MARTOHELL HORNS UP (Korpiklaani, Skyclad, Blitzkrieg)
El Martohell Horns Up es la nueva propuesta que viene a sumarse al ya conocido “Martohell Oktober Fest”, que este año celebrará su segunda edición, como bien indica su nombre y como esperemos siga indicando en años venideros, en octubre. Así pues, la Asociación Metalkuins nos propone este año festival en Martorell por partida doble. Las condiciones, en todo caso, son muy similares, pues ambos se realizan en el mismo recinto y atienden a una política semblante: traer a bandas de metal que no se dejan caer normalmente por España, que no arrastran a un bastión de fans y, por ahora, que no se encuentran realizando una gira por Europa con todas las de la ley, siempre arropadas por otras bandas de calidad españolas Los precios populares y la cercanía con el público asistente son los otros dos componentes que ayudan a hacer rodar la maquinaria y que, de momento, han demostrado funcionar.
Quisiera aclarar de entrada que por condicionantes personales que no vienen al caso tan sólo pude presenciar la actuación de las bandas internacionales. Muy a mi pesar, por cierto, ya que de veras tenía ganas de ver en acción a agrupaciones de aquí como BETWEEN THE FROST, EVERFROST o AUTUMNAL, pero no pudo ser. Quienes me conocen por poco que sea, ya saben que me suelo dejar caer por todo tipo de conciertos a lo largo y ancho de la geografía española, que es de mi agrado saborear el producto patrio underground y que, por lo tanto, tarde o temprano volveré a cruzarme con muchas de estas bandas y, a su tiempo, podré realizarles la crónica que se merecen. ¡Les debo una! A pesar de que me perdí gran parte del festival, me propuse realizar una breve reseña para la web, aunque fuera a vista de pájaro, ya que desde mi punto de vista iniciativas como estas se merecen todo el apoyo y la difusión posible por lo loable de la causa. Hay quien dice por ahí que el Martohell, en cualquiera de sus dos encarnaciones, podría llegar a convertirse en el Keep It True español. ¡Y muchos deseamos que así sea! Festivales con esta filosofía no abundan por estos lares, y todos los que nos regocijamos con la posibilidad de presenciar la actuación de bandas poco habituales, clásicas o incluso de culto, afrontamos nuestro apoyo al festival, por poco que sea, con el suficiente empeño. Y aunque uno no sea un gran seguidor de las bandas que se dan cita sobre las tablas (como era mi caso en esta ocasión) las ganas de sumarse al acontecimiento no deberían faltar.
Quizá la nota más graciosa o, quizá debería decir, enervante y estúpida, me ocurrió a las puertas del recinto. Cuando me disponía a entrar, los encargados de la seguridad de la puerta, tras hacerme abrir la mochila y encontrar una botella de agua y un paquete de galletas me dijeron que LAS GALLETAS no las podía entrar al recinto. Tras interesarme sobre qué era lo que se podía entrar al lugar, me dijeron que se podían entrar bocatas y bebidas (!!) pero no dulces (!!!!!). Salvo eso, cualquier tipo de comida. Al final resultará cierto eso de que los dulces son malos. Tal y como me lo dijeron, y tras hacerles saber que en 10 años de asistir a conciertos jamás me habían espetado tal patochada, cogí y me bebí mi botella de agua enterita allí mismo. “No, que el agua sí que la puedes entrar”. Obviamente, ni se percataron de que después de la barbaridad que me habían soltado, necesitaba un trago para conseguir salir de mi estupor, de mi pasmo. A continuación, les forcé a darme una explicación racional (porque que se querían comer mis galletas ya lo sabía). “Si entras galletas dulces, caen al suelo y se derriten, la gente que esté en el concierto podría resbalar y matarse”. “Ah, ¿y con el agua de mi botella no?”. En fin, llegados a este punto, ya no vale la pena seguir explicando las memeces que en esos instantes acontecieron. Lógicamente, la seguridad del Martohell Horns Up es externa, por lo cual pocas explicaciones se le pueden pedir a la organización. Tan sólo apuntar que para el año que viene se intente que el Ayuntamiento o la empresa de seguridad envíen a tal efecto señores que a) no estén muertos de hambre b) no se intenten reír en tu cara y tomarte por un estúpido.
