Kiss inundan el Budokan de Tokyo a base de sangre, fuego y hard rock.
Parece definitivo que la banda estará en Europa en verano de 2014 con su gira del 40 Aniversario. Paul Stanley lo dejó entrever en una reciente entrevista.
Ver a KISS en Tokyo es una experiencia mágica. Como ver al Barça contra el Madrid en el Camp Nou o como vivir un 12 de octubre en Zaragoza. Pocos países tienen el fervor que Japón tiene por los héroes maquillados de New York.
Hacía prácticamente ocho años que la banda no pisaba Japón para una gira en condiciones, asunto que ha sido vehementemente rectificado hace pocos días, con un tour de cuatro fechas que ha incluído Chiba, Osaka y dos noches en el legendario Budokan de Tokyo. No todo el mundo pensaba así, no obstante. Unos minutos antes del concierto, hablando con Mark, de su agencia de management, éste nos contaba que los promotores japoneses no estaban totalmente seguros de traer a KISS de gira, por más que estos aseguraran que iba a ser todo un acontecimiento. ¿La realidad? Dos noches con el Budokan hasta arriba, 10.000 personas en Osaka y 15.000 en Chiba. El poder de los cuatro maquillados sigue sin tener parangón.
Algo tan simple como un paseo por Tower Records días después del concierto, confirmaba que KISS son una entidad muy distinta en Japón respecto al resto del mundo. Una sección enorme de la banda presidía la zona dedicada a pop/rock internacional de la tienda de Shibuya, la que durante un tiempo fue la más grande del mundo. KISS habían estado allí firmando discos una semana antes para cientos de personas.
La banda ha aprovechado su estancia en Tokyo para hacer toda una semana de actividades promocionales que incluyeron su paso por la Tokyo Fashion Week, multitud de entrevistas y apariciones televisivas y los shows mencionados. Allá donde KISS van, todo es un acontecimiento en Japón. Son leyendas desde que vinieron la primera vez en 1977 y tuvieron que hacer cuatro noches en el Budokan, incluso con dos conciertos diarios en algún caso. Ahora, sin Ace Frehley ni Peter Criss, la banda sigue demostrando que puede atraer a grandes masas y probarle a los promotores japoneses que si, que merecía la pena que vinieran de nuevo.
Gracias a las gestiones de un buen amigo, el concierto de Tokyo fue de ensueño. Aunque en un primer momento no estábamos en la lista de invitados, la cosa se solventó rápidamente. Imaginad llegar a Tokyo para ver un concierto y no estar en la lista a media hora del concierto. La cara que se te queda es la de cuando bebes leche cortada. Pero diez minutos antes del show vino una persona del management de la banda y nos dijo “vosotros, mamones, sois los periodistas no? Entrad. Y escribid cosas buenas”. No solo eso: nos llevó a la oficina de producción a buscar nuestros pases y a tomar una cerveza a escasos minutos de empezar a sonar la música. Por el camino nos encontramos a Gene Simmons, Paul Stanley, Tommy Thayer y Eric Singer, éste último haciendo estiramientos en el pasillo, y con el que nos saludamos brevemente a pie de escenario. Con nuestros pases en el pecho y una cerveza en el estómago, la experiencia comenzaba a ser ideal.
La persona de su management nos acompaña al foso de fotógrafos, pero se da cuenta de que hoy el concierto está siendo retransmitido en directo por la televisión japonesa, lo que hace bastante impracticable el foso, así que toca sacar fotos desde la mesa de sonido, lo que se rectifica rápidamente con un buen teleobjetivo. Tal y como llegamos allí, se apagan las luces y aparece en las pantallas de video laterales el montaje de cada show de la gira: la banda camina por el backstage saludando a cámara y acompañada de su manager Doc McGhee. Hasta que la imagen desaparece y los focos rojos bañan el recinto japonés, presidido por una gigantesca bandera nipona. Entonces llega la familiar intro: “Allright Budokan: you wanted the best, you got the best, the hottest band in the world: KISS!”. Y con esto, cuatro golpes de hi-hat de Eric Singer y una caída de telón, nos encontramos de pleno en “Psycho Circus”. Un tema que no tocaban en directo desde el 2003 y que han recuperado para la gira de “Monster”. No tarda en llegar otro clásico: “Shout it Out Loud”, seguido de “Do You Love Me”, que Paul Stanley introduce cantando parte de los versos al público japonés.
La producción del tour está basando en el “spider stage”, un escenario cuya estructura luminotécnica se asemeja al cuerpo de una araña. Al inicio del show, KISS bajan desde allí arriba y en otros momentos también usan el montaje para dar realce al show. Las patas de la tarantula se mueven en ciertos momentos del show, así como su cuerpo, dándole un toque tétrico al concierto que se echaba en falta en los shows de KISS de años recientes.
