Había bastante ganas de ver a estos suizos en la Ciudad Condal. Cuatro años
habían pasado desde que unos cuantos afortunados presenciáramos su actuación
como presentación de su “Fassade” (recordemos que con “Echos” no habíamos tenido
la oportunidad de verlos en directo). LACRIMOSA no es un grupo que necesite
de grandes campañas promocionales para llenar salas o vender discos, pues su
propuesta musical va destinada a un público muy selecto y no se vería retroalimentada
entre las masas como producto. Por el contrario, los seguidores del grupo siempre
se han caracterizado por su fidelidad, seguidores que, por cierto, han ido aumentando
en número con el paso de los años de forma silenciosa y cauta, tal y cómo se
desprende de las ventas tanto de sus últimos discos como de su fondo de catálogo
a día de hoy.

Por ello, me satisfizo comprobar que la sala estaba bastante llena, en su mayoría
de gente bastante joven que iba a poder disfrutar por fin del show de Tilo y
compañía. La última vez que pasaron por España ya tuve la ocasión de comprobar
cómo las gasta la banda en directo, por lo cual si bien es cierto que afrontaba
la tarde con muchas ganas el efecto sorpresa había dado paso a la esperanza
de que como mínimo el concierto de esta noche alcanzara algunas de las cotas
de intensidad que había tenido la oportunidad de experimentar en aquella ocasión.
Ocasión en la cual, recordemos, fueron teloneados por unos SÔBER todavía pendientes
de dar el gran salto.

Esta noche, por el contrario, íbamos a poder disfrutar de unos más adecuados
GOTHMINISTER, banda que con solo dos discos ya se ha ganado una holgada reputación
dentro de la escena gótica internacional. Su mezcla de metal con música electrónica
agradó tanto al público más metal como a los seguidores más estrictamente góticos,
gracias tanto al impecable sonido como al gancho de temas como el pegadizo “Hatred”
o su más famoso y hit single “Angel”. No en vano, fueron dos de los cortes que
tuvieron mayor calada entre un público que asimismo acogió de buen grado la
escenografía y puesta en escena de estos noruegos, donde obviamente destaca
el cantante y frontman Alexander, que apareció con traje y sombrero de copa
subido a una oscura tribuna con el logo de la banda desde la cuál nos arengó
durante buena parte del show, y que no dudó en acercarse en varios momentos
al público para que comprobáramos como si bien su cara se encontraba oculta
tras el maquillaje (en una línea a lo horror metal de unos NOTRE DAME, al igual
que el resto del grupo) su enorme nariz no era parte del disfraz… Cayeron
temas tanto de su primer “Gothic Electronic Anthems” como de su reciente y más
metalero “Empire Of Dark Salvation”, cuyas composiciones hicieron que la labor
del dj Halfface (que, haciendo honor a su nombre aparece con media cara pintada
de negro y la otra de blanco, así como con unas gafas oscuras enormes) se viera
relegada a un segundo plano a merced de las guitarras de Machine. Un show de
lo más ameno e interesante que se pasó volando.

Tras el excitante aperitivo y tras la espera de rigor, allí teníamos las primeras
notas de la majestuosa composición que se encarga de de abrir esa maravilla
de álbum llamada “Inferno”. Mientras sonaba, uno a uno fueron haciendo acto
de presencia los músicos. Recordemos que si bien LACRIMOSA son Tilo Wolff y
Anne Nurmi, para el directo se hacen acompañar de unos músicos de sesión que
por lo que veo vienen siendo los mismos en las últimas giras de la banda.

El recital, empero, daría verdaderamente comienzo con “Keich Der Liebe”, una
de las composiciones punteras de su reciente “Lichtgestalt” y cuyas notas nos
azotarían durante seis intensos minutos para dar paso a la ineludible “Schakal”,
pieza que para muchos cayó demasiado pronto. Lastimosamente, el sonido no acompañaría
a los suizos durante la primera mitad de su actuación: la voz de Tilo se escuchaba
demasiado baja, al igual que las orquestaciones, primordiales en algunos temas
como por ejemplo el increíble “Halt Mich” que quedó enteramente deslucido por
dichos contratiempos, siendo la batería el instrumento que se oía por encima
de todo lo demás de manera errática. Realmente es una pena que una composición
de este calibre quede destrozada por elementos susceptibles de ser solucionados,
a pesar de que ya estamos acostumbrados a que el sonido en la sala Razzmatazz
2 sea una lo más parecido a una lotería. Afortunadamente y como ya he dicho
la segunda mitad del show se caracterizó por una mejora notable en este aspecto
que nos hizo gozar de la maestría que atesora la banda como es debido.

