Poco me esperaba yo encontrar la sala Mephisto llena casi a reventar para ver a NECROPHAGIST: Es más, mis expectativas tenían más que ver con una afluencia de público de lo más justita. Cuál fue mi sorpresa al ver el ambientazo que ya había cuando BURNING SKIES se encontraban descargando su set. La clave de todo esto, y de ello me daría cuenta más tarde, reside en que la mayoría de gente que allí se encontraba no iba a ver a los cabezas de cartel, sino a MISERY INDEX. Poco a poco lo fui entendiendo. Dicha agrupación parece haber pegado bastante fuerte dentro de la escena hardcore barcelonesa, por lo cual en Mephisto se dieron cita tanto los seguidores amantes del death metal ultra técnico como los devoradores del hardcore más grueso y bestia, los mismos que ayudaron a llenar en su día la misma sala a propósito de la visita de NAPALM DEATH. Si bien hace un par de años era habitual dentro del circuito de giras encontrarse carteles compuestos a medias por bandas de black metal como de death metal con la intención de congregar al mayor número de asistentes de ambos estilos y poder amortizar el evento, últimamente parece que el incluir a bandas de metalcore (o más bien deathcore) en las giras de bandas de death metal se está erigiendo una estrategia en alza. Bien, no me entusiasman este tipo de grupos, pero si ello permite que a los promotores les salga viable la jugada, adelante, todo sea por garantizar la continuidad y el futuro del circuito de conciertos en cuanto a metal extremo se refiere.

Ante una cantidad de gente que se multiplicaría minutos después, los BURNING SKIES comenzaron su show. Atacando sobretodo temas de su “Desolation”, último de los dos álbumes editados hasta la fecha por la banda, demostraron bastante buen hacer y saber estar sobre las tablas, pecando quizá en algunos momentos de cierto inmovilismo. Con su deathcore furioso, convencieron a más de uno. No se puede decir que dieran el sorpresón ni que hicieran enloquecer a la concurrencia, pero tratándose del primer grupo en saltar a escena, agradaron bastante en lo musical, y convencieron con la forma de hilvanar su agresión sonora. Eso sí, a diferencia de lo que sucedería en otros momentos de la noche, el público permaneció quieto y calmado.

Y si bien BURNING SKIES formaban tándem con  MISERY INDEX en cuanto a estilo, ORIGIN eran lo propio para con NECROPHAGIST. Muchos fuimos los que nos alegramos de que estos tíos de Kansas tan cabreados con el mundo se añadieran a última hora al cartel que los traería de gira por aquí, pues la dicha nos supuso comprobar también que en directo resultan un torbellino. Viendo que ninguno de los grupos teloneros llevaba técnico de sonido propio y a sabiendas de antemano que por la PA iba a asomar el mismo sonido correcto pero vago de siempre, unos cuantos nos dirigimos a la primera línea de fuego para empaparnos de la brutalidad salida directamente del horno, esto es, de las pantallas de la banda. Siempre que en un disco de death metal escuchamos unas profundas voces guturales muchos tendemos a imaginarnos que el voceras será un ser gordo, peludo y feo. A menudo la realidad es bien distinta, pero en esta ocasión se agarró a todos los clichés posibles. El grandote de James Lee alumbró podredumbre desde sus fermentados pulmones. El batería John Longstreth, por mucho que pareciera salido de la peli aquella de los Beatles, afrontaba los blast beats como si estuviera cocinando una paella, mientras que el guitarrista Paul Ryan arremetía contra sus cuerdas como si fuera una máquina de matar, riff tras riff, punteo tras punteo. Mención a parte merece el enfermo del bajista Mike Flores que, lejos de hacer honor a su apellido, se ocupó de ilustrarnos lo que sería la definición perfecta para aunar técnica, brutalidad y, sobretodo, demencia. Y es que hay que estar realmente enfermo para tocar así. La única vez que he alucinado tanto con un bajista en directo ha sido con Tony Choy haciendo de las suyas este verano en Wacken con ATHEIST. El amigo Mike, no contento con mover sus dedos por el mástil a la velocidad de la luz, recreándose en técnicas tales como el staccato, el vibrato o el trémolo tenía tiempo para hacer segundas voces y para moverse y todo. Eso sí, dio la sensación de permanecer durante todo el show con los ojos cerrados (¿estaba concentrado o en pleno ataque de locura?) En temas como “Reciprocal” o la amurallada “The Burner” la banda pudo demostrar todo su potencial. Una gozada, vamos.

