Tras las muertes de Dee Dee y Joey, a los fans de Ramones les queda como único
consuelo los Speedkings de Marky. CJ ha montado otros proyectos que se alejan
bastante de lo que se espera de un Ramone, y a Johnny hace tiempo que le perdimos
la pista. Pese a que el batería señala orgulloso que los Speedkings son una
evolución musical de su banda primigenia, servidor discrepa bastante sobre lo
que él entiende como evolución. Los cuatro reyes de la velocidad cuentan con
una enorme baza de directo: el legado de Marky, y dudo que la repercusión de
la banda llegara a atravesar el Atlántico si no fuera porque entre ellos milita
un Ramone. Se muestran valientes al vertebrar un set-list con temas propios,
pero no es hasta el “I don’t care” de los de Queens cuando se rompe definitivamente
el hielo con el público. La timidez reinaba entre los presentes desde el inicio
de la descarga. Contrastaba la actitud del público con el curioso comportamiento
del bajista. Durante todo el concierto intentó captar la atención de nuestras
cámaras vacilando a lo rock star. Garbeos por la platea, provocación
a los fotógrafos y reiteración infructuosa de besos entre las féminas que poblaban
las primeras filas. Su máxima ambición era emular que su bajo era la prolongación
de su miembro viril. El cantante y guitarra Nick Cooper, pese a ser todo simpatía,
tiene más de amigo de Marky que dotes como frontman y vocalista. La sorpesa
de la noche llegó con la inesperada versión de The Rivieras que popularizaron
los Ramones: “California Sun”. Con ella nació el punk surf. Pese a que sonó
ralentizada, la salvó su enorme valor histórico. Los clásicos de The Ramones
iban precedidos por el inmortal one, two, three, four. La leyenda cuenta
que era la única manera de que empezaran todos a la vez. El recuerdo a Dee Dee
llegó en “Chinese rock”. Incluso modificaron la letra de la canción haciéndole
protagonista de la historia, sustituyendo su nombre por el de Artie. Sus letras
siempre fueron autobiográficas y la crudeza de sus líneas hablan por si solas
de lo que fue una vida ligada a la marginación y las drogas. “Beat on the brat”
mostró tanto al grupo como al público más deshinibido y el headbanging
era generalizado. “Sheena is a punk rocker” y sobretodo “Glad to see you go”
fueron los momentos álgidos de un concierto escaso de público pero lleno de
sentimiento. Para los bises guardaron “Girls & gasoline” de Speedkings
y la traca final de Ramones: “Rockaway beach”, “I wanna be sedated” y como no:
“Blitzkrieg bop”. Marky dio muestras de su peculiar estilo. Coje las baquetas
desde muy arriba y tuvo bastantes problemas con el sudor.

Pese a los problemas de organización, promoción, de retraso y a la desaparición
de uno de los grupos teloneros, la velada quedará para el recuerdo. Había muchos
jóvenes fans que nunca habían tenido la oportunidad de presenciar un directo
de Ramones y Speedkings saciaron su curiosidad, pero la vieja guardia faltó
a la cita. Dado al escaso éxito de la descarga y a la edad avanzada de Marky,
puede que pronto deje de pasear su reciente ingreso en el Hall Of Fame por los
escenarios europeos. Quizás fuera la última vez, y visto así… valió la pena.

Texto:Jordi Tàrrega Fotos: Sergi Ramos

Datos:

Sala Màgic

Barcelona

Promotor : ??¿¿

Día:20/09/2002

Puntuación:8