En uno de los días más calurosos de la península, con unos asfixiantes 45º a la zombra, acudimos a la localidad granadina de Atarfe para ver en directo a dos de las bandas más carismáticas de rock duro: Twisted Sister y The Scorpions. Utilizamos el servicio de transportes del bueno de Noel (Hard times metal productions) para acercarnos desde nuestra estancia vacacional en Málaga a este Medina Classic Rock Festival, que se realizaba coincidiendo con la fiestas de la población. Antes de empezar a describir el concierto me gustaría decir que la organización del festival se lleva el premio a la desorganización, por no prever unos accesos en condiciones al recinto. La avalancha de miles de personas (más de 7.000) entrando por una puertuca de apenas tres metros de anchura, hizo que el flujo de entrada fuera lentísimo, de forma que la falta de cálculo entre apertura de puertas y comienzo del show provocó que Twisted Sister empezaran a tocar con la mitad de público aguardando fuera. Las voces de indignación fueron el comentario más escuchado. Faltó poco para que Nacho (Beethoven R) y un servidor saltáramos el muro para evitar el increíble atasco. Afortunadamente no se produjo ningún accidente, porque realmente aquello parecía una escena dantesca del filme “Jumanji”.

El primer grupo en tocar fue Twisted Sister, y con ellos se diluyó en parte el malestar creado por el descontrol del evento. Pero el descontento volvería más tarde cuando a las dos horas se bloquearon los cañeros de cerveza, y poco más tarde se agotaran la mayoría de las bebidas, teniendo que recurrir a lo único que quedaba: Destorgiñador (ginebra y naranja).

Minutos después de las diez de la noche saltaron los chicos de Snider a comerse la villa andalusí. Parece que les está gustando la península, porque como ellos mismos dijeron con Ojeda de traductor natural dado sus orígenes latinos, han estado 16 años sin venir y en los últimos meses han pisado media docena de ciudades por aquí. Su vestuario es el habitual de los bolos de toda la vida, es decir, que el señor Dee se travistió a su estilo, a mitad de camino entre Bette Davis y la Pitonisa Lola. Es increíble la vitalidad de este elemento, no paró ni un segundo de moverse de extremo a extremo del inmenso set (que no hubiera cabido dentro del pabellón cerrado donde inicialmente estaba anunciado el concierto). Y por su puesto, no faltó ni uno sólo de los clásicos de grupo: “The Fire Still Burns”, “Shoot ‘Em Down” o el himno republicano del Senador Swarzcheneger: “We’re Not Gonna Take It” (que me hizo recular cuando pretendía hacer una fugaz visita a Roca ©, fruto de las viandas locales –léase cervezas Alhambra-). Prosiguieron con “The Price”, con otra apenas conocida “I Wanna Rock”–aprovechando la ocasión para inducir al público gritar como locos para que los Scorpions, desde el backstage, supieran que “you are ready to rock"-, un “Come Out And Play” con un Mendoza machacando el mástil con sus morcillas digitales, “I Am, I’m Me”, y concluyendo la actuación con el típico “Es em ef”. Una energía increíble que contagió hasta al sector menos cultivado del público, que no esperaba encontrarse a unos artistas invitados tan rockeros cuando su máxima expectación era entonar baladitas alemanas.

A las doce y diez de la noche se escuchó un ¡Buenas noches Granadaaaa! procedente de la garganta cristalina de Klaus Meine. Pienso que es la persona que mejor conserva la voz con el paso del tiempo: insuperable, mejor incluso que hace 11 meses cuando se dejaron caer por Lorca. Y qué decir de la marcha que lleva Rudolf Schenker, aunque que con la bambina modelo (Tatyana Sazonova) que tiene no es de extrañar que le haya rejuvenecido 20 años. Puesto que la gira lleva el título de “Unbreakable Tour”, no era de extrañar que presentaran un puñado de cortes de su reciente disco, por otro lado de magnífica factura. De hecho comenzaron con “New generation” y con “Love em or leave em”. Pero era el turno de los clásicos, como el tremendo “Bad boys running wild” y “The Zoo”. Continuaron con “We’ll burn the sky” (que poco les faltaría para hacerlo quemar de verdad), “Deep and dark” y “Coast to coast”.

Sonaron de igual forma “Tease me, please me”, “Holiday” y “Through my eyes” para hacer un breve inciso con un solo de batería del tronado de su anterior fichaje Kottack (tan burro como la fonética de su apellido), que fue encadenado con el “Blackout”. Estaban en pleno cenit cuando interpretaron “Blood to hot” y un solo de guitarra de Matthias Jabs. Con un extraordinario “Big city nights” terminaron parcialmente su actuación, porque a los pocos instantes resurgirían con el “Still loving you” (desde aquí aprovecho para recordar a la gente de la emisora Kiss FM que no se les van a caer los anillos por pinchar de vez en cuando otro hit diferente de los germanos) y, como no, “Wind of change”. Curiosamente le estaba comentando a la incrédula Noelia que recordaba cuando editaron una versión especial del “Crazy nights” en la que incluyeron “Vientos de cambio” –en castellano-, cuando justo en ese momento comienza en el estribillo a cantar Klaus “Llévame, a la magia del momento de la gloria (…)” para asombro de los asistentes: ¡estaba cantando en castellano! Aunque insisto que sólo el estribillo; pero fue un noble gesto igualmente. Y ya para terminar la noche más rockera de toda Vandalucía (con permiso de Extremoduro, que estaban en esos momentos tocando por algún Polígano malagueño), el tornado de “Rock you like a hurricane” y “When the smoke is going down” hicieron que el destorgiñador que antes os comentaba me supiera a un estupendorro rebujito sureño. Pero que no se repita otra vez ese caos organizativo, porque la gente no paga seis mil pelas que se nos trate como cabras en la entrada y como guris en las barras.

Toni de la Quadra

Datos:

Polideportivo Municipal
Atarfe (Granada)
Promotor: BR Music
Publico: 7500 Personas

Día:24/07/2004

Puntuación:8