La magia de Transatlantic sufre algunos traspiés
Pese a que la banda siempre es espectacular en directo, se les vio algo peor que en la gira anterior. Poco engrasados comparándolo con los espectáculos a los que nos tienen acostumbrados, pero al fin y al cabo a un nivel que muchos quisieran.
El pasado viernes 28 de febrero, la ciudad de Barcelona volvió a sorprenderme. Y es que pocos se esperaban que la sala 2 de Razzmatazz, con su aforo para 1.000 personas, no se quedase muy lejos de llenarse para recibir a Transatlantic en la presentación de su cuarto álbum. Todavía más sorprendente es este dato cuando vemos el precio de la entrada: aproximadamente 35 euros la anticipada y 38 en taquilla. Casi 40 euros, algo más caro que en su visita anterior y ofreciendo una cantidad de material inferior (30 minutos menos de show), aunque ya llegaremos a esto más tarde, dado que imaginamos que no estaría previsto.
Abriendo puertas a las 19:00 un viernes, uno se pensaba que llegando un cuarto de hora antes del inicio del show (que empezaba a las 20:00) habría más que suficiente. Otra vez nos equivocamos. Tan sólo media hora después de la apertura de puertas ya era difícil posicionarse en la mitad delantera de la sala, y como dato curioso, llamaba la atención la avanzada edad del público, cuya media podría ser tranquilamente de unos 40 años. No lo digo como algo negativo, simplemente como dato si lo comparamos con otros conciertos, como por ejemplo Dream Theater, en el que el público era muchísimo más joven (suponemos que por estar más cerca del metal que la banda que nos ocupa hoy).
Como intro utilizaron una nueva grabación orquestal a modo de «recopilatorio», con secciones de sus grandes temas épicos hasta el momento. 25 minutos duró la broma. Con un cuarto de hora de retraso, por fin empezó la proyección inicial, en la que saludaban al público en catalán con una senyera de fondo. La banda salió a escena e inició la travesía con «Into the Blue», el primer corte de su nuevo trabajo. Algunos problemas de sonido, algo que no acababa de sonar afinado del todo… hasta bien entrado el tema nada empezó a sonar en condiciones, pero a partir de aquí el show adquirió un sonido bastante aceptable y nos acompañaría así hasta el final de la velada. Pese a los problemas iniciales y a algunos fallos, la agrupación tenía su habitual actitud distendida y cómoda sobre las tablas, bromeando (como cuando Roine tuvo que cantar la parte grave/hablada del tema y dijo que era a imitación de Lou Reed) y luciendo amplias sonrisas en los rostros. Y es que no puede ser de otra manera, porque Transatlantic irradian felicidad.
La primera sorpresa (buena, en este caso) nos la llevaríamos muy pronto, y es que aunque no pudiéramos disfrutar del fantástico Daniel Gildenlöw (Pain of Salvation) en su habitual rol de apoyo, tuvimos a Ted Leonard (Spock’s Beard) sobre el escenario cumpliendo las funciones del sueco, que lleva ya 8 semanas hospitalizado por culpa de una enfermedad causada por una bacteria. Leonard supo hacer su trabajo estupendamente, y es que con él se volvió a cumplir aquella norma en Transatlantic de que el músico invitado tiene que cantar mejor que los 4 miembros oficiales. Bromas aparte, quizá se echó en falta el entusiasmo de Daniel sobre el escenario, pero Ted hizo todo lo necesario a la guitarra y teclado, y además nos conquistó con su impresionante voz. Bravo por él.
Inesperada fue la elección del segundo tema de la noche, y es que la última gira en la que tocaron «My New World» fue hace ni más ni menos que trece años. Es de agradecer que recuperen temas antiguos que muchos pensábamos ya que no tendríamos ocasión de escuchar en directo. El público la cantó nota a nota, y dieron paso a «Shine», una de las baladas de su nuevo trabajo. Durante toda la noche se hizo patente la falta de dirección visual por parte de alguien con conocimiento de diseño gráfico… o con ojos en la cara. Por si la portada fuese poco hortera, también nos pudimos deleitar con camisetas en las que la impresión era un cuadrado con sus bordes perfectamente visibles y delimitados, y proyecciones al más puro estilo Windows Movie Maker. Gifs de corazones, proyecciones que parecían salvapantallas de Windows 95… se les perdona porque musicalmente mandan y se lo pueden permitir. Y quizá parte de su magia reside en ese enfoque visual cutre, que al fin y al cabo tiene su gracia.
