MAREA

Parece que ya empiezo a sentir la espuma de rabia saliendo por la boca y la respiración acelerada y entrecortada de aquellos que se estén preguntando, qué cojones hace una crónica de MAREA en una web que tiene la palabra metal implícita en su nombre. Pero en esta ocasión, omito justificaciones. Simplemente decir que los protagonistas de la misma son grupo rock, sea de la vertiente que sea, tenga los calificativos despectivos (o no, según los dicte) que sea (algunos se olvidan que el metal es un hijo bastardo del rock entre otros tutores), que son capaces de contar por miles las personas que les arropa en sus conciertos, y que, en esta gira “Piojoso Tour 07” , presentando su reciente “Las Aceras están llenas de Piojos” sacan a lucir, tal y como pudimos comprobar en este primer concierto, un escenario con un juego de luces y efectos que ya quisieran muchos. En otras palabras, MAREA no son un grupo de rock calimochero más, bajo mi humilde opinión, y por otra parte, si así fuese, bienvenidos las formaciones del mismo ramaje que se dejan la piel en el escenario durante dos horas y cuarenta y cinco minutos con esa gran puesta de escena. Si; habéis leído bien, una duración más propia de un concierto de metal progresivo. Y no; lo confieso: MAREA no son santo de mi devoción. Pero al César lo que es del Cesar.

Hacía tiempo que MAREA no se dejaban caer por los escenarios nacionales, ya que después de la gira de su anterior “28.000 puñaladas”, decidieron tomarse un descanso reconfortante, y necesario, para volver con más fuerza. Y vaya si lo han hecho. Al más puro estilo MANOWAR salía Kutxi Romero a escena montando, no una Harley Davidson, si no una Mobillete Campera preparada para la ocasión, que vaya usted a saber su año de origen. Dicho rugido motero dio paso a “Entre Hormigones”, primer tema de su último trabajo con el que, si bien la acústica del recinto en principio no les hizo justicia, la audiencia respondió de forma efusiva. Continuaron con otro tema de nueva factura, caso de “Petenera”, pero son los clásicos de la banda los que levantan al respetable y con los que consiguen poner en pie de guerra a todos sus seguidores. “Con la camisa rota” y “Duerme Conmigo” de forma continuada, les ayudó a MAREA a poner el ahora o nunca en escena al mismo tiempo que comenzaron a gozar de un sonido más digno. La actitud de los navarros sobre el escenario es festiva, incitando, sobre todo su vocalista, a la participación colectiva una y otra vez, mientras que su bajista, Edu Beaumont, el "Piñas", es quien pone el dinamismo en escena. Por otra parte, el guitarrista Kolibrí se limitaba a lanzar a la perfección sus solos a diestro y siniestro (que no es menos importante) acompañado de forma más que solvente por la rítmica de César Ramallo.  

“Mierda y cuchara” sirvió para seguir presentando su nuevo disco, Hay que reconocer que dicho trabajo fue lanzado solo días atrás, por lo que el calor del público se merma en algunas partes. Nada que ver con el festín de canciones insignias que nos ofrecieron a continuación de la mano de “Manuela canta saetas”, “Que se joda el viento” y “Romance de José Etxailarena”, con el que iniciaron su capítulo de colaboraciones vocales, en esta ocasión con Navas, del grupo CABLEADOS. Puestos a elegir momentos memorables, MAREA firmó uno de ellos con “Corazón de Mimbre”, con un público que se dejó los pulmones en cada palabra que Kutxi Romero cantaba. Y es que los clásicos son los que mandan en conciertos como este. Se volvió a comprobar cuando tras otras dos nuevas representaciones con “Por cuatro perras” y “Nanas de quebranto”, sacan a lucir “La luna me sabe a poco” Por mucho que el grupo intente involucrar al público con sus temas nuevos, aún necesita éste un poco de tiempo para hacerlas suyas como el resto del repertorio.

Kutxi se retira y deja su micro al “Piñas” para que con su voz aguardentosa nos ofrezca un recital de cuatro temas de forma ininterrumpida, y así mantener la intensidad del momento: “El rastro”, “Alfileres”, “Despellejo” y “Trasegando”, repasando así su tres primero trabajos. Una sentida “Ciudad de los gitanos” hizo volver al vocalista a escena por la puerta grande, y continuación llena el turno de los singles, su nuevo “Aceitunero” y su anterior “La rueca”. Cabe señalar llegados a este punto, que durante todo el concierto el juego de luces y de humos no dejaba de funcionar a pleno rendimiento, adornando más si cabe, una actuación muy completa y dinámica. Pasado el ecuador del concierto, regalaron MAREA a sus seguidores un par de momentos especiales. El primero de ellos con la participación de Fernando Medina de REINCIDENTES, que momentos antes de la descarga de los navarros, ya se encontraba en el foso de fotógrafos luciendo su nuevo rapado con el que ha puesto fin a su cresta rosácea que felizmente lucía en su reciente gira “Ni Un Paso Atrás”. La colaboración fue en “Como el viento de poniente”, tema del cantaor flamenco El Cabrero, que MAREA bajo su tamiz rockero han hecho prácticamente suyo. Y el segundo momento especial fue la interpretación de “Los mismos clavos”, rumba con el que cierran su último trabajo y cuya interpretación recayó sobre Kutxi Romero con guitarra en mano, acompañado por uno de sus roadies y con el batería Alén Ayerdi, en esta ocasión, ejerciendo su maestría sobre un cajón flamenco.   

La recta final daba comienzo con otro corte nuevo, “El trapecio”, a la que le continuó “A caballo” donde, a nivel personal, se produjo la colaboración más entregada a nivel vocal, la del sevillano Albertucho. El fin de fiesta se vislumbraba, y “En tu Agujero” levantaba al respetable como si el concierto diera comienzo en este instante. Martín Romero, hermano del vocalista, también se sumó al desparrame final ayudando con su nervio, y su voz, en no una menos esperada “Como los trileros”. Se hicieron un poco de rogar antes de finiquitar este maratoniano concierto, y el tema a interpretar casi se podía adivinar tras las múltiples y constantes peticiones del público prácticamente desde el inicio del mismo. “El perro verde” sació las ansias de todos los presentes, y “Marea”, terminó por agotar todos los cartuchos, que no fueron pocos, que se dispararon esa noche.

Honestidad y entrega es lo que demostraron MAREA en este inicio de gira. Si servidor pudo disfrutar de este concierto, no es de extrañar que sus seguidores, pertenezca a la escala de fidelidad que pertenezca, salieran más que satisfechos.  Y regalándole a su banda, de forma consciente o no, un plus de respetuosidad más que justo.