Se ha despotricado bastante contra la organización por el tema de lavabos en el recinto, pero lo cierto es que poco tienen que ver ellos en este pequeño desaguisado. La cosa funciona del siguiente modo: los organizadores hacen una petición al Ayuntamiento y éstos últimos les proporcionan lo que estiman (léase escatiman) necesario. Así queda el asunto. Los que en varias ocasiones nos hemos preocupado de organizar eventos ya conocemos el percal: cuando dependes de los demás (por lo general terceros proclives al desafecto) para llevar a cabo un proyecto ilusionante, tienes bastantes números para que aquello diste bastante de resultar adecuado. Afortunadamente, la implicación (totalmente desinteresada) de los integrantes de la organización es tal que, a fuerza de tesón y voluntad, todo punto negro resulta minimizado. Y es que realmente, aquello estuvo muy bien y prácticamente nada se les puede achacar a ellos. Quizá faltaron más botellines de agua (y es que junio no es octubre, hace más calor y la gente pide más fluidos vírgenes), por decir algo que me venga de buenas a primeras a la cabeza, pero ya ven, detalles menores. A la hora de verdad todo salió a pedir de boca.
Tras pasar por la zona exterior, donde se encontraban los puestos de comida, de bebida, de mojitos comunistas y, digamos, de “recreo” (con césped, sillas, etc), entré en la zona cubierta, la nave industrial donde se encontraba el escenario justo a tiempo para presenciar los dos últimos temas que AUTUMNAL interpretarían esa tarde. Pesados, aburridos, monolíticos… todo tipo de adjetivos llegaron a mis oídos esa noche en referencia a la banda madrileña, hecho que no hace sino poner de manifiesto una vez más la poca cultura musical que poseen los heavies más cerrados de mente, ¡bravo!. Lo poco que vi, me encantó, densidad, preciosismo y profesionalidad a partes iguales.
Con la vitola de ser uno de los grupos más respetados de la NWOBHM, BLITZKRIEG se presentaban ante la audiencia con las suficientes ganas como para cuajar una actuación a la altura de las circunstancias. Lo cierto es que vi al voceras Brian Ross bastante flojo durante la interpretación del tema inicial, pero a partir del segundo ataque comenzó a afinar de forma correcta y consiguió cuajar un papel más que digno. Así, pues,”Armageddon”, sonó a medio gas. Una pena, ya que se trata de una de las joyitas del disco más laureado de la banda, el debut del ’85 “A Time of Changes”, el cual considero sin lugar a dudas el LP clave de BLITZKRIEG, del cual también sonaría el tema que da nombre a la banda a modo de colofón del show. Si bien los componentes del combo inglés no se mostraron especialmente comunicativos, sí que consiguieron brindar a los fans una actuación en la que se viera representada toda la carrera de la banda de forma coherente, siendo respaldados en todo momento por un buen sonido (afortunadamente esta fue la tónica de todo el festival). “Hell Express”, “I’m Not Insane”, “Unholy Trinity”, “The Phantom” y “Dark City” fueron otras de las piezas que ayudaron a dar vida a la actuación, por mucho que, como suele suceder en estos casos, muchos fans echaran en falta también algunas composiciones muy queridas como son “Inferno” o “Time of changes”. Los guitarristas Ken Johnson y Guy Laverick lograron sacarle a sus máquinas ese sonido tan típicamente ochenteno, por lo cual composiciones gruesas y poderosas como “Trial By Fire” y “Blades of Steel” fueron esculpidas a fuego lento para deleite de la concurrencia más clásica que, me consta, salió en general bastante satisfecha de la experiencia. Además, la banda tuvo tiempo de versionear a algún temporáneo suyo como JUDAS PRIEST ¿Cuántos fans de KORPIKLAANI se tragarían enterita la actuación de los ingleses?
