Leprous: La confirmación de un cabeza de cartel

Los noruegos Leprous han frecuentado nuestras tierras: Desde formar parte, con una clausura apoteósica, del cartel del pasado Be Prog! My friend 2017 hasta abrir el concierto de Devin Townsend el pasado febrero. La banda ha tenido un ascenso meteórico desde su segundo trabajo, “Bilateral”, superado por el sorprendente “Coal” y afianzaron su status con “The Congregation”. En esta gira vienen por primera vez como cabezas de cartel, a presentar, de forma oficial, su quinto disco “Malina”.

El cartel propuesto por Madness Live! Prod parecía una presentación del Be Prog! My Friend Festival: Cuatro bandas defendiendo cuatro vertientes del metal progresivo actual en un mismo escenario. Los noruegos Leprous han frecuentado nuestras tierras: Desde formar parte, con una clausura apoteósica del cartel del pasado festival progresivo del Poble Espanyol en 2017 hasta abrir el concierto de Devin Townsend el pasado febrero. La banda ha tenido un ascenso meteórico desde su segundo trabajo, “Bilateral”, superado por el sorprendente “Coal” y afianzaron su status con “The Congregation”. En esta gira vienen por primera vez como cabezas de cartel, a presentar, de forma oficial, su quinto disco “Malina”.

Agent Fresco fueron un sorbo de frescura en la edición de 2016 del Be Prog, a pesar de la neumonía de su cantante Arnór Dan, y dejaron a la audiencia con ganas de más. Había muchas ganas de verlos de nuevo en plenas facultades. Completando el cartel los acompañan Alithia y Astrosaur. Las expectativas no podían estar más altas

Agent Fresco (Foto: Elena Marco)

Abrieron la sesión el trío instrumental AstroSaur, con un post-Rock atmosférico de mirada más elevada que el shoegazing típico del estilo. Fue ideal para que la sala fuese llenándose y tomando ambiente. La sobredistorsión hasta el empacho de guitarra y bajo dieron a la actuación una evolución demasiado lineal, pero demostraron calidad y ganas de caldear al personal.

Agent Fresco (Foto: Elena Marco)

Para variaciones, las que nos tenían preparadas los australianos Alithia. Se autodenominan astral space core, sea lo que sea estará bien porque cuesta definir a una banda que toca tantos palos dentro del rock experimental. Entre otras sorpresas, apareció sobre el escenario Marjana Semkina, conocida por ser la cantante de Iamthemorning, banda rusa que fue la sorpresa del renombrado festival barcelonés en su edición 2016, sustituyendo a la cantante oficial de la banda, baja por enfermedad. La candidez de la voz femenina contrasta con la crudeza de los guturales y fue gratificante ver a la tímida Marjana en un papel más . A partir del cuarto tema, la banda se desmadra intercambiando instrumentos y posiciones, el guitarra entrega su instrumento al público para que rasguee a placer mientras él improvisa en la pedalera. Locura colectiva donde la banda transmitió lo bien que se lo estaba pasando sobre el escenario a la audiencia que ya estaba llenando la sala.

Athilia (Foto: Elena Marco)

La sala Bikini estaba llena al empezar el show de los islandeses Agent Fresco. Ya se percibía que era una banda esperada y así se demostró desde los primeros compases de «Anemoi», donde el público estubo cantando todas las canciones del set, demostrando el conocimiento y cariño hacia esta banda. La hipnotizante voz de Arnór Dan Arnarson és sin duda la caracterísica más sobresaliente del cuarteto: versátil, con falsetes imposibles pero siempre melodiosa y agradable. El bajista ,Vignir Rafn Hilmarsson, ha sido baja para esta gira porque acaba de ser padre, dato que nos explica a media actuación, porqué su substituto hace el trabajo a la perfección. A la bateria, Vignir Rafn Hilmarsson llama la atención por su extravagante melena que recuerda al “Actor Secundario Bob” pero en temas como “Howl” nos deja con la boca abierta. Es admirable la habilidad compositiva de la formación para tener un repertorio con zarpazos agresivos como “He Is listening” y temas con tintes pop como “Wait for me” y mostrar este abanico con la elegancia que lo hacen. El público se viene arriba en la parte final con “Eyes of a Cloud Catcher” y durante “The Autumn Red” Arnór se baja a tomar un baño de multitudes hasta subirse a la mesa de mezclas abriendo un pasillo en medio de la abarrotada sala. De ola.

Leprous (Foto: Elena Marco)

Y llega la hora de Leprous. Durante las siempre tediosas pruebas de sonido, el violonchelista se queda probando sonido… pero sigue, interpretando pequeñas piezas musicales, hasta que las luces se apagan y toman el escenario con la ascendente y fluida “Bonneville”: Una entrada que es una declaración de intenciones. El chelo en vivo le añade matices al romanticismo inherente al estilo del combo durante todo el espectáculo. Con “Stuck” suben el ritmo y el show toma velocidad de crucero. El carismático Einar Solberg se lleva la atención al imprimir su estilo modulado a las lineas vocales y al parapetarse tras los teclados, pero la banda demuestra remar en una sola dirección en perfectas armonías, coros e intrincados riff que han construido un sonido propio, reconocible y distinto de cualquier otra banda, muy meritorio en los tiempos actuales.

Leprous (Foto: Elena Marco)

También es loable los cambios en los setlist que van incorporando en cada actuación. En Barcelona disfrutamos de hits como “Third Law” o “The Cloak”, pero han venido a presentar “Malina” y se ve en la elección de temas, donde se lleva el peso en número pero es obvio que la banda ya posee un repertorio cargado de “indispensables” y algunos se quedan en el tintero como “Moon” o “The Valley”, que si tocaron en Madrid.

Así llegan a la recta final con el tema homónimo de su último trabajo y la delicada “The Weight of Disaster” quedándose el violonchelo solo, haciendo de puente, a la espera de los bises. La reentrada, con “The Lower” mantiene el ambiente dramático y la tensión, para entregarnos a la recta final con la energizante “The Price” y el lleno de la sala cabeceando y coreando como si no hubiera un mañana. La electrónica “Mirage” y “From The Flame” pone punto final a un show que roza la perfección. Sólo hace falta ver las caras de satisfacción del personal al abandonar los largos pasillos de la Bikini.

No apto para epilépticos.