Festival de la Guitarra no es esa retahíla de conciertos que se hace en Barcelona entre los meses de abril y mayo de cada año, donde lo mismo toca La Oreja de Van Gogh que Raimundo Amador que John McLaughlin. Festival de la Guitarra es lo que aconteció en el interior de una despoblada sala Salamandra de Hospitalet de Llobregat hace unos días, cuando Marty Friedman, Yossi Sassi y Stephan Forté invideron el escenario para un festival de las seis cuerdas de lo más variado.

Ha sido el guitarrista de ORPHANED LAND, Sassi, quien ha ideado este encuentro de las culturas a través de la guitarra eléctrica. No cabe duda de que Forté, Sassi y Friedman no tienen nada que ver como guitarristas y que sus influencias musicales son de lo más dispar. De la música del este al metal progresivo pasando por lo tradicionalmente japonés. El caso es que el público no debió enterarse o no debió estar por la labor de salir de casa en un domingo, pero no había más de 100 personas en la sala donde actuaban estos tres genios. No nos olvidemos de que uno de ellos fue el guitarrista de una de las mayores bandas del heavy metal mundial durante su periodo más exitoso. Incongruencias del público, exigencias de la economía, qui lo sá…

La tarde la abrió ante poquita gente el bueno de Stephan Forté, que hizo un set de aproximadamente 45 minutos ante unos pocos curiosos. Su banda principal es ADAGIO pero no hace falta decir que la calidad como guitarrista de Stephan no da como para encasillarse únicamente en una banda de power metal progresivo neoclásico como la francesa. Presentando esencialmente su trabajo en solitario “The Shadows Compendium”, Forté hizo un set ligero, de siete temas, con “The Prophecies of Loki XXI” como una de las piezas más destacadas. Algo más de gente llegó a tiempo de ver a Yossi Sassi, cuyos originales ORPHANED LAND son una banda muy respetada en toda Europa. Sassi mostró la vertiente más original, especialmente en cuanto a influencias y a la unión de sonidos étnicos con la guitarra rock más usual. Tocó material de “Melting Clocks” como “Numbers’ World” o “Ain’t Good Enough” y convenció al público con una simpatía innata que le hace todavía más grande de lo que su guitarra consigue.

Llegó el turno de Marty Friedman. Hereje, le llamaron algunos cuando cambió MEGADETH por Japón y su bulliciosa cultura de la variedad musical. El cambio fue para bien, a juzgar por el carrerón que lleva en la tierra del Sol Naciente, pero me temo que algo le debe escocer al tipo cuando sale a tocar en una sala en Barcelona y no llega a 100 personas el total de asistencia. Ni un mes atrás, nos explicaba como acababa de tocar en el Tokyo Dome ante decenas de miles de personas. El caso es que si le escoció, no lo hizo ver. Salió a escena tan entregado como es habitual en él, haciendo posturitas, viviendo cada solo, cada arpegio y cada rítmica. El sueño de todo fotógrafo de conciertos, para que nos vamos a engañar. Y de MEGADETH no sonó apenas nada. Todo salió de sus trabajos en solitario, de “Bad DNA”, de “Tokyo Jukebox”, de “Loudspeaker” y demás. Y el público, aunque escaso, estuvo entregado demostrando que conocen bien la carrera post-MEGADETH de Friedman.

El show dio comienzo con “Bad DNA”, “Gimme a Dose” y la gran “Street Demon”. Desde un buen principio quedó claro que si alguien puede eclipsar a Friedman es su baterista nipón Charge, el cual hizo uso de todo su repertorio de caras, muecas y trucos durante el show. Con una apariencia cuasi caricaturesca, el tipo es un gran baterista y le da al show de Friedman un toque divertido que lo aleja de la típica sesión de guitarra masturbatoria.

Cabe decir que los temas más vitoreados fueron los del ya lejano “Music For Speeding”, como “Novocaine Kiss” o “It’s The Unreal Thing”. Con los años, Friedman ha ido incorporando más influencias niponas en su estilo como guitarrista, y eso es algo obvio en las canciones de “Bad DNA” y, por necesidad, en las versiones que realiza en “Tokyo Jukebox”. Cosas como”Tsume Tsume Tsume” o “Yaki No Hana” fueron muestras genialidad a la hora de llevar material como ese a la guitarra más heavy. El único atisbo de reconocimiento hacia su antigua banda fue un fragmento de “Tornado of Souls” que sonó durante un medley a medio concierto con “Asche Zu Asche” y “Forbidden City”. Por lo demás, Friedman demostró que no necesita a MEGADETH para llenar un concierto. No obstante, quizá si se hubiera decantado por recordar un poco más esa parte de su carera musical, el público habría acudido de manera más consistente. Una pena. Dudo que Friedman vuelva a aparecer por España en una temporadita visto lo visto…

Texto y fotos: Sergi Ramos

Promotor:Rock N Rock

Asistentes:100

Día:21/10/2012

Sala:Salamandra

Ciudad:Hospitalet de Llobregat

Puntuación:8