Cuando hice la crítica del último concierto de JUDAS PRIEST en tierras catalanas,
me llovió de todo. Para muchos fans era muy difícil aceptar que Rob Halford
estaba cascadísimo de la voz y que el concierto fue bastante mediocre para lo
que pueden llegar a dar de sí los de Birmingham. La cosa tomó tintes de película
comica, con amenazas por e-mail, amenazas a través de nuestro foro y todo tipo
de fenómenos paranormales relacionados. De hecho, aun estoy esperando cierta
paliza que me debían dar en un concierto de DIO el pasado mes de julio. Pero
hasta cierto punto lo entiendo: JUDAS PRIEST es una banda que miles de personas
sienten muy dentro. Existen los fans civilizados, jovencitos y no tan jovencitos,
que simplemente van a disfrutar del concierto, y existen los fans que parecen
sacados de la quinta galería de la Modelo, con una pinta de ex –presidiarios
que tiran de espaldas. Son probablemente los mismos que liaban pollos horribles
en los conciertos heavies de los años 80, cuando nunca se sabía como podían
acabar las cosas en esos lugares. Ahora, a excepción de algún pardillo que tire
algún vaso al escenario, como pasó en La Coruña unos dias antes, ver un concierto
de JUDAS PRIEST es de lo más civilizado del mundo. La gente disfruta, no hay
demasiada gente que intente saltar la valla frontal y en general todo el mundo
pasa un buen rato.

Más de seis mil personas “abarrotaban” relativamente el pabellón de Badalona,
en un concierto que parecía una réplica exacta del que los ingleses realizaron
hace apenas diez meses en el mismo lugar y con los mismos teloneros. El escenario
también era el mismo, y el set-list, excepto unas cuantas variaciones también
era bastante similar. La banda sabe que el éxito de una gira tan similar en
un mercado ya tocado no hace mucho reside en tirar de temas no demasiado habituales
en el set, por eso se sirvieron de cosas como “Riding On The Wind”, “Hot Rockin’”,
“I’m a Rocker” o “Turbo Lover” para motivar al personal. Es obvio, claro está,
que los temas que más reacción van a conseguir por parte del público son los
de siempre, sin que haga falta nisiquiera mencionar títulos. Y es una pena,
porque JUDAS PRIEST tienen mucho más material para tocar que “You’ve Got Another
Thing Coming” o “Painkiller”. Si la banda recupera “Out In The Cold”, “Ram It
Down”, “Freewheel Burning”, “Better By You, Better Than Me” o similares, en
detrimento del maldito “A Touch Of Evil”, el insulso “Revolution”, el pesadísimo
“Diamonds And Rust” y el larguísimo “Beyond The Realms Of Death” la cosa habría
sido incluso mejor. Pero yo no soy KK Downing, así que me callaré la boca.

Sorpresivamente, después de ver a JUDAS PRIEST cinco veces en los últimos tres
años, ésta ocasión fue probablemente la mejor. Todos sabéis lo que opino de
los shows de la reunión, en los cuales faltó cierta magia, pero anoche en Badalona,
PRIEST la recuperaron por completo. De alguna manera, Halford ha conseguido
recuperar su voz –ésta vez, además de la moto también trajo la voz- y dio un
recital realmente increíble durante la primera mitad del concierto. En la segunda
mitad, el hombre perdió un poco de fuelle y se notó que tiene una edad, pero
igualmente, el peor momento de la segunda mitad fue mejor que todo el concierto
de Badalona del año pasado.

Puntuales como ellos solos, a las 20:15 salieron a escena BARON ROJO, tras
la presentación más patética que he visto en todos estos años de tragarme conciertos.
Salió un señor que no se quien era y los introdujo con el típico lenguaje y
tono garrulo-metal, al más puro estilo de ese anuncio televisivo del nuevo disco
de JUDAS. “Acojona, tronco, acojona” le faltó decir. En fin, luego decimos de
la imagen de los heavies ante la sociedad, pero aquello fue de juzgado de guardia.
Por suerte, los hermanos De Castro lo arreglaron durante ls cincuenta minutos
siguientes. “Son Como Hormigas”, “Concierto Para Ellos”, el aclamado “Resistiré”
o “Satánico Plan” sirvieron para celebrar los 25 años de carrera de los barones,
y lo hicieron tocando casi íntegramente su disco más clásico, el “Volumen Brutal”
de 1982. El sonido fue horrible, eso si, y no benefició en absoluto a una banda
que se lo estaba dejando todo sobre las tablas. Jose Martos volvía al puesto
de batería, siete años después de su salida de la banda. El Ex –NIAGARA y ex
– TRITON clavó los temas, dejando claro que no tiene nada que envidiarle a Vale
Rodriguez, al cual muchos habían calificado de “Tommy Aldridge español”. Sin
duda, Armando y Carlos de Castro saben manejar a la audiencia, pero por alguna
razón me quedó con la intensidad del concierto del año pasado, al contrario
que con JUDAS PRIEST.

No tardaron mucho en salir a escena los de Halford. A las 21:30, suena la intro
que utilizaron en la pasada gira, mientras sale un foco rojo del centro del
“ojo” que preside el escenario.Suena “The Hellion” y poco después aparecen en
escena KK Downing, Glenn Tipton, Ian Hill y el cada vez más delgaducho y fibrado
Scott Travis. La ceremonia fue la misma de siempre: comienza “Electric Eye”
y justo cuando entra a cantar Halford, éste aparece sentado en un trono en medio
del mencionado ojo. El efectismo es obvio, y la gente estalla en vítores y aplausos
hacia un “Metal God” que ésta vez estuvo más cerca de su “titulo” que en ocasiones
anteriores.

Un denso “Metal Gods” sirvió para acabar de liarla, con Halford sin acabar
de arrancar y siguiendo con sus movimientos mecánicos que hacen preveer que
se tomará el concierto con calma nuevamente. Pero parece ser Halford estaba
inspirado y no paró quieto en todo el show. Imagino que tendría algo que ver
que se tratara del último show de la gira europea y que el hombre sabía que
esa noche descansaría tranquilo hasta que a mediados de mayo inicien su gira
japonesa.

“Riding On The Wind” sirvió para llevarnos la primera sorpresa de la noche:
Halford hizo unos agudos que yo creía que ya jamás podría hacer. Durante todo
el tema parecía que lo estaba pasando ml por el esfuerzo, pero sacó fuerzas
de donde sea y consiguió que mis timpanos estuvieran a punto de estallar, ya
que en ese momento me encontraba en el foso tomando fotos del show justo frