Antes que nada me veo en la obligación de tener que reconocer mi condición de fan de la época Fish, si bien para nada me disgusta la otra era de Marillion. Sin ánimo de volver a debatir sobre los dos cantantes, que después de tantos años es un asunto que ya está fuera de toda duda, Hogarth me demostró que es y debe ser el cantante de Marillion, todo un portento de voz y carisma al frente de un grupo que desprende magia. Eso sí, sigo sin comprender como un grupo puede despreciar por completo discos como “Misplaced childhood” o “Seasons End’, aunque me temo que entre sus asistentes ya nadie echa de menos “Kayleigh”.

Ciertamente no era un domingo que invitara a acudir a un concierto (llovió todo el día en la Ciudad Condal) y menos cuando hablamos de una sala ubicada en un pabellón anexo al Palau Sant Jordi, que hizo que la subida a la montaña de Montjuic se convirtiera en un tortuoso paseo. Pese a todo calculo que éramos unas 1500 personas en, dicho sea de paso, un show organizado por el club oficial de fans en España (The Web Spain), magnífico trabajo el suyo. El Sant Jordi Club me pareció una sala excelente, con un escenario enorme, gran acústica, muy amplio y con buena visibilidad desde cualquier lugar.

El concierto, centrado en su último disco, se podría dividir en dos partes, una primera algo irregular, con problemas en la guitarra de doble mástil de Rothery que impidió que tocaran “Beautiful” como estaba previsto, y que enlazaran con “Three Minute Boy”, “Fantastic Place” y “Essence”, que no sonaron redondas a mi gusto. Cosa que cambió con “Out of This World” (probablemente el mejor momento de la noche) y siguió con “Mad” y “The Great Escape”, con el grupo ofreciendo su mejor cara. Ésta última precisamente fue la concesión más antigua que se permitieron, del disco “Marbles” (1994).

Llegado a este punto me gustaría destacar a Hogarth, totalmente sobrado a la voz durante todo el show y conectando con el público mucho mejor que otras veces; y a Rothery, probablemente el guitarrista más elegante que jamás haya visto, un tipo con gesto ausente que lleva la expresión musical a unas cotas de emotividad inigualables.

Ya con el concierto totalmente encarrilado y con un público entregado tocaron “Real Tears for Sale” y “Asylum Satellite #1”, momento que aprovecharon para hacer el primero de los bises. Volvieron con “The Invisible Man” y “Neverland”, y para el último bis se dejaron “Happiness is the Road”, tema que da título al último álbum, en el que la banda dejó corear el estribillo al público y con el que dieron por finalizado el concierto, prácticamente clavando las dos horas desde el inicio.

Resumiendo, gran y emotivo concierto de Marillion.

Texto: Carlos Sierra / Fotos: Sergi Ramos

Promotor:The Web Spain

Asistentes:1500

Día:01/02/2009

Sala:Sant Jordi Club

Ciudad:Barcelona

Puntuación:9