LUCA TURILLI»S RHAPSODY + FREEDOM CALL
Por fin, después de tantos años, tuvimos la oportunidad de ver a LUCA TURILLI en directo. Sí, habéis leído bien, LUCA TURILLI. Porque no nos engañemos, cualquiera que haya seguido de cerca la carrera en solitario del guitarrista, se dará cuenta rápidamente de que "Ascending to Infinity" suena a la banda en solitario del italiano, y no a RHAPSODY OF FIRE. Muy a pesar de que por razones comerciales y de marketing se haya visto a obligado a continuar arrastrando el nombre de Rhapsody en su periplo en solitario. Nada sorprendente por otro lado. De no ser por ello, la banda no habría podido contar con la producción y medios necesarios para grabar el disco necesario y hacer la consecuente gira sin abocarse al fracaso financiero. De todas formas, este continuismo musical de la carrera en solitario del guitarrista del flequillo es del todo natural: él vuelve a ser el único compositor de su obra y eso se nota. ¿Bueno o malo? Para un servidor, más que bueno. Genial. Los cinco últimos discos de RHAPSODY / RHAPSODY OF FIRE eran flojos, no tenían alma, se encontraban ya lejos de la cumbre que habían llegado a tocar con "Symphony of Enchanted Lands". El primer disco de Luca en solitario, "King of the Nordic Twilight", siempre se encontró para un servidor al nivel de los dos primeros discos de RHAPSODY. Y el nuevo disco que ahora nos ofrece Luca podría ser una buena continuación de "Prophet of the Last Eclipse" o, en menor medida, de "Infinite Wonders of Creation".
No llegamos a tiempo de ver a ORDEN OGAN ni VEXILLUM y lo lamenté especialmente por los primeros, de los que había escuchado muy buenas palabras. Sí que llegamos a ver a FREEDOM CALL. Nunca les había prestado demasiada atención pese a que los había visto alguna vez de teloneros, creo recordar, y es que, vaya la verdad por delante, en los últimos diez años he tenido ciertas reservas en cuanto a escuchar discos de bandas que ya desde un principio no captaron mi atención por algo en especial. FREEDOM CALL nunca lo habían hecho, pero he de rendirme frente al show que dieron el pasado viernes en la sala Bikini de Barcelona. Un directo potente y sin fisuras, una interpretación y unas tablas fuera de toda duda y un sonido del todo clarividente hicieron que se llevaran al público de calle. Lograron que el respetable se moviera bastante más que con los cabezas de cartel. Pese a que había gente que había venido a verlos exclusivamente a ellos, también es cierto que sus composiciones invitan más a saltar y contagiarse en directo, al ser cortes más directos y festivos que los de LUCA TURILLI. Son bandas bastantes distintas. Por otra parte, he de decir que cuando tenía a la banda delante me parecía estar viendo una encarnación de GAMMA RAY: su líder y frontman, Chris Bay, es la viva encarnación de Kai Hansen, tanto de aspecto y forma de vestir (chaleco influido) como en cuanto a la forma de cantar. Por otra parte, las composiciones de la banda son muy deudoras del enfoque que Henjo Richter y compañía suelen dotar a sus temas. En cualquier caso, no vamos a descubrirle a nadie la sopa de ajo a estas alturas, FREEDOM CALL llevan ya 7 discos dando de que hablar, que se dice pronto. En el concierto hubo lugar incluso para las risas entre tema y tema, con una banda muy empática. Premiaron la entrega de la gente con composiciones como "The Quest", "Warriors" o "Land of Light", con la que hicieron botar a media sala. Happy Metal a tutiplén.
