LACRIMOSA

Satisfechos. Ese es el mejor adjetivo que define el sentimiento general de la audiencia que se congregó el pasado Viernes 17 de Octubre en la madrileña sala Heineken. La excusa, esta vez, era de las buenas. La visita por partida a doble (Madrid, Barcelona) de los suizos LACRIMOSA se saldó con un rotundo éxito tanto en el apartado de público como en el musical.

Pasando por alto la pequeña confusión generada con los horarios de apertura y el cartel de la noche, lo que finalmente pudimos encontrar a nuestra llegada fue una sala repleta, con un aspecto como el de las mejores noches, y una expectación que fue rápidamente satisfecha por Tilo Wolff y los suyos. Es una de las grandes contrapartidas de una banda que lleva una larga trayectoria dentro del mundo de la música, editando discos y funcionando en el aspecto del directo. Siempre identificados por ese espíritu pionero y original que ha caracterizado su forma de hacer las cosas (desde el lanzamiento de su sello Hall Of Sermon hasta la evolución musical registrada), LACRIMOSA es a día de hoy una de esas bandas a las que resulta difícil sacarle mil parecidos, cosa que debe servir como un halago a su personalidad sonora. Son expertos en lo que hacen y explotan lo que deben explotar. Son de la idea de “si no tenemos unas voces sobresalientes, combinemos la faceta musical con la teatralidad y demos un toque más distinguido a las composiciones”. Y con esta fórmula de éxito el dueto Tilo – Anne Nurmi lleva años eclipsando a la audiencia sin grandes altibajos en lo que a popularidad se refiere. Quizás sus últimos trabajos de estudio (dígase "Lichtgestalt" o “Echos”) no han comulgado en gran medida con algunos fans de “Angst”, “Satura” o “Inferno”. Pero lo que es indudable es que esta banda goza de una popularidad difícil de igualar en muchos puntos del planeta dentro del plano gótico sinfónico / metálico.

Es así como ya desde el primer tema y con LACRIMOSA al completo, músicos de directo incluidos, el concierto fue como una seda, gozando de una calidad de sonido in crescendo poco habitual en la antiguamente conocida como sala Arena. Los altibajos no fueron notables y tan sólo aquellos temas que por intensidad ponían un poco de pausa en el repertorio elegido y que por correspondencia coincidían con aquellos cantados por Anne, sirvieron como respiro en una noche en la que la intensidad fue clave, y la calidad del directo también. Es lo que se ha de exigir a una banda cuando sube al escenario: profesionalidad. Y LACRIMOSA, pese a ser un proyecto que a priori no tiene los mimbres de la solidez que se les supone a otros, fue capaz de crear un grupo compacto pese a contar con músicos de orígenes tan variopintos como ANCIENT RITES, ANGEL o IRON SAVIOR. El sexteto es una garantía en vivo, y así lo demostraron sobre un escenario que se les quedó bastante pequeño.

La verdad es que hablaría del set de la noche como un único todo. Como una historia con distintos capítulos en la que hay tragedia, agresividad, emotividad y oscuridad. Si bien es cierto que no hablamos de un gothic rock al uso, el estilo más orquestal y acompasado del estudio pasa a convertirse en algo mucho más versátil y potente en directo. Es así como clásicos como “Halt Mich” o “Alles Lüge” suenan con guitarras heavies y distorsiones estridentes, en lugar de limpias y delicadas, cosa que para nada debe restar en el resultado final.

Bajo el telón con el sempiterno emblema de la banda y la serigrafía con el título del último doble cd/dvd en vivo de la banda, “Lichtjahre”, los suizos quisieron presentarse de nuevo ante el público español, en un fin de semana de descanso dentro del proceso de grabación del próximo álbum de estudio que están llevando a cabo.

Tilo aparece cantando como surgido de la nada y el espectáculo comienza su andadura en lo que a la postre supondrían alrededor de dos horas de concierto. Primer punto que no debe estar obligatoriamente ligado a profesionalidad pero que curiosamente suele venir de la mano. Y es que conciertos de tal duración en cabezas de cartel parecen venderse caros actualmente, cuando debería ser la norma. En ese tiempo hubo ocasión de disfrutar con temas de "Lichtgestalt", “Echos”, “Fassade”, “Elodia”, “Stille”, “Inferno” o “Satura”. Un repaso que tuvo distintas muestras de prácticamente toda su discografía y que conjugó clásicos con material más reciente. Es obvio que hay temas que estarán casi siempre presentes en el set list, y que por ende, la gente corea incesantemente. Pero siempre hay hueco para las sorpresas y con los centroeuropeos siempre es bueno esperar hasta el final para ver las sorpresas que esconden la media de 20 temas que suelen tocar por actuación.