La banda suena bien y el recinto es otro mundo a la hora de escuchar conciertos. La acústica es todo un privilegio en el Budokan y no cabe duda de que eso juega a favor y en contra de KISS. A favor porque, cuando suenan bien, suenan geniales. En contra porque todos los fallos vocales de Paul Stanley, quien tiene la voz bastante comprometida, quedan muy expuestos, al no haber la muralla sónica de otros recintos menos agraciados en acústica. Pero lo de Paul es algo que ya viene sucediendo hace muchos años y es difícilmente una sorpresa. Algunos días son mejores y otros son peores para el viejo Starchild, pero lo que no ha cambiado es su entrega física sobre el escenario. Cada vez que se lanza de rodillas al escenario, uno sufre por su maltrecha cadera, pero el tipo es todo un guerrero y no parece tener achaques en ese sentido. Su talón de Aquiles es la voz y, aunque lo sabe, no por ello deja de forzarla y hacer cosas que no debería. Las presentaciones entre canción y canción son innecesarias en su estado actual, especialmente cuando grita de manera desmedida y su voz se quiebra. Pero tiene un pase, todo el mundo se lo da y el sabe que su personalidad escénica le “exige” esas acrobacias vocales a lo Robert Plant. Aun así, se modera (todo lo que un Paul Stanley podría moderarse, dado su ego escénico) y el show sufre lo justo en ese sentido.
KISS son, hoy en día, una banda muy solvente. Los directos con Ace y Peter eran musicalmente pobres, dado el estado en que se encontraban ambos músicos, física y mentalmente. Puede que tanto Eric Singer como Tommy Thayer ya pasen de los 50 años actualmente, pero siguen siendo maquinas. Singer en especial, es tan espectacular como siempre, especialmente ahora que Gene y Paul le han dado libertad para tocar a su manera en muchas canciones y le han permitido volver a usar un kit espectacular de doble bombo. Durante años, la banda estaba obsesionada con mantener el feeling de los viejos temas simplificando hasta el extremo las partes de batería y eso hacía que Eric se viera atado de pies y manos tras el kit. Ahora vuelve a soltarse como antaño, aunque sin llegar al punto de la gira de “Revenge”, donde era imparable durante todo el show.
El repertorio del concierto del 24 de octubre en el Budokan fue el mismo que el de la noche anterior, aunque habría sido positivo que introdujeran alguna variación por deferencia hacia los que repetían. Aun así, el set es potente y bien equilibrado. Tras el inicio de “Psycho Circus”, “Shout it Out Loud” y “Do You Love Me”, la banda optó por un triunfal “I Love it Loud”, seguido de la nueva “Hell or Hallelujah”, que suena bien integrada en el repertorio clásico, ya que en “Monster” y “Sonic Boom”, KISS han optado por volver a su sonido más clásico y menos procesado. Hubo tiempo también para un amenazante “War Machine”, en la que Gene escupió fuego al acabar el tema, como suele hacer en giras recientes.
KISS siempre han tenido muchas deferencias con la cultura japonesa en sus visitas. Intentan dirigirse al público en japonés en la medida de lo posible y, en esta visita, Paul Stanley canta en cada concierto el “Sukiyaki” de Kyu Sakamoto a capella, que todo el público corea felizmente. Tras eso llega la difícil intro de “Heaven’s on Fire”, en la que chirría tanto como cabe esperar su voz, pero la canción en si queda muy bien ejecutada. Tras esta, la banda llama a su doctor particular para ejecutar “Calling Dr. Love” y vuelven a repasar el pasado reciente con “Say Yeah” de “Sonic Boom”. La producción es estelar, pese a la reducción de pirotécnia. El contable de KISS, Paco Zimmer, nos decía después del show que en Japón KISS se ven obligados a reducir su espectáculo pirotécnico “en un 70%” debido a las legislaciones locales, además de explicarnos el astronómico presupuesto que KISS dedican en cada show solo a hacer explotar cosas.Así pues, más que explosiones, hay muchas llamaradas, aunque a medida que avanza el show, llegan los bombazos en momentos selectos, porque un show de KISS sin pirotécnia es como tener un descapotable y no ponerle nunca gasolina.
Tras “Say Yeah”, llega el momento de un medley entre “Shock Me” y “Outta this World”, a manos de Tommy Thayer. En ese momento, el escenario se lo quedan Eric y Tommy, mientras Gene y Paul se van a tomarse un merecido descanso como miembros senior de la banda. Guitarrista y batería hacen un solo conjunto que no tiene mucho misterio más allá de rellenar un poco de tiempo y mostrar algunos efectos del show, como la guitarra que dispara cohetes de Tommy o el bazooka de Eric, el cual usa desde lo más alto de su plataforma de batería.
