Fue Vitoria donde tuvo lugar una de las fechas de la brutal gira que está llevando a bandas consagradas como NILE, GRAVE y BELPHEGOR a recorrerse toda Europa. En la noche que nos ocupa, además del producto extranjero teníamos como aliciente –más si cabe- a la veterana banda catalana BETWEEN THE FROST, la cual se encargaba de abrir tal festival de violencia y música extrema.

Después de la notoria y ascendente carrera de los BELPHEGOR, y por si esto no fuera ya suficiente, nos hallábamos ante el esperadísimo retorno de GRAVE, los cuales -después de su renacimiento- han sacado varios discos de calidad más que digna para acallar a los escépticos. A parte, y como colofón final, los americanos NILE y sus sonidos exóticos  aportarían una nota de originalidad al concierto. Esta banda no necesita presentación, así que, sin más dilación, centrémonos en sus conciertos.

BETWEEN THE FROST fueron los primeros en aportar su manera personal de entender la fusión entre el Death Metal y el Black Metal, ambos de corte sueco y llenos de melodía y velocidad. Así, puntualmente salieron los catalanes a demostrar que en estas tierras también hay calidad. Dieron un rápido repaso a sus dos discos (de los cuáles el último ha salido hace relativamente poco, de la mano de Grotesque Productions). Quizá el sonido no acompañó lo que se debiera, ya que fue bastante confuso: la batería y el bajo tapaban a las guitarras casi todo el tiempo y  hubo melodías y algunos riffs que perdieron nitidez. A pesar de estos problemas, y a pesar del pasotismo generalizado de un muy escaso público –cosa que no entenderé jamás-, BETWEEN THE FROST ofreció un concierto bastante profesional por la parte que les tocaba a ellos. Habrá que seguir de cerca la trayectoria de esta banda.

 

Los segundos en salir esa noche fueron los austriacos BELPHEGOR, con su habitual y excelentemente ejecutado estilo, entre el Black y el Death Metal.  Después de la intro, la cuál era un fragmento de la banda sonora de “Eyes Wide Shut”, los cuatro músicos comenzaron a desmembrar su discografía, blasfemia tras blasfemia, y a ritmo de vertiginosos “blast-beats”.  El sonido, que al principio no era muy destacable, pero fue mejorando a medida que avanzaba el show. Así, pudimos escuchar temas como “Hell’s Ambassador”, “Seyn Todt in Schwartz”, ambos de su penúltimo trabajo titulado “Pestapokalypse VI”, o el genial y rapidísimo hit “Lucifer Incestus”.  Al final del concierto nos obsequiaron con un show aún más mórbido con el fin de dejarnos claro que BELPHEGOR es extremismo y blasfemia pura. Y es que Helmuth se puso una máscara de bondage con pinchos y se cantó el último corte de esta guisa.

 La puesta en escena fue bastante buena, con movimientos rápidos y abundante head-banging, aunque no por parte de Helmuth, quien se limitó a hacer su labor sin apenas despeinarse, a excepción de uno de los últimos cortes. En definitiva, y como opinión totalmente personal y subjetiva, fueron los mejores de la noche.

 

Minutos después de la despedida de los austriacos, los suecos GRAVE hicieron su entrada. Mostrando unos ligeros cambios de formación, ya que ha salido Jonas Torndal de la banda y ahora llevan un guitarrista de sesión, comenzaron a meter caña con temas clásicos, destacando  “You’ll Never See”, “Deformed”, “Into the Grave” o, como por último nos ofrecieron, la conocidísima “Soulless”, temas que, por otro lado, causaron estragos entre los aficionados al “pit” y a las hostias sin sentido.

 Con una puesta en escena más bien discreta, estos suecos desgranaron su Death Metal a la vieja usanza, con riffs contundentes y oscuros, y dejando de lado la parte más rápida y extrema de sus últimos lanzamientos, los cuales poseen varios de los cortes más rápidos de su discografía, véase “A World In Darkness” o “Bloodpath”. Tras hacer gala de un muy buen sonido y una entrega que no palideció en ningún momento de todo su repertorio, se despidieron dejándonos buen sabor de boca y con ganas de volver a verlos la siguiente vez que nos visiten.  

