Cuando una enorme banda visita tu ciudad por segundo año consecutivo, lo normal es alegrarse. Cuando se trata de una agrupación con el directo de Kadavar, la cosa es para dar brincos de alegría. La popularidad del trío germano parece aumentar día tras día, y la expectación era máxima cuando se anunció que el evento tendría lugar en la sala Bikini en lugar de en la diminuta Razzmatazz 3 que los había acogido anteriormente. Como acertadamente predijo la promotora, la banda consiguió traer a más del doble de asistentes que en su primer alunizaje en Barcelona, logrando llenar la mítica sala de Diagonal tanto de rockeros clásicos como de stonerheads, pasando no sólo por metaleros sino incluso por sectores más modernos, dejando claro que el estilo de esta banda es capaz de unir a gran parte de la comunidad musical bajo un mismo techo. Servidores, que ya habíamos presenciado su actuación en Hellfest unos meses antes, estábamos ansiosos de repetir porque sabíamos a lo que nos ateníamos. Los recién llegados simplemente quedarían ojipláticos.

The Picturebooks, banda telonera, calentaron los motores de los allí presentes desde las 20:15 aproximadamente, ofreciendo una propuesta más que atractiva e interesante. Este dúo, que acaba de publicar su álbum debut «Imaginary Horse», tiene una puesta en escena absolutamente hipnótica y cautivadora: algo tan sencillo como un cantante y guitarrista acompañado por un percusionista puede convertirse en un auténtico viaje por carreteras desoladas. Las canciones contenían grandes melodías rodeadas de un halo de suciedad y minimalismo, así como ritmos sencillos y contundentes ejecutados por un auténtico poseso a las mazas. Las habilidades vocales eran tremendamente altas, y la repetitividad de muchos pasajes hacía pensar en un conjunto de stoner que hubiese utilizado el volumen, el sonido y los recursos de repetición más sofocantes y crudos de una banda como Swans. En definitiva, una gran experiencia muy poco convencional y definitivamente alejada de lo que podríamos haber esperado. No le perdáis el ojo a su álbum de estudio, pese a que ganan muchos enteros sobre un escenario.

Tras la pausa, con «Liquid Dream» salía a escena el trío barbudo, una enorme canción perfecta para iniciar un concierto, pero en la que se echó en falta ese característico teclado tan presente en su versión de estudio. Un sonido increíblemente nítido y potente acompañó a Kadavar desde sus primeros minutos en el escenario, y lo cierto es que el rodaje de estos tres músicos de ciudad en ciudad se nota en cada nota. Tan sólo llevarán dos álbumes de estudio a sus espaldas, pero su propuesta en directo ya es mucho más convincente que la de mayoría de bandas del estilo con trayectorias mucho más dilatadas. Hombres de  pocas palabras y mucha acción, ni cortos ni perezosos se arrancaron en segundo lugar con aquella fantástica «Living in Your Head» de su disco debut, con sus 7 minutos de puro ácido musical en más que claro homenaje al sonido de una leyenda como Jimi Hendrix.

Sonido, imagen, actitud… lo que esta banda consigue en vivo es un auténtico viaje al pasado. Durante hora y media, el conjunto alemán nos llevó de vuelta (o por primera vez, vista la edad de muchos de nosotros) a los años 70 con lisérgicas melodías y riffs que iban desde el puro groove de «Doomsday Machine» a los agitados tresillos del inmejorable estribillo de «Eye of the Storm», de su maravilloso último álbum «Abra Kadavar». Su primer álbum, homónimo, fue interpretado íntegramente, y además pudimos presenciar el estreno de una de sus nuevas canciones, titulada «Into the Night», que nos ofreció un desarrollo y ritmos que nos dejaron absolutamente encandilados, además de un estribillo que hasta pudimos cantar pese a escucharla por primera vez. No faltó tampoco para completar el setlist la absolutamente brillante «Broken Wings» de Aqua Nebula Oscillator.

Ejecución musical inmejorable: sentimiento en cada riff y cada solo, un enorme groove en una batería que sonaba a dioses y un bajo capaz de fagocitar varios planos de la realidad allí presente. Y todo esto condimentado por una indescriptible esencia que los hace verdaderamente únicos, que hace que nos dejemos llevar por la música y viajemos a un pasado en el que todo parecía más fácil, más puro, más verdadero. «Creature of the Demon» y «Purple Sage» supusieron el clímax de la noche, mientras que «Goddes of Dawn» y «All Our Thoughts» ponían punto y final a una velada inolvidable… quizá ligeramente larga, como única crítica posible, pero no por ello menos disfrutable.

Promotor:On the Road Music

Día:2014-11-01

Hora:20:15

Sala:Bikini

Ciudad:Barcelona

Teloneros:The Picturebooks

Puntuación:8