A continuación, SKYCLAD y su folk metal pisarían el escenario para regocijo de otro buen puñado de fans. A pesar de que la ruptura con el cantante de toda la vida, Martin, tuvo lugar hace ya algunos años, este resultaba uno de los principales elementos a examen por parte del espectador neófito, máxime teniendo en cuenta lo poco que se deja caer la banda por estas tierras. Las impresiones, una vez visto lo visto, apuntan hacia el consenso: si bien Kevin no posee el carisma y desparpajo de su predecesor, saca mayor nota en términos estrictamente musicales, logrando así que su acicalada voz realce la naturaleza del conjunto. A pesar de todo ello, no nos vamos a engañar; para muchos, entre los que me incluyo, los 4 primeros discos de la banda son los más interesantes, siendo la suavidad imprimada a las composiciones a partir del “Prince of the Poverty Line” algo indigesta para los que preferíamos algo más crudo. Por lo demás, y ciñéndonos al show de esa noche, nada que objetar, pues la interpretación de los de Newscastle ralló la perfección, y temas como “Great Blow For a Day Job” y “Anti-Body Politic” sonaron tal y como debían sonar. Gozando de una acústica ciertamente buena para tratarse de una nave industrial, la banda desgranó gran parte de su discografía apoyándose en una puesta en escena efectiva en la que destacó la movilidad y simpatía de la violinista y teclista Georgina, que en cuanto tenía la oportunidad se lanzaba a la carrera con su artefacto, sirviendo de perfecto apoyo para la interpretación de temas tales como “The Cry of The Land”, “Lightening the Load”., “Another Fine Mess” o “Spinning Jenny” (estos dos últimos recuperados gracias al lavado de cara al que fueron sometidos por la actual formación en “No Daylights nor Heeltaps”). A pesar de todo ello, la banda se dejó un buen puñado de temas clásicos en el tintero y más de uno salió con la mosca tras la oreja, todo sea dicho.
El cartel lo cerraban KORPIKLAANI, la otra cara del folk metal, nada que ver con SKYCLAD. Los finlandeses han adquirido cierto grado de popularidad en Europa en los últimos dos años debido a lo pegadizo y minimalista de su propuesta, apta para todo tipo de festejo que se precie, banda sonora perfecta para chocar unas cervezas en medio de una campiña troll. Con un estilo más descafeinado y ramplón que FINNTROLL, y prescindiendo del componente extremo de la propuesta de aquéllos, KORPIKLAANI se armaron de buenas intenciones a la hora de encabezar la jornada del festival. Lástima que no todo saliera bien debido a ciertos problemas técnicos. Y es que Juho Kauppinen no logró que su acordeón, elemento fetiche en la mayoría de composiciones más laureadas de los fineses (con permiso del violín de Hittavainen), sonara en toda la actuación, con la consiguiente falta de “punch” que algunas canciones evidenciaron. La cara de Juho, claramente, fue un poema, sobretodo tras el show, momento en el cual se mostró especialmente apagado a consecuencia del problema acontecido. Eso sí, hizo lo que pudo e intentó ser útil aportando algunos coros. A pesar de todo ello, el público pareció pasarlo realmente bien, siendo los riffs entrecortados y la rasposa voz de Jonne suficientemente identificables como para dejar entrever el alma de todas las composiciones y la naturaleza festiva del conjunto, logrando que con temas como “Korpiklaani” y “Beer Beer” la gente danzara y danzara, especialmente cuando los pasajes de violín hacían acto de presencia. “Journey Man” , “Midsummer Night” y”Spring Dance” serían algunos de los temas también celebrados, mientras que Jonne, bastante inmóvil tras su pie de micro disfrazado de ciervo y su guitarra, parecía suficientemente satisfecho de la reacción causada.
Así pues, la valoración del Martohell Horns Up fue más que buena, y esperamos que en años venideros la fórmula funcione cada vez mejor y el festival logre crecimientos a varios niveles. Desde aquí nuestro apoyo, una vez más, a la propuesta y mis reiteradas y sinceras disculpas hacia los grupos locales cuyas actuaciones no pude presenciar.
Llegado a este punto, marcho raudo a devorar un buen paquete de galletas, a modo de oprobio por mi melifluo despecho. ¡Que alguien con ínfulas de leguleyo ose pararme, pardiez!
Texto: Penumbra (penumbra@themetalcircus.com) & Fotos - Hitman
Promotor:Metalkuins
Asistentes:600
Día:16/06/2007
Sala:Nau 2 de Can Oliveres
Ciudad:Martorell (Barcelona)
Puntuación:7
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