Hora y cuarenta minutos que nos supieron a poco, pero genial el poder disfrutar de una de las más grandes agrupaciones de rock sureño que han existido. Son tan buenos que el hecho de que estuviera sólo una guitarra no restó enteros a un show que por momentos fue espectacular.

Si eres amante del rock sureño estaba claro que la cita del pasado lunes en Barcelona era obligada. He tenido la enorme suerte de poder ver en directo a Blackfoot, Molly Hatchet y Lynyrd Skynyrd, pero difícilmente veré a Allman Brothers, 38 Specials o The Outlaws. Y esta era la tercera cita con los de Jacksonville. Evidentemente el símbolo del rock sureño son las guitarras, y lo digo en plural, pues los Hatchet han llegado a tocar con tres a la vez en directo, así que el hecho de que esta vez sólo estuviese Bobby a las seis cuerdas, fue algo ciertamente inaudito. Un importante hándicap inesperado que no por eso hizo bajar enteros a un show, por momentos matador, pero del que echamos de menos los devaneos jams y ese ataque de las guitarras dobles que son santo y seña del estilo.

No hubo teloneros pero sí una colorista y variada concurrencia vestida con motivos sureños y barbas acorde con el espectáculo que tuvo inicio con un “Here I Go Again” de fondo (Whitesnake). Se hizo la luz y los rudos músicos, sobrados de actitud hicieron presencia. A destacar el doble teclado de John Galvin y el ventilador para el pelo de Shawn Beamer. Todo un posturitas, aunque espectacular, dejando patente que en técnica y espectáculo ha bebido mucho de Eric Singer (actualmente en Kiss). “Whiskey Man” y “Bounty Hunter” abrieron fuego con un Phil McCormack al que se le notan los años pero siempre capaz de dar el callo y el nivel. Gator Country” lució con ese enorme logo del grupo de fondo mientras la media sala rugía ante cada clásico.

El trabajo al bajo de Tim Lendsley es pura clase y se agradece que tirasen de coros reales en estos tiempos en los que tanto nos dan gato por liebre. El sr. Ingram se basta solo para colmarnos con su guitarra en ese mix que empezó con “Edge of Sundown”, pero al fundirla con la fundamental “Fall of the Peacemakers” la cosa quedó coja. Tanto que el final guitarrero se quedó en agua de borrajas. Aquí se echó mucho de menos a Dave Hlubeck en un tema que es su “Free Bird” particular. Hubo un extenso solo de batería de Beamer demostrando pegada y mucho vuelo con las baquetas. Bobby es todo sonrisas y un placer verle tocar. Tenían leves coreografías con los mástiles y pie de micro con las que daban juego y dinamismo a un buen show.

McCormack pone la mala leche con esa cara de profesor inflexible a pesar de que estuvo bastante comunicativo. Disfrutamos de “Devil’s Canyon” y “Beatin’ the Odds”, pero servidor agradeció enormemente el “Been in Heaven, Been in Hell” del “Justice”. Tremendo tema de tremendo disco del que me sorprende que recurran tan poco. Gran final con la fundamental “Junkin’ City” y sobrados de calidad en la extensa versión de los Allman Brothers “Dreams I’ll Never See”. Es un detalle que siempre tengan esa versión de los Skynyrd o los Allman. Se extendieron ampliamente en las presentaciones destacando las muchas décadas en la banda de John Galvin y sobretodo a la figura de Tim Linsdey (bajista). Eché de menos algo de “Warriors of the Rainbow Bridge”, pero arrasaron con todo en “Flirtin’ with Desaster”, quizá su tema más célebre. Incluso McCormack acercaba el micro a Bobby para que soltara sus silbidos característicos.

Hora y cuarenta minutos que nos supieron a poco, pero genial el poder disfrutar de una de las más grandes agrupaciones de rock sureño que han existido. Son tan buenos que el hecho de que estuviera sólo una guitarra no restó enteros a un show que por momentos fue espectacular. Esperemos pronto material nuevo y otra visita, aunque un poco de rock sureño en los festivales patrios no estaría de más…

Promotor:RM Concerts

Día:2016-12-19

Hora:21:30

Sala:Razzmatazz 2

Ciudad:Bareclona

Puntuación:7