El escenario se oscurece de nuevo, pues es el momento de que Gene Simmons se sitúe al centro y el humo y las luces rojas invadan la escenografía. El temible solo de bajo de Simmons da paso a que la sangre comience a emanar de su boca a chorros, mientras la imagen gigantesca de este rito habitual de los shows de KISS llena la pantalla del escenario. Cuando el público está ya sumido en el éxtasis, Simmons sale volando hasta la plataforma de la parte más alta del escenario. Allí arenga al público y da paso a un “God of Thunder” que suena tan heavy como hace cuarenta años. Las llamaradas calientan el Budokan y Simmons escupe palabras en japonés a gritos para motivar a un público que no necesita motivación alguna a estas alturas. Ejecutivos en traje, colegialas, señoras japonesas de 70 años y todo tipo de gente conforma la audiencia de KISS en Japón, demostrando que aquí son un fenómeno que trasciende todas las barreras sociales y que no se limita solo a un estilo musical.
El show prosigue y lo hace con un “Lick It Up” que todo el público corea. A mitad del tema, Paul y Tommy se suben a la araña y se elevan hasta lo más alto del escenario para ejecutar un fragmento del “Won’t Get Fooled Again” de THE WHO, que culmina con el legendario grito de Roger Daltrey a manos de Paul. Descienden de nuevo y la canción sigue entre llamaradas por todas partes. Como si fuera poco, en ese momento aparece una plataforma hidráulica en medio del Budokan y Paul Stanley sale volando hacia ésta para ejecutar “Love Gun”. La voz no le da de si, pero lo cubre con entrega, como a lo largo de todo el show. Es su tema insignia, tanto como “God of Thunder” lo es para Gene. Paul lo sabe y lo disfruta, mientras el público corea el estribillo lleno de felicidad. Ver a 14.000 japoneses coreando estribillos sobre “lamer cosas” y “pistolas de amor” es todo un espectáculo y KISS son los maestros de ceremonias idóneos. Al final de “Love Gun”, Paul coge su guitarra al hombro y dispara contra el escenario haciendo explotar toda la zona de focos, como mandan los cánones.
A diferencia de otras giras, Paul no vuelve volando al escenario al final de “Love Gun”, sino que se queda allí y toca la intro de “Black Diamond” acompañado por el público y una gigantesca bola de espejos que llena de luz todo el recinto. Cuando el resto de la banda arranca con el tema, Paul vuelve al escenario sobrevolando el publico y se acopla a la canción tal y como Eric Singer comienza a cantarla, con esa voz rasposa que tan bien emula a la de Peter Criss en el clásico tema de KISS. Al final del tema, la batería se eleva mientras KISS tocan su outro de los 80 (con la que acaban en el video de “Animalize: Live Uncensored”). Al final, las cuatro explosiones de turno resuenan en todo el Budokan y KISS se quedan congelados ante el público mientras este aplaude incesantemente. Aquí, el show llega a su primer final y el público clama durante tres minutos la vuelta de la banda.
Finalmente salen de nuevo, y hacen su habitual reverencia cogidos de la mano mientras los japoneses vitorean, fuera de sí. Es momento que Tokyo se convierta en la ciudad del rock y “Detroit Rock City” así lo certifica. Es el final y todo el público lo vive con emoción. Es complicado que no se te haga un nudo en la garganta ante la grandeza inmensa de una banda como KISS ejecutando sus mayores clásicos. Es ciertamente abrumador. Lo mismo sucede cuando tocan “I Was Made For Lovin’ You” y el Budokan entero en pie canta el estribillo. Por último, llega de empalmada “Rock and Roll All nite” y ahora es el confetti el que inunda el recinto en un fin de fiesta que ninguna banda podrá emular jamás, salvo los STONES con “Jumpin’ Jack Flash” y AC/DC con “For Those About to Rock”. Al final de la canción, Paul rompe su guitarra mientras Gene, Tommy y Eric se encuentran en lo más alto del escenario subido en gigantescas plataformas hidráulicas. No se puede pedir más, lo saben, y es el momento de retirarse con una enorme explosión final, aunque lejos de los akelarres pirotécnicos que realizan en recintos americanos y europeos.
Al final del show, con el escenario a oscuras, KISS le recuerdan a Japón que le quieren con un enorme mensaje en la pantalla de video. Los diligentes encargados de seguridad desalojan rápidamente el recinto y comienza el desmontaje de éste último concierto en Japón de KISS, aunque dejan claro que volverán al año siguiente. Y podría ser verdad, porque parece definitivo que la banda estará en Europa en verano de 2014 con su gira del 40 Aniversario. Paul Stanley lo dejó entrever en una reciente entrevista.
Al final del show, pasamos de nuevo por el backstage a agradecer el trato recibido y nos queda la sensación de que hay cosas muy grandes para KISS en el futuro inmediato, especialmente ahora que han sido nominados de nuevo para el Rock And Roll Hall of Fame en el año de su 40 Aniversario. En unos meses sabremos que sucederá.
Texto: Daniel López
Promotor:Udo Artist Inc
Día:2013-10-24
Hora:19:00
Sala:Budokan
Ciudad:Tokyo
Puntuación:8
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