Curiosa despedida para un concierto correcto aunque intenso que tampoco difiere mucho de lo que suelen ofrecer en las descargas en festivales. Menos espectacular pero con la posibilidad de ver de cerca los muchos detalles técnicos y el buen hacer de una banda que por momentos parecía que cumplían a piloto automático. No vivimos la sensación de show matador de otras veces

Siempre he podido ver a la banda del tío Al Jourgensen en festivales y ocupando puestos de privilegio, así que la oportunidad de verles en su propia gira, y en sala, me pareció obligatoria. Ministry asombraron al mundo con su faceta industrial y su mezcla alquímica de punk y metal con ruiditos y ritmos maquinales a principios de los 90. Tuvieron su momento pero han ido sacando discos asombrosos especialmente cuando Bush hijo estuvo en la Casa Blanca. Casi casi, y parafraseando al divino Dalí, debería pagar royalties por inspiración a Bush, igual que la broma que le hizo el del Ampurdán a Picasso por el “Guernika”; ya que, a fin de cuentas, Hitler inspiró a Picasso tras el bombardeo. Ahora que se postula un personaje tan siniestro como Donald Trump para la presidencia podemos esperar que Jourgensen vuelva a repetir una obra maestra como fue “Rio Grande Blood”. Inspiración no le faltará.

Antes de que tito Al descargara su inigualable fiesta industrial estuvieron los infalibles Alyanza sobre las tablas. Me los perdí en el Rock Fest, así que era de recibo verles en directo. Son una de las agrupaciones más solventes e históricas que tenemos en Cataluña y no defraudaron a pesar de que la sala estaba algo desangelada. El sonido les respetó y su thrash metal lució como merecía si bien la influencia de Kreator es absoluta. Andrés ejerció de maestro de ceremonias y el combo gustó a base de riffs y detalles técnicos. 45minutos que incluyeron “Revolution” y que merecieron el aplauso final.

A pesar de que la Razz 2 lejos está del espacio enorme de los escenarios de festival el grupo coloca hasta tres pantallas y Al tiene en su pie de micro su habitual parafernalia. Una intro maquinal y unos gritos de “Barcelona, Barcelona” entre bambalinas dieron paso a “Hail to His Majesty (Peasants)” de su última obra, con Al ataviado con una máscara de gas. Ya en “Punch in the Face” hubo imágenes críticas con Trump y Hillary Clinton escenificando una lucha entre ambos como si fueran Godzillas. El aspecto visual está tan cuidado como el sónico. De entrada destacó sobre todo el buen hacer de todo un Roy Mayorga a la batería con un vuelo espectacular de baquetas y una contundencia tremenda en la pegada. Un grito dio inicio a “PermaWar” pero sería en “Rio Grande Blood” cuando las cosas empezaron a marchar bien y la conexión con el público se hizo patente. El apoyo de los samplers no tuvo el protagonismo de otras veces y a algunos efectos les faltó el volumen deseado, aunque sí pudimos disfrutar del gran trabajo en los instrumentos. Excelente Jason Christopher a las cuatro cuerdas.

Al se mueve bien aunque no fue su noche con los micros ya que a lo largo de la velada tuvo varios problemas que le impulsaron a usar el resto de micros de sus compañeros. “Señor Peligro” y sobre todo “LiesLiesLies” hicieron saltar a una Razz 2 que registraba una excelente entrada con crowdsurfing en las primeras filas inclusive. Tras “Waiting” se dio paso a “N.W.O.”, corte aquí muy conocido pues en su día formó parte de la BSO de “El día de la bestia”. Las rastas del divo danzaron en “The Missing” y “Diety” pero el momento de la noche fue en “Thieves”. Espectacular obra maestra que sigue siendo una de las cimas del metal industrial. La de bandas consagradas y multitudinarias que han bebido de lo que hizo Ministry en su época dorada… Brazos en alto y éxtasis para una audiencia que aquí lo dio todo. Parcos en parlamentos y sobrados de actitud consiguieron mantener el momento dulce con las históricas “Stigmata” y “Psalm 69”. La sonrisa malévola del líder se dibujaba cuando el sampler lanzaba los “Aleluyas”.

Terminaron con la contundente “So What” y la atmosférica y extensa “Khyber Pass”, con deje arábigo. Abandonaron la escena con un escueto adiós mientras los ritmos maquinales mantenían la llama viva con el juego de luces. Lo que siguió a continuación fue esperpéntico para algunos y una genialidad para otros. El grupo volvió a escena y Al nos dijo que iban a tocar un tema de su otra banda: Surgical Meth Machine. Cayó pues una melódica e inspirada versión de “Gates of Steel” de DEVO aunque la dejaron a mitad y se retiraron casi sin despedirse, mientras, durante unos 10 minutos, las pantallas siguieron escupiendo publicidad del disco de Surgical Meth Machine, auspiciado por Nuclear Blast. La gente no sabía si esperar otro tema o largarse de la sala… Original, sí, pero tomadura de pelo para muchos tras hora y 35 minutos de concierto.

Curiosa despedida para un concierto correcto aunque intenso que tampoco difiere mucho de lo que suelen ofrecer en las descargas en festivales. Menos espectacular pero con la posibilidad de ver de cerca los muchos detalles técnicos y el buen hacer de una banda que por momentos parecía que cumplían a piloto automático. No vivimos la sensación de show matador de otras veces, pero cumplieron su cometido. El merchandising realmente caro y la mayoría de camisetas con Al de protagonista, incluso una con la bandera americana con la leyenda escrita de “Vota por el tito Al”. En fin… queda claro que si sale Trump como presidente, lo único bueno que va a disfrutar el mundo es que Ministry van a tener inspiración y dardos para cuatro años mínimo.

Promotor:Rock N Rock

Día:2016-08-29

Hora:19:45

Sala:Razzmatazz 2

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Alyanza

Puntuación:7