa quedó completamente anonadada ante la primera descarga de los
americanos por estas latitudes, siendo aquel evento, para muchos, entre los
que me encuentro, uno de los mejores shows de Death Metal que se habían visto
por Barcelona en muchos años. Con semejantes precedentes, parecía lógico pensar
que en esta ocasión, 3 años después, la gente acudiría en masa a ver a la banda
de los señores Sanders y Toler-Wade, y así fue. Con una sala Mephisto abarrotada
con un aforo completamente desbordado, NILE dejaban claro que poseen el mismo
gancho o incluso más del que poseían tiempo atrás cuando pisaron Barcelona por
primera vez. También cabe decir que la gira incluía a 2 pesos pesados del Death
Metal; INCANTATION y UNLEASHED, 2 bandas que motivaron la adquisición de la
compra de entradas por parte de muchos de sus fans, todos ellos decepcionados
cuando pocos días antes del evento se anunciaba la ausencia del cartel de ambas
bandas. No sé muy bien a quién debería culparse de ello, pero está claro que
IN QUEST, la banda que finalmente teloneó a NILE, no posee ni por asomo la popularidad,
el nivel y el gancho que atesoraban los mencionados UNLEASHED e INCANTATION.

Para la ocasión, NILE, o lo que es lo mismo; Karl Sanders
y Dallas Toler-Wade, han optado por remodelar su line-up incorporando a un par
de fieras tan monstruosos en términos musicales como ellos; El ex batería de
los griegos NIGHTFALL George Kollias y un bajista desconocido de nombre Joe
Payne que por lo visto tiene 20 años, aunque toque como si tuviera 40. Jon Vesano,
el que fuera vocalista y bajista en la anterior gira del grupo, ya no forma
parte de NILE por algún motivo que se me escapa y su lugar frente al micro ha
sido ocupado por un tipo a quién nunca se nos habría ocurrido situar como frontman
de una banda de lo muermo que es; El guitarrista Dallas Toler-Wade, a quién
tuvimos el placer de entrevistar en su anterior visita por nuestro país hace
3 años en nuestro ¿difunto? e infame programa de radio Electric Circus. Dallas
suplió su carencia total y absoluta de carisma y facilidad de palabra con una
lección magistral de cómo tocar la guitarra y cantar en un grupo de Death Metal. 

Con cierto retraso sobre la hora estipulada, los belgas IN
QUEST saltaron a la palestra ante una sala ya prácticamente abarrotada. He de
decir que su propuesta no me apasiona en demasía, quizá en disco tengan algún
aliciente pero en directo se me hicieron enormemente soporíferos. Con un estilo
plomizo, denso y algo parco que podría recordar vagamente a bandas de los países
Bajos como GROPE, ILLDISPOSED, ABORTED o GOREFEST, IN QUEST no supieron transmitir
la energía que poseen en disco al directo, y eso motivó que mucha gente pidiera
a gritos la aparición de sus majestades NILE, quienes, tras una prueba de sonido
de casi media hora, por fin empezaron su show.

El sonido durante casi toda su actuación fue algo deficiente,
a años luz del recital que dieron en la Capsa hace 3 años. Cualquiera que estuviera
en ambos conciertos supongo que sabrá a lo que me refiero. Por momentos, la
bola que se formaba no dejaba intuir con claridad los ya de por sí densos riffs
de los señores Sanders y Toler-Wade, mientras que muchos de los pasajes sinfónicos
que NILE suelen llevar en directo, eran absorbidos por la masa sonora que de
la PA salía. De todas formas, cabe decir a favor del técnico encargado de sonorizar
a NILE que poner un poco de orden sonoro en semejante caos de tesituras, brutalidad
y técnica endiablada no es tarea fácil. 

NILE abrieron con la intro de su flamante y nuevo trabajo
de estudio "Dusk Falls Upon the Temple of the Serpent on the Mount of Sunrise",
grabada lógicamente y disparada por el propio Karl Sanders desde su Pc portátil.
Resultaba curioso ver como todos los pasajes instrumentales entre tema y tema
sonaban pregrabados, sin embargo, los teclados que aparecían por en medio de
las canciones eran interpretados por el propio Karl quién a parte de cantar
y tocar su guitarra (y de qué forma…), también disparaba con sus pies los
teclados desde un sampler que tenía en el suelo con forma de teclado adaptado
para esa tarea. Por ello, tanto Karl como Dallas se encargaban por su propia
cuenta de no dejar subir a nadie al escenario; El caos reinante de aparatos,
pedaleras, cableado y carencia de espacio imposibilitaba y limitaba el campo
de acción. A todo ello hay que sumarle el grado de concentración que alcanzan
estos americanos en un escenario, algo que, podría verse ligeramente afectado
ante la presencia de moshers subiendo y bajando constantemente.

Los primeros temas en sonar pertenecieron a "In their
Darkened Shrines", el anterior trabajo de NILE, "The Blessed Dead"
y "Execration Text", piezas más conocidas que los temas nuevos que
venían a presentar puesto que el disco hacía muy poquito que había salido al
mercado. Tras ello, presentaron el primer tema de su más reciente disco, "Cast
down the Heretic", con el cual NILE se metieron al público de pleno en
su bolsillo provocando los primeros altercados serios entre las primeras filas.
El setlist prosiguió básicamente con temas de sus 2 últimas obras como "Sacrifice
into Sebek", "Churning the Maelstrom", la brutal "Sarcophagus",
"Annihilation of the Wicked" o "Von Unaussprechlichen Kulten",
dejando de lado cualquier recuerdo al gigantesco debut "Amongst the Catacombs
of Nephren-Ka" (Dios mío como pasa el tiempo, parece que aún fue ayer cuando
lo editaron…) o su segundo y para mi no tan buen disco "Black Seeds of
Vengeance", del que únicamente extrajeron el tema homónimo para cerrar
su show tras poco más de una hora de actuación.

NILE volvieron a dejar el listón bien alto, sin embargo,
mala nota para el evento en general; 70 minutos de cabeza de cartel más media
hora de telonero desconocido (en sustitución de 2 bandas de las grandes) sabe
a poco, muy poco, y más con los precios actuales de las entradas. Esperemos
que en su próxima visita, los norteamericanos formen parte de un cartel espectacular
como el que asoló Barcelona en el 2002.