Una leyenda viva que impone y una banda con un repertorio aplastante. Harán shows puntuales bajo el nombre de Thin Lizzy, pero de momento hay que referirse a ellos como Black Star Riders. Uno de los conciertos del año y una banda en juventud eterna. Los sres. Lynott y Moore estarán encantados viendo que el espíritu de Thin Lizzy sigue tan vivo como siempre.

Confieso que soy un fan absoluto de todo el legado de Thin Lizzy y los considero una de las bandas fundamentales de la historia del rock. Todas sus etapas son apasionantes, todos los músicos que allí han estado son legendarios y su mezcla alquímica del folk celta irlandés con el rock duro es maravillosa. Desgraciadamente el gran público se queda con “Whskey in the Jar” y “The Boys are back in Town”, no llegando a apreciar un legado inmenso. El hecho de girar bajo el nombre de Black Star Raiders y no el de Thin Lizzy hizo que la sala no se llenara, aunque finalmente hubo una meritoria media entrada. Lo vivido esa noche de domingo fue electrificante y cautivador. Hacía tiempo que muchos no disfrutábamos tanto en un concierto. Pero lo mejor de todo es que sus dos discos nuevos bajo el nombre de Black Star Riders están a la altura de los facturados como Thin Lizzy. Algo que es casi inconcebible.

Nos perdimos el show de ese dúo sumamente interesante llamado The Weyers que incluso decoraron un poco el escenario. 4 Bitten resultaron ser una banda interesante, aunque típica, liderada por una chica a la voz. De buenas a primeras voz y música parecen no casar, aunque poco a poco van entrando. No así el público, que estuvo realmente frío. Hubo silencios incómodos y eso que no era la primera vez que tocaban en Barcelona. Llevan ya varios discos, poseen tablas y buenas maneras pero me parece un error que su logo sea casi ilegible. Hubo algún corte que terminó enganchando yendo todo de menos a más, con una cantante algo similar a Federica (la que lideró a White Skull años ha). Ningún pero a la banda, sonando bastante moderna, pero está claro que no fue su noche.

Lo de Black Star Riders es de traca. La mediana de las Razz sonó a gloria desde el principio y el grupo se volcó a pesar de no tener enfrente a una sala llena. Muchas ganas entre el público y eso que vertebraron el set con mucho material de nuevo cuño. Scott Gorham fue el primero en entrar a escena y Ricky Warwick demostró que es un frontman espectacular, con esas pintas de hooligan desatado y agresivo. Vimos a un Jimmy DeGrasso algo fondón pero perfecto en su cometido (¡cómo cruza las baquetas en los breaks!), y la fiesta empezó con “Bloodshot”. Pero sería en “Soldiertown” cuando llegaríamos a saborear todo el sabor Lizzy. Geniales coros y esos juegos en los solos entre Gorham y un Damon Johnson, demostrando este último que está a la altura de los grandes hachas que han pasado por los Lizzy. Antes, el primer cañonazo con un “Jailbreak” que a muchos les sonó algo raro. Fue un mero espejismo.

“Charlie I Gotta Go” es un single perfecto y poco que decir de un “Are You Ready” intenso y directo. La complejidad del bajo atañe a Robbie Crane, que estuvo perfecto. Mucha movilidad, mucha agresividad en los movimientos y un Gorham siempre sonriente que contrastaba con la actitud macarra de Warwick, que no se quitaría las gafas de sol hasta “Hey Judas”, ya con acústica. La cadencia de “Through the Motions” nos llevó a un “Waiting for an Alibi” del grandioso “Black Rose”. En la mayoría de temas de Thin Lizzy Warwick coje una guitarra más para apoyar las harmonías. Cuando los cuatro posan tocando juntos el efecto es impresionante. Enormes las guitarras dobladas y esos coros, bien apoyados por el participativo público. Y tas la cachondo “Hodoo Voodoo” nos brindaron un “All Hell Breaks Loose”, corte con el que empezó esta aventura en 2012. Los juegos de melodías son magistrales y Ricky parece haber nacido para liderar a esta banda.

Hubo varias presentaciones personales destacando que Warwick es de Irlanda del Norte y que Crane y Damond vienen de los EEUU. Los temas caían sin respiro alguno y “The Boys are Back in Town” fue recibida como agua de mayo. Destaco muy especialmente “Bound for Glory” por ser típicamente Thin Lizzy, pero sobretodo “Kingdom of the Lost”. Podría haber aparecido en el “Black Rose” perfectamente y consiguió hacer botar y cantar a toda la sala. Impresionante, pues a fin de cuentas se trata de un tema nuevo y no un clásico. No me corto al decir que es de lo mejor que ha grabado la familia Lizzy en toda su carrera. Y tras la pegadiza “Finest Hour” quedaba la salva final, que incluyó “Emerald”, ese bonito homenaje a la Isla Esmeralda con esa mítica subida y bajada con esas guitarras dobladas.

“The Killer Instinct” no bajó la intensidad, y para la despedida dos de las versiones más esperadas: “Rosalie” de Bob Seger, que hicieron suya desde sus inicios, y la mágica “Whiskey in the Jar” con esa entrada tan potente y melancólica. No cayó “Cowboys Song”, pero su interludio famoso se coló en “Rosalie” para volvernos a presentar al combo “irlandés”. Os podéis imaginar el nivel de entrega en la sala. Caras de felicidad encima y delante del escenario y un sentimiento de hermandad y éxtasis. Les he podido ver en todas las giras desde 2001 y a pesar de que van cambiando algún músico no bajan para nada el listón. Sorprende que no tiren más de clásicos, pero tampoco lo necesitan. El nuevo material es impresionante y suena a lo que todos esperamos. Pude charlar un poco con Scott Gorham al finalizar el show y os aseguro que esos ojos azules impresionan cuando te habla. Una leyenda viva que impone y una banda con un repertorio aplastante. Harán shows puntuales bajo el nombre de Thin Lizzy, pero de momento hay que referirse a ellos como Black Star Riders. Uno de los conciertos del año y una banda en juventud eterna. Los sres. Lynott y Moore estarán encantados viendo que el espíritu de Thin Lizzy sigue tan vivo como siempre.

Promotor:Rock N Rock

Día:2015-11-15

Hora:19:15

Sala:Razzmatazz 2

Ciudad:Barcelona

Teloneros:The Weyers 4 Bitten

Puntuación:9