La vuelta de Mägo tras tantos años fue precisamente como yo había imaginado. Aunque quizá el Espacio Movistar, a mi juicio, es una sala demasiado pequeña para la actual capacidad de convocatoria de los magos madrileños. Como era de esperar las entradas estaban agotadas desde hacía tiempo y el escenario con el que cuentan esta vez es mastodóntico y espectacular, casi tanto como los integrantes de la banda. ¡11!, 11 miembros sobre las tablas coordinados para la fiesta pagana que sucedería a continuación. De hecho ya pueden tener un equipo de fútbol si lo desean.

Siendo sincero creo que Mägo optaron por un set-list más centrado en la radiofórmula actual y muy acorde en lo que representan hoy en día, si bien siguen manteniendo el factor sorpresa y tienen en cuenta, eso siempre, a esos seguidores veteranos que tantos años llevan acompañándoles. Entre la multitud dominaba un perfil de público adolescente que, o ha descubierto el mundo del metal con ellos, o poco contacto tiene y quiere tener con ese mundo más allá de Mägo.

Entre la arboleda dotada de plataformas aparecieron los 11 con la intro “El espíritu del bosque” sonando de fondo. Tocaba “La ciudad de los árboles”, un corte que gana mucho en directo si bien con ella empezaron varios problemas de sonido que les acompañarían especialmente durante toda la primera parte del show. Sorpresa mayúscula el nuevo look rapado al cero de Carlos pues al principio muchos creían que era un nuevo fichaje.

Ya en “Van a rodar cabezas” el sonido mejora y uno se asombra del enorme montaje que lleva el grupo. Batería en mitad del escenario, los coristas en lo alto y un alterne de músicos en primera fila que en determinados momentos coinciden en pleno. Está todo bien ensayado y hay lucimiento para todos y cada uno de los músicos. Siguen con “Alma” y la enorme sorpresa es un “Molinos de Viento” casi casi a las primeras de cambio, pues solía cerrar en sus anteriores venidas.

Continúan los problemas de sonido y los chicos van haciendo indicaciones de “súbeme” o “bájame”. Jose está en muy buena forma y da la sensación de que la banda disfruta en directo tanto o más que los apretujados asistentes. Caen temas de nuevo cuño como “Deja de llorar”, “Hazme un sitio entre tu piel” o “El rincón de los sentidos” y se demuestra que han calado hondo entre la gente, tanto o más coreadas que los clásicos.

La “ranxeira” “Y ahora voy a salir” es bienvenida por la multitud y acaba siendo la fiesta por excelencia, hasta bajan el chico de los coros y Patricia para marcarse entre todos un baile. La verdad es que Mägo han ido creciendo en todos los sentidos y los nuevos fichajes no hacen sino sumar, aunque creo que ya deben estar al límite, poco más les queda para completar su formación. Lástima que no cayera el “Resacosix en la barra” pues la adaptación del tema de Queen les quedó muy bien en disco.

Ante los gritos de “Oh Finis, oh Terra” apareció el “once inicial” para atacar la monumental canción que cerraba su más magna obra hasta la fecha. Participación de todos los cantantes y lucimiento de todos los músicos. Personalmente nunca la había visto en directo, y os aseguro que vale mucho la pena. Ya en los bises cayó la rockera “Mi nombre es Rock and Roll” con una enorme moto hinchable que sustituye a esa polla humana de hace ya algún tiempo. Si en disco convence en directo aún gana más. Es más, es de esos temas que van a quedar fijos en su repertorio.

Como era de esperar Txus apareció con el micro para dirigirse a nosotros. Si ya de entrada Jose había hablado en catalán y se había ganado a la gente ahora Txus nos invitaba a hacernos cantar el himno del Barça para “picar” a sus compañeros. Seguidamente atacó la que fue la sorpresa de la noche: “El hijo del blues” cantada por él y con Mohammed a la batería. Es un tema básico y directo y hasta diría que es la vez que he visto mejor a Txus en las labores de vocalista. Nunca ha ocultado que es un cantante frustrado pero poco a poco se va soltando. Tampoco es que tenga un enorme repertorio de movimientos ni soltura natural pero cumplió bien en su atrevimiento. Creo que no será la única vez que lo veamos en semejante quehacer a partir de ahora.

La siguiente andanada de clásicos tuvo una aplaudida “Hasta que el cuerpo aguante”, todo un himno del gran FINISTERRA y sin duda otro de los momentos de la noche. A partir de aquí ya los singles radiofónicos serían los protagonistas: “La costa del silencio” y la archiconocida “Fiesta Pagana” que puso en bote a todo el recinto.

A pesar de los muchos pesares y de la opinión de detractores y magofílicos empedernidos, lo que es cierto y real es que hoy en día nadie dentro del rock estatal es capaz de ofrecer un espectáculo tal como el de Mägo. Entrar en si son unos vendidos o si son la quintaesencia del metal es perder el tiempo pues son opiniones extremas sin apenas razonamiento. Fue un concierto especial por eso de que hacía años que no se pasaban, en un recinto que quedó pequeño y con un set-list muy para los fans del fenómeno “Fiesta pagana” para arriba. ¿Y eso quiere decir que la banda se aleja del metal y de sus seguidores veteranos? Pues no, de hecho Txus está preparando una gira por salas pequeñas para ofrecer material de sus inicios hasta el LEYENDA DE LA MANCHA, es decir, con una formación que da para equipo de fútbol sala y lejos de lo que son Mägo en la actualidad. Todo un regalito que puede hacer volver a motivar a esos muchos que se plantaron en el FINISTERRA.

Gran acierto y sabia decisión pues sus inicios son para muchos de lo más notable que se ha hecho en este país en muchos años.

Texto: Jordi "Zelig" Tàrrega / Fotos: Sergi Ramos

Asistentes:1600

Día:10/10/2008

Hora:22:00

Sala:Espacio Movistar

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8