NAPALM DEATH + VERDUGO

 ‘Barney’ Greenway, Mitch Harris y Danny Herrera llegaron a la sala La Trinchera como cualquier mortal. En coche y entrando por la puerta principal. Poco después, Shane Embury. Si no llega a ser por los propios promotores, el guarda de seguridad les hubiera hecho guardar cola para entrar, porque es tan obvia su sencillez, que hasta Barney le tuvo que explicar que era miembro de la banda que iba a actuar esa noche. E imagino que es lo que hacen todos los días de sus vidas. Sea Helsinki, New York o Málaga. Aunque no es algo que coge por sorpresa. No hace falta ser amigos íntimos de los británicos para saber que su humildad en el mundillo es la misma que en sus inicios. Hayan publicado los clásicos que sean, sean los padres del death metal/grindcore, o lleven 33 años en activo. Son muy conscientes, como más de una vez han declarado en sus entrevistas,  que pertenecen a un género minoritario. Pero su pasión por lo que hacen, es la base para mantenerse todos estos años vivitos y coleando sin importarles  sin son decenas o cientos, las personas que asisten a sus conciertos.

Pero antes de presentarnos su nuevo trabajo “Utilitariam”, los locales VERDUGO, ganadores de un concurso convocado por la organización para elegir a los afortunados que abrirían la noche, salieron a escena para caldear el ambiente. Metal extremo con todas las de la ley, (donde primaba el death metal) con gran variedad de voces tanto guturales como limpias, que con gran soltura sobre las tablas, bien dejaron patente en temas como “Rosas Negras”, “Desgraciado” o “Por el Hacha”; esta última a modo de cierre. Cumplieron su papel con creces y recibieron el beneplácito de los allí presentes.

Pocos minutos de espera hubo para recibir a los de Birmingham. Sin muchos aspavientos ni grandilocuencia en adornos escénicos, Barney Greenway comenzó a moverse por el escenario con esos movimientos espasmódicos que le caracterizan al ritmo de “Circumspect” y “Errors In The Signals”. Y es que era obvio que su último trabajo era el que más peso iba a tener en el set-list, donde “Everyday Pox” y “The Wolf I Feed” también encontraron su hueco. Pero su larga trayectoria les obliga a recorrer toda su dilatada discografía, y temazos como “Silence Is Deafening”, “Practice What You Preach”, “Lucid Fairytale”, "Mass Appeal Madness” o “Suffer The Children” en su tramo final, hacen que entren en comunión viejos y nuevos seguidores de la banda.

Son muchos años de experiencia a sus espaldas, y demuestran ser una apisonadora en directo. Músicos de sobrada solvencia que se unen a un gran maestro de ceremonias como es Barney. No paró de bromear con los asistentes, hablar en español alguna que otra vez, e incluso se permitió un paréntesis para hacer advertencias, siempre en tono humorístico, para que los seguidores que subieran al escenario tuvieran cuidado al saltar sobre el público. Y es que el primero que lo hizo, vino a darse con los piños en el suelo.

“Dead”, “Unchallenged Hate”, "Can’t Play, Won’t Pay", “Deceiver” o “Continuing War on Stupidity”,  fueron otras ponderosas descargas que dieron juego a ese salvaje y constante mosh pit de las primeras filas, antes de un breve descanso tras la versión de DEAD KENNEDYS “Nazi punks fuck off”. Esta nunca falta a la cita.

Los bises estuvieron dedicados a su debut “Scum”, piedra angular del género. El tema título, “Life?”, “The Kill”, “You Suffer” (¿sigue teniendo el record de los guinnes de la canción más corta?), que interpretaron por segunda vez en la noche, y la aplastante “Siege of Power”, dieron por cerrado un trepidante show, de poco más de una hora, que dejó más que satisfecho a todos los asistentes.

 Veni, vidi, vici, como se dice. NAPALM DEATH dejaron un gran sabor de boca entre el público malacitano que, esta vez sí, respondió logrando un casi lleno absoluto. Y es que cuando un concierto de una banda con cierto nombre está bien organizado y ha tenido una buena promoción, se nota antes, durante y después.

Otro concierto más para la historia de la banda. Shane Embury, Barney Greenway, Mitch Harris y Danny Herrera irán hoy a otra sala para repartir cera entre sus seguidores. Como todos los días de sus vidas. Si por ellos fuera, y su salud se lo permitiera, estarían haciéndolo otra treintena de años más…