El escenario era prácticamente dominado por Tilo, que enfundado en su característica y llamativa indumentaria consigue llenar la línea del frente con sus movimientos de brazos, sus dejes teatrales y su dominio del pie del micro. Anne queda algo escondida tras la parrilla doble de teclados, pero es sin duda la principal estrella cuando le llega el turno de cantar en solitario. Fue entonces cuando todos los focos apuntaron a la finlandesa y cuando Wolff se recluyó tras las teclas. El resto de músicos intercambiaba posiciones, haciendo de perfecta comparsa para las figuras de sus compañeros y en general, tratando de sortear con solvencia todas esas dificultades que suponen tocar en un escenario de poca movilidad.

La audiencia, por su parte, fue variopinta y entregada. No se qué nivel de curiosos fueron los presentes aquella noche, pero había mezcla de fans de toda la vida de LACRIMOSA; y ajenos que suelen estar en muchos conciertos de diversa índole pero de los que de verdad valen la pena. Suelen ser seguidores de la vieja escuela, y ya les adelanto que su gusto no es nada malo, así que si conocen a alguno, háganles caso….ya sea en materia de gótico, de death, de metal… en todo se les puede ver.

Los puntos álgidos de la velada fueron prácticamente los presumibles con este grupo; me habría gustado una versión más gothic rock de “Alles Lüge”, pero no restaré calidad a la interpretación ejecutada. “Halt Mich” fue también muy aplaudida y luego el público se dividió en ovaciones ante temas como “Satura”, “Alleine Zu Zweit” o “Not Every Pain Hurts”.

Tilo irradia sencillez dentro de lo artístico de su papel y da buenas vibraciones al oyente. Si tuviera que apostar a la hora de hablar de su carácter a tenor de lo visto, para nada haría mención a lo retorcido de su personalidad o la complejidad de su persona, y sí a su amabilidad y gestos con la gente. Es claro que el hombre puede luego darte una y mil vueltas con conversaciones filosóficas o sobre la razón de ser de los humanos, pero creo su postura es adaptable y para nada va de divo o de estrella.

En el otro lado, Anne adopta la posición más fina y elegante, paseando con sutileza su gran figura ataviada con un corpiño y unas llamativas plumas rojas.

Todo transcurrió con relativa normalidad y si al principio las guitarras no se escuchaban nítidamente y eran invadidas por el alto volumen de la batería, al final pudimos disfrutar de todos los instrumentos por igual, destacando las partes de bajo muy recurridas en la música de LACRIMOSA y por supuesto, las melodías de teclado que inundan las composiciones de la banda. De las voces, Tilo rayó a gran nivel, y Anne ganó puntos en los tramos más graves y oscuros. Particularmente la prefiero en esa tesitura, pero el resto de voces limpias y delicadas fueron correctas en temas como “Letzte Ausfahrt”.

Llegábamos al décimo tercer tema de la noche, y fue entonces cuando se produjo la primera despedida – ficticia, por su puesto – de los músicos. Su vuelta fue aclamada y encararon entonces una de las partes más increíbles del concierto con mención especial a “Der Morgen Danach” y sobre todo “Ich Verlasse Heut Dein”. El poder presenciar en vivo la pasión que imprimen en este último no tiene precio. El segundo de los bises estuvo compuesto por otros dos temas destacados como “Senses” o “Stolzes Herz”, pero sin duda lo más esperado habría de llegar en forma de “Copycat” en versión metálica, el colofón y la descarga de adrenalina definitiva que arrancó el aplauso del respetable. La banda agradeció la entra de la gente que abarrota el foso y los graderíos con la clásica reverencia en grupo. Había sido una noche estelar y creo que quedará en el recuerdo de todos. Puede que aquí no tengamos el fervor que levantan en México, pero según las propias palabras de Tilo España es un lugar especial para ellos y creo que con lo de aquella noche quedó demostrado.