En unos tiempos difíciles como los actuales, hay que ir con cuidado con según qué cosas y eso alguien experimentado como Joey DeMaio debería saberlo a estas alturas. Porque anunciar de forma precipitada y unilateral en el Facebook de tu banda la noche antes que se cancelan las 2 actuaciones de Barcelona y Madrid es una putada, hablemos claro. Una putada para todo el mundo, sobretodo para el promotor que ha invertido un dinero en traerte y por encima de todo, para los seguidores acérrimos del grupo que se habían gastado 40 y pico euros y llevaban tiempo esperando al grupo con los brazos abiertos. ¿Por qué publicó la banda tal noticia pocas horas antes del concierto? Bueno, extraoficialmente se dicen muchas cosas pero lo poco que ha trascendido es que ha habido fuertes tensiones entre algunos miembros del grupo y fue el propio Joey DeMaio quién dijo que él no tocaba. Imagino que entre promotores y managers, debieron hacerle cambiar de opinión y rectificar al poco tiempo ante la debacle que se avecinaba, hecho que quedó patente en el discursito posterior de Joey donde poco más y le pide matrimonio al señor promotor del evento, imaginamos, a modo de disculpa. Debido a toda esta confusión (y el elevado precio de la entrada), la afluencia no fue todo lo buena que podría esperarse de una banda que hasta hace no mucho llenaba allá por donde pasaba. No creo que fuésemos más de 2000 personas, cifra un tanto ridícula para una banda capaz de meter el doble o triple perfectamente.

El caso es que Joey y MANOWAR no parecen muy centrados últimamente. Que la gira arranque y el nuevo disco de MANOWAR “The Lord of Steel” todavía no esté en las tiendas es un detalle en nada propio de alguien tan perfeccionista y meticuloso como el bajista de MANOWAR. Del mismo modo, se hace raro que arranque la gira con un setlist y en la tercera fecha estén ya cambiándolo sustancialmente ante la avalancha de quejas de los fans, lo que quiere decir que en realidad no van tan por libre como siempre nos quieren hacer creer; la opinión de sus seguidores parece que sí les importa. Y es que no puedes arrancar una gira a estas alturas y apenas tocar 4 o 5 canciones de tus 15 primeros años como banda, eso clama al cielo, sobretodo cuando tu nuevo disco ni ha salido a la venta y lo que se ha escuchado por Internet pinta francamente mal.

Sin telonero alguno (HOLY HELL se cayeron de la gira pocos días antes de que ésta arrancase), relativamente puntuales y con una propuesta escénica un tanto pobre para el abultado precio de la entrada (apenas 3 pantallas de video por donde se proyectaban las portadas de los discos, imágenes de los fans de las primeras filas y poca cosa más), los norteamericanos MANOWAR saltaron a escena a ritmo de “Manowar”. De primeras, la banda se mostró un tanto estática, más centrada en las poses que en comunicarse con la audiencia, algo lógico sabiendo que durante los 3 primeros minutos de canción, van a tener a una legión de fotógrafos ahí abajo intentando sacarle el máximo partido a sus teleobjetivos con el fin de capturar fotogramas un tanto embarazosos (¿Ehh señor Ramos?). El volumen era atronador, como siempre vamos, y es que si tienes problemas de sensibilidad auditiva, no te coloques en las primeras filas de un concierto de MANOWAR. O mejor aún, evita irlos a ver pues vas a sufrir, y se supone que uno va a los conciertos a disfrutar, no a pasar un calvario. Es una tradición, lo sé, pero a estas alturas, todos sabemos que MANOWAR son “The Loudest band in the World”. Que bajen 4 o 5 decibelios no creo que les haga perder ese status… Y los fans lo agradecerán.

El primer tramo del show se cerró con “Kill with Power”, “Call to Arms”, y la soporífera “Hail, Kill and Die”, probablemente la peor canción que ha escrito MANOWAR en su historia. El sonido seguía sin definirse y la banda no parecía estar muy por la labor salvo Eric Adams quién a sus casi 60 años, mantiene un estado de forma y cuerdas vocales envidiable que ya querrían muchos 10 o 15 años más jóvenes que él. Tras este primer bloque, llegó el primer solo de la noche a cargo de Karl Logan, un solo un tanto soso e insulso, pero hasta cierto punto necesario para darle un respiro al señor Adams. Siempre se han criticado estos parones en los conciertos de MANOWAR, no obstante, cuando el grupo toca 2 horas y media, ¿A quién le importa que 15 minutos se vayan entre solos de batería, bajo y guitarra?, a mi desde luego no. El show prosigue con “Brothers of Metal” y la añeja “Mountains”, un tema no muy común en sus repertorios. Fue a partir de este momento que el rugir de la audiencia se hizo más presente e imagino que eso contagió a la banda que empezó a mostrar mejores formas. A partir de ahí, el concierto no hizo sino despegar a ritmo de “Thor (The Powerhead”), “Outlaw” y un par de temas nuevos que personalmente me parecieron abominables pero que el público parecía conocer y disfrutar, caso de “Expandables” y “El Gringo”. Tras este ligero bajón, llegó otra de las sorpresas de la noche, “Sign of the Hammer”, uno de los temas más coreados de la noche que dio paso a “Hand of Doom”, tras la cual Joey DeMaio llevó a cabo su insoportable solo de bajo. Joey, todos sabemos que tocas muy bien y eres muy rápido, pero hay mil y una formas de hacer de tu momento solista algo más notable, vistoso y recordado. Tras la demostración de sosez del bajista de MANOWAR, la banda arremete con “Gods of War” y le llega el turno a Donnie Hamziek y su kit de batería. Donnie no será recordado por sus excelsas dotes como batería, sin embargo su solo me pareció algo más entretenido que los 2 previos. Seguidamente, la banda se retira y vuelve al poco DeMaio con una bandera catalana que sitúa sobre los amplificadores de atrezzo, micrófono en mano, dispuesto a pegarnos la consabida brasa de turno. Remarcable fue que en esta ocasión sus 10 minutos de peloteo a fans los hiciera en catalán, gesto bonito aún sabiendo que le estaban chivando el discursito por el pinganillo que llevaba en la oreja (sino, a cuento de qué este señor norteamericano se va a tirar 10 minutos hablando en un catalán intachablemente pronunciado y con palabras que ni el propio Pompeu Fabra sabía que existían…). Vamos, que entre solos y charlas, se meriendan unos 20 minutos de concierto. Pero qué más da si acto seguido la banda arranca con “Blood of my Enemies”, “Fighting the World”, “Kings of Metal” y “Hail and Kill”, 4 temas de lo más clásico de su viejo repertorio. Ante lo que parecía la traca final, MANOWAR prosiguieron con su espectáculo a ritmo de “House of Death”, “Manowarriors” (otro buen tostón), “The Lord of Steel” (tela con ésta) y el fin de fiesta a ritmo de “Warriors of the World” y “Black Wind Fire and Steel”, cerrando así un notable show de casi 2 horas y media que si bien empezó algo flojo, acabó remontando y cumpliendo las expectativas de gran parte de la audiencia.

Rectificar es de sabios y MANOWAR llevan muchos años en el negocio para saber qué es lo que sus fans quieren y qué es lo que de ellos se espera. Pese a que sus últimas obras de estudio me parecen una soberana bazofia, es innegable que la banda, cuando quiere, sabe como llevar a cabo un buen show, tal y como quedó patente el pasado sábado noche.

Texto: Javi Félez / Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Rock N Rock

Asistentes:2000

Día:13/10/2012

Sala:Sant Jordi Club

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8