Con LUCA TURILLI's RHAPSODY nos volvimos un poco más oscuros y apocalípticos, girando hacia el power metal sinfónico y preciosista. Aproximadamente unas 230 personas se dieron cita en la sala Bikini, lo que ya es bastante más de lo que yo me esperaba para la que es sin duda la semana del año más plagada de conciertos de metal y rock en la Ciudad Condal. Sin ir más lejos esa misma noche tocaban TRIVIUM en Apolo. El set list vino a ser el que podría haber sido perfectamente si el guitarrista nunca se hubiera escindido de su banda madre, hubiera sacado un nuevo disco en solitario y hubiera decidido hacer una gira: una mezcla entre temas del disco que se venía a presentar, temas anteriores de su carrera en solitario y versiones de RHAPSODY OF FIRE. Cabe decir que Luca se trajo al directo su prometida "experiencia cinemática": Proyecciones entre tema y tema que ayudaban a dar continuidad y cohesión a la interpretación, videoclips, preciosas imágenes de paisajes naturales… Muy bello todo ello. Asimismo, a destacar la caída de nieve en directo durante la interpretación de "Son of Pain" (muy bucólico), los bailes en momentos puntuales por parte de una chica que salía a hacer performances con ropajes luminosos y demás recursos efectistas que ayudaban a dar de color al show, como el pie de micro luminoso de Alessandro Conti. Sorprendieron de entrada con "Riding the Winds of Eternity" del "Symphony of Enchanted Lands". Menuda forma más gratificante de empezar. Tras "Clash of the Titans", en "Tormento e Passione" apareció por primera vez la cantante Sassy Bernet, que hizo el primer dueto de la noche con Alessandro, deleitándonos con nuevos ropajes cada vez que pisaba el escenario y embriagándonos con su dulce voz. ¿Y qué decir de Alessandro, sobre el que se posaban todas las miradas? Pues ni más ni menos que confirmar las buenas vibraciones que ya nos había transmitido en disco. Musicalmente es un portento, pese a que le faltan algunas tablas en directo para llegar a ser un buen frontman. La verdad es que el amiguito Turilli tiene buen ojo para los cantantes y visto lo visto nadie le va a echar en cara que no haya contado finalmente con el que fuera el vocalista de su carrera en solitario hasta ahora, el también genial Olaf Hayer. Quizá sí le eché algo de menos cuando tocaron "The Ancient Forest of Elves" de su primer plástico, pero es que el apego que uno le tiene a este disco es ciertamente grande.
Luca Turilli, por su parte, anduvo como loco corriendo por el escenario durante absolutamente todo el concierto. De hecho, durante el tema "Dark Fate of Atlantis" se chocó primero con Patrice Gers y luego con Alessandro Conti. Y no se chocó con Alex Landenburg porque se encontraba detrás del kit de batería, si no también… Una hiperactividad sospechosa que provocó que más de se planteara si la única nieve que había en la sala era la que había caído en "Son of Pain" sobre nuestras cabezas. Dominique Leurquin, el segundo guitarrista de la banda y el que fuera el hacha que llevaban en directo RHAPSODY OF FIRE no hizo acto de presencia. Por lo visto, un accidente doméstico motivó su ausencia. Eso sí, doy fe de que en muchas composiciones esas segundas guitarras sonaron; de hecho, me pasé un buen rato intentando discernir entre si estaban grabadas o si el teclista interpretaba dichas notas en directo utilizando un filtro de sonido semejante al de la guitarra eléctrica. Finalmente me di cuenta de que estaban también grabadas. Una pena, pero era difícil encontrar otra salida ante una situación así.
"Demonheart" no es uno de los mejores temas de la carrera en solitario del guitarrista, pero lo cierto es que es uno de los que mejores casa con la dirección adoptada por la actual formación, por lo cual no desentonó para nada en el set list y tuvo una recepción más cálida de lo que hubiera imaginado. Eso sí, nada comparado a cuando empezaron a caer los himnos de RHAPSODY: "Dawn of Victory" y, cómo no, "Emerald Sword" se llevaron la palma. Más proyecciones, más performance y unas interpretaciones excelentes en los mano a mano Conti – Bernet, que incluso nos regalaron un momento medieval/folk al más puro estilo BLACKMORE'S NIGHT con "Forest of Unicorns".
Muy bien pensado el cerrar con un tema tan querido como "Warrior of Ice", del excelente primer disco de RHAPSODY. Incluso al terminar el show empezaron a aparecer los títulos de crédito en pantalla, como si una película acabáramos de ver. En definitiva, una experiencia muy bien comandada por Turilli y que a buen seguro llevaba ya tiempo gestándose en la cabeza del inquieto guitarrista y amante de las bandas sonoras. Los que siempre nos hemos mostrado tan afines a sus movimientos en solitario como a los mejores discos de RHAPSODY, fuimos los que más disfrutamos de un show que no pareció defraudar a nadie. Está claro que no voy a hacer ascos a lo que haga Álex Staropoli con sus RHAPSODY OF FIRE pero, claramente, yo me quedo con Turilli, cuyas visiones y gustos compositivos casan mucho mejor con la que yo considero que debería de ser evolución lógica de una semilla que germinó hace ahora 15 años con un disco llamado "Legendary Tales".
Texto: Penumbra (penumbra@themetalcircus.com); Fotos: Sergi Ramos
Promotor:GMF Concerts
Asistentes:230
Día:16/11/2012
Sala:Bikini
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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