Aunque todavía no había tenido la oportunidad de presenciar un show de MISERY INDEX, corría la voz que sobre las tablas eran un bastión. Cuando el concierto dio inicio, un brutal moshpit invadió la primera mitad de la sala Mephisto, siendo los seguidores del hardcore sus principales hacedores. La banda, musicalmente, convence. A pesar de ese componente hardcore, la base musical está impregnada de death metal por todas partes, aunque con unas voces más rotas y menos guturales de lo que a más de uno le gustaría (entre los que me incluyo). Al margen de la locura colectiva que estaba teniendo lugar, uno se intentó centrar más en el show y en todo lo que deleitaba a nuestros oídos. Y, ciertamente, a pesar del buen nivel, creo que la propuesta se fue haciendo algo repetitiva con el paso de los temas, todo comenzó a sonar demasiado cuadrado y predecible. Principalmente se encargaron de darle cancha a su última larga duración editado hasta la fecha (“Discordia”), aunque también sonaría el tema homónimo de su recientísimo EP “Hang Em High”, potente corte muy acorde con el resto de su discografía. Buen concierto de los de Maryland que, más allá del favor que les está haciendo el “efecto moda” y el ser americanos, apuntan muy buenas maneras.

Lo de NECROPHAGIST vendría a ser como pillar por sorpresa a ATHEIST y SUFFOCATION masturbándose en el lavabo. La técnica, los cambios de ritmo y el juego ocasional con las melodías más sorprendentes, se erigen el leitmotiv de toda una serie de bandas que saben mimar estas variables con la suficiente creatividad como para llevarlas su propio terreno, en el que son capaces de cultivarlas y hacerlas crecer. De ahí la naturaleza y singularidad con las que son capaces de dotar muchas formaciones a su música. NECROPHAGIST llevan el discurso musical elocuente al terreno de la deliciosa aberración. ¡Y cómo nos gusta! O, más que gustarnos, nos seduce y nos alela. Bien, esto es difícil de decir. Que durante la actuación de MISERY INDEX explotara tal espiral de violencia entre el público y que en cambio durante la de los germanos reinara la más absoluta calma puede deberse a dicho efecto turulato o bien a lo ya comentado antes, que tan sólo unos pocos fuéramos realmente a disfrutar y enloquecer con las canciones de “Moha” (cerebro de la formación) y los suyos. Muhammed Suiçmez, originario de Marruecos y posiblemente uno de los pocos sarracenos (posiblemente el único) merecedores de mi lisonja y adulación.

La banda se mostró en todo su esplendor y no dio su pie a torcer en ningún momento, a pesar de que durante las primeras fechas de la gira se vieron obligados a cancelar algunos shows debido a que su batería se encontraba aquejado de alguna enfermedad por determinar. Eso sí, esas primeras fechas se celebraron igualmente, actuando el resto de bandas. Fijo que alguno salió con un buen cabreo.

El show fue muy parecido al que unos cuantos afortunados tuvimos oportunidad de ver en el marco del Alhama Metal Madness hace unos meses, estando el playlist centrado sobretodo en su flamante “Epitaph”, disco que muy probablemente fuera interpretado de forma íntegra esa noche. El comienzo del show con la suprema “Stabwound” fue poco menos que avasallador. Por mucho que te esperes algo bueno, esta peña se lo monta que da gusto. También cuenta bastante el hecho de que, para nuestra fortuna, la banda se trajo técnico de sonido propio, por lo cual por primera vez esa noche pudimos disfrutar de un sonido más allá de lo correcto, pues los grupos precedentes habían sonado todos iguales. Unas guitarras mucho más abrasivas y un sonido que, esta vez sí, le dio significado a la palabra “potencia” fue el pilar sobre el cual se expusieron los argumentos musicales de la banda. No se puede decir que NECROPHAGIST sean los tíos que más se mueven sobre el escenario, pero es que la orgía técnica tampoco posibilita que los músicos hagan demasiadas virguerías: tan sólo viendo a Mohammed tocar su guitarra y cantar a la vez ya tenemos el espectáculo asegurado.El frontman, algo tímido, apenas entró en contacto con el respetable más que para soltar algún que otro “Thank you for coming”, mientras que los aplausos, eso sí, se dejaban escuchar en todo una acto de justicia. “Epitaph”, “The Stillborn One” o “Ignominous & Pale” provocarían que a un servidor se le erizara el vello en más de una ocasión, mientras que algún que otro tema del primer disco resultó del todo útil para acabar de saciar el hambre de muchos fans. Sin embargo, el desvanecimiento de una compañera me obligó a perderme el tramo final de la actuación, por lo cual tampoco sé muy bien qué fue lo que llegó a ofrecer el grupo en algunos tramos del show. Eso sí, lo pude escuchar desde fuera y, a juzgar por ello, la lección de maestría continúo sin medias tintas.Todo un lujo el que hayamos tenido la oportunidad de presenciar una gira así por estos lares. Esperamos que esta situación se vuelva a repetir en el futuro o bien que la banda empiece a tener algo de presencia en el circuito de festivales veraniegos europeos, ya que de momento la actividad de NECROPHAGIST en ese ámbito es casi nula. ¡Me largo corriendo a ponerme una buena ración de death metal ultratécnico!  

 

Texto y fotos: Penumbra

Promotor:Thirteen On The Road

Asistentes:400

Día:25/02/2007

Sala:Sala Mephisto

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8