Tras la “intro” de rigor, los americanos NILE fueron los encargados de continuar dando calor al público. Lo primero que llamaba la atención, nada más comenzar el show, fue el despliegue técnico que tenían estos musicazos. Pedaleras y disparadores midi, ordenadores y un montón de pedales conmutadores que lanzaban las intros y otros samplers.

 A medida que avanzaba el concierto, se fue haciendo evidente la profesionalidad con la que Nile ejecuta los temas. Ni un fallo. Con una ejecución perfecta, dieron su repaso a la discografía con la que nos han obsequiado en los últimos años, sirva de ejemplos “Black Seeds of Vengeance”, “Black Flame” o “Ithyphallic”, entre otros. Aquellos que los conozcan sabrán a lo que me refiero. Nile no son famosos por hacer temas simples precisamente, sino que el Brutal Death Metal que tocan es intrincado, técnico y atmosférico en algunas ocasiones. Con sonidos sacados directamente de la obra de Gustav Holst, y adaptados a los temas, los cuatro de Estados Unidos nos deleitaban con partes distintas, originales y con algunos interludios a los que ellos metían voz o guitarra a tiempo real, según se requería. Esto tiene un punto negativo, pero en este caso es de imagen. No queda muy bien que, en un sampler oscuro y tenebroso, metas una voz gutural y de ultratumba y… sonrías a la gente. A ver… eso NO queda bien. El tema de la imagen es algo que deberían estudiar más, ya que las sonrisas socarronas se fueron sucediendo en todo el concierto y, a mi parecer, esto jode la atmósfera que van creando con tal perfección técnica. Una pena. No obstante, mientras avanzaba el concierto, nos fuimos dando cuenta de que, tanto interludio y tanta mierda, al final cansa. Mucho tecnicismo y mucha profesionalidad, pero salvo que seas un gran fan de todo lo que hagan estos americanos, acabas saturado. A esto habría que sumarle el abuso que hicieron de los temas con medio tiempos, los cuales en ocasiones bajaron demasiado la intensidad de todo el concierto. A pesar de todo, la gente respondía muy bien. Los asistentes se motivaban con cualquiera de los cortes hasta que llegó el momento que suele llegar, según parece, en los conciertos de NILE. El momento subnormal. A pesar de que esto suene muy ofensivo, no se me ocurre otro calificativo para el señor Sanders. En un concierto de Metal Extremo es normal que haya pogos o que haya incluso “moshes”. Y si no te gusta, te jodes o tocas música clásica. Es lo que hay. Mientras un chico esperaba para saltar al público, chico que en ningún momento se acercó a los músicos ni les molestó, al señorito Sanders no se le ocurrió otra cosa más que darle un fuerte puñetazo en la espalda con toda su mala leche y tirarle. No contento con ello, y mientras el agredido pedía explicaciones (lógicamente), el enanito gruñón se descolgó la guitarra, nos deleitó con un “fuck you” y le apremió para que subiera a batirse en duelo. Le faltó darle con el guante en la cara. Esta lamentable actuación de Karl Sanders tira por tierra toda la profesionalidad del grupo, haciendo que mi interés por esta banda, al igual que a muchos, se torne a un cero total.  Así terminó esta brutal gira, con otro puntapié a la reputación de una gran banda y, aunque joda decirlo, de un gran músico. BELPHEGOR y GRAVE nos trajeron momentos gloriosos, más que suficientes para poder decir que mereció la pena pegarse el viaje a Vitoria. Sin embargo, NILE esta vez sobró un poco. Se podían haber quedado en su casa, a ver si allí les aguantan tanta estupidez, especialmente al cerdo egocéntrico de Karl Sanders.  Por último, incluyo un comentario final  para  informar que los roadies de NILE nos prohibieron, inexplicablemente, tomar fotografías -y eso que íbamos acreditados y que en ningún momento se usó flash, tal y como dictan las normas para este tipo de eventos-. De ahí la escasa cantidad de imágenes que acompañan a esta crónica. Idiotas hay en todas partes.  

Texto: Thulsa Doom. Fotos: Lola Hierro

Promotor:Scary Noise

Asistentes:200

Día:12/09/2008

Sala:Sala Azkena

Ciudad:Vitoria

Puntuación:7