Acabada «Shine» llegó uno de los momentos estelares de la noche, que fue el medley del que considero su mejor álbum. Redujeron a algo menos de la mitad de duración la mastodóntica «The Whirlwind», pasando de sus gloriosos 70 minutos a los 30 que suelen durar sus suites. Bastante bien arreglada, no faltaron sus partes más emblemáticas, como la emotiva «Rose Colored Glasses», en la que Neal Morse se emocionó tanto que rompió a llorar en plena interpretación: el momento más emotivo del concierto, sin duda (aquí tenéis un vídeo). Aunque faltaron joyitas como «On the Prowl» o «A Man Can Feel», hay que reconocer que supieron amoldar a la perfección ese gran trabajo a una versión reducida.
Un dueto de guitarra entre Morse y Stolt introdujo la segunda balada de la noche, la archiconocida «We All Need Some Light» que fue cantada en masa por los allí presentes. «Black as the Sky» gana mucho en directo, igual que sus compañeras de disco… pero cuando el grupo abandonó el escenario después de este tema, supimos que algo iba mal. Los que ya conocían el setlist sabían que se habían saltado «Kaleidoscope», la última nueva épica que muchos esperábamos con ganas. Los que no lo habíamos visto, sabíamos que era un poco raro que acabasen el set principal con una canción corta. Pese a todo, estos últimos sabíamos que en la gira anterior se marcharon del escenario dos veces antes de acabar, así que esperábamos que cayera en uno de los dos bises… pero no fue así. Un medley con las dos primeras partes de «All of the Above» y las tres últimas de «Stranger in Your Soul» fue lo único que quedaba en la recámara de Transatlantic, y cuando se encendieron las luces y la gente empezó a salir, muchos todavía nos resistíamos a creer que aquello se hubiera acabado ya. Y menos con el regusto agridulce que dejó ese último tema… y es que que toquen el principio de «All of the Above» y te quedes sin oír «Undying Love» duele mucho. Personalmente opino que hubiese sido mejor que tocasen sólo una de las dos, pero entera.
No sabemos exactamente qué fue lo que los llevó a acortar su actuación 30 minutos. Mucho se comentó que seguramente el causante podría ser el esguince en el pie izquierdo de Portnoy… pero el día anterior en Madrid también lo tenía y tocaron las 3 horas correspondientes. También en el siguiente concierto, en Milan. Y de todos modos lo vimos a un nivel muy correcto en el resto del concierto, además de hacer el cabra como si nada. Sea como sea, esto tampoco trasciende mucho más allá del enfado en el momento de aquellos que habían pagado 40 euros y recibieron media hora de música menos que el resto de ciudades de la gira. Dejando de lado esto, hay que dejar claro que pese a que la banda siempre es espectacular en directo, se les vio algo peor que en la gira anterior. Poco engrasados comparándolo con los espectáculos a los que nos tienen acostumbrados, pero al fin y al cabo a un nivel que muchos quisieran.
Como último apunte, me gustaría destacar algo que llamó la atención negativamente de muchos de los allí presentes, y es la actitud que ha tomado Portnoy en esta gira. Siempre había sido un graciosillo carismático, pero opino que está cruzando la línea entre gamberrillo querido y hacer tonterías de mal gusto. Fue bastante lamentable verle constantemente tirando platos, hierros, el sillín… cualquier cosa, para que luego el martirizado roadie tuviese que ir constantemente a recolocarlo. De acuerdo que al pipa le pagan por ese tipo de cosas, pero no tendría que ser su faena estar constantemente recogiendo lo que a Mike le de la gana tirar. En fin, simplemente es algo que me escamó. Algunos contratiempos que oscurecieron un buen show, pero que quedó algo lejos de los impresionantes conciertos de la gira de «The Whirlwind».
Promotor:Rock n rock
Día:2014-02-28
Hora:20:15
Sala:Razzmatazz 2
Ciudad:Barcelona
Puntuación:7