Por lo demás, cada uno de los elementos característicos y diferenciales del
grupo estaban ahí; no son meros recursos accesorios. Son argumentos clave dentro
del mundo y la imaginería que por extensión definen a LACRIMOSA: el escenario
fue presidido durante toda la velada por la grandiosa escultura metálica del
ya celebérrimo payaso malabarista, intrigante y figura de fondo perfecta para
todos y cada uno de los movimientos del maestro de ceremonias Tilo, con sus
movimientos delicados y de impulsividad comedida que navegan a merced de las
notas que de los bafles emanan (por cierto, que alguien me explique como este
hombre aparenta tener 18 años cuando en realidad tiene muchísimos más). Inevitables
y coherentes también los músicos de sesión, de mediana edad, descuidados y con
un aire a freaks sacados de una pasarela patrocinada por THE CURE. En un extremo
del escenario y con un teclado fuera del alcance de nuestra vista flanqueado
por una tela negra Anne Nurmi, de belleza algo extraña y de presencia distraída
en según qué momentos.

Tal y como pudimos comprobar no faltaron cortes de las que para muchos (incluido
un servidor) son las dos obras maestras del grupo, “Inferno”y “Elodia”, teniendo
también cabida en el playlist temas como los ya citados o la muy emotiva  “Ich
Verlasse Heut’ Dein Herz” cuyo final apoteósico supo ser recreado a la perfección,
con un cara a cara entre los dos guitarristas a la hora de recrear la pegadiza
y melancólica melodía que se encarga de hacer subir la canción hasta grados
de intensidad insospechados. Y cómo no, los escalofríos recorrieron mi cuerpo.
Y espero que, al igual que yo, muchos de los asistentes experimentaran lo mismo,
sobretodo, repito, gracias al delicado trabajo a las guitarras y de Anne a las
teclas. Una pieza maestra.

Corrían rumores previos al concierto referentes a que la señorita Nurmi no
se encontraba en uno de sus mejores momentos a nivel vocal (aunque lo cierto
es que nunca ha sido un portento), por lo cual cuando tuvo la oportunidad de
comandar la nave con su voz fue seguida con lupa. ¿Resultados? Un “The turning
Point” que sonó ciertamente bien hasta que llegaron las subidas de tono y el
estado precario de las cuerdas de Anne quedó bastante en evidencia. Puede que
incluso algunos vieran enriquecedora esa reinterpretación rota y desquebrajada
pero, no nos engañemos señores, este tema no suena así en disco y tal y como
la pudimos oír quedó totalmente deslucida. A pesar de que “Not Every Pain Hurts”
sonó más correcta, las líneas vocales para este tema también eran más básicas.
Habrá que cuidarse…

Hasta 20 temas llegarían a sonar esa noche y no será de todos ellos de los
que hable, sin embargo me gustaría hacer especial hincapié en “The Party Is
Over”, en la cual Tilo interpretó también las partes de trompeta, alternando
el manejo de dicho instrumento con las intervenciones vocales. Asimismo, destacar
que solo sonaron dos temas del penúltimo disco de la banda, “Echos”, estando
desde mi punto de vista totalmente justificada la ejecución de “Malina – Bittruf
Part 2”, uno de los temas con más gancho de todos los que conforman un álbum
que se me hace algo indigesto en comparación con otros. Asimismo, el tramo final
de “Durch Nacht und Flut – Sasche –Part 1” fue interpretado en castellano tal
y como aparece en la edición española del disco a modo de corte oculto, aunque
lo cierto es que el acento de Tilo hizo que mucha gente apenas se diera cuenta
de este detalle. De hecho, apenas yo me di cuenta.

Tras dos bises, llegaría un final tan cañero como previsible. “Copycat”, tema
a partes iguales amado y odiado, sería el que haría correr finalmente el telón
de este teatro monocolor. Está claro que esta es una de las pocas composiciones
que pueden servir para cerrar el show de los suizos de manera visceral, y así
se pudo comprobar entre un público que terminó bastante enfervorizado. Por cierto,
la dinámica a lo largo del tema, en contra de lo que pudiera parecer, da poco
margen a la improvisación: Tilo coge uno de los focos del suelo, lo levanta
y comienza a deslumbrar al público en el clímax de la canción, como viene siendo
habitual en las actuaciones de la banda. De hecho, el cantante tiene incluso
señalado con una pegatina en el suelo del escenario cuál es el foco que ha de
coger. Eso sí, el efecto es bastante llamativo, aunque he visto al señor Wolff
interpretar este último tema con más energía y sobretodo más desmelene.

En definitiva, un concierto que quien para aquí suscribe resultó ciertamente
placentero, sobretodo en la segunda mitad, pero que quedó totalmente eclipsado
por la aplastante descarga que ofrecieron hace unos años en esta misma sala:
en aquélla ocasión tuvimos la oportunidad de gozar de un sonido inmaculado y
de una puesta en escena bastante más impactante (con pirotecnia empleada muy
sabiamente en bastantes momentos del show), así como de una interpretación más
concisa por parte de cada uno de los músicos. Por lo demás, y comparaciones
a parte, ver a los suizos en directo siempre resulta toda una experiencia, dado
lo singular de su propuesta y lo elitista de sus formas, Esperemos que esta
vez no tarden tanto en volver y puedan deleitarnos con un show todavía mejor,
pues de buena tinta sabemos que LACRIMOSA son capaces de hacerse un hueco más
allá de lo notable.

Texto y Fotos: Penumbra

Datos:Razzmatazz 2
Barcelona
Promotor: Rock N' Rock
Publico: 650 personas

Día:16/05/2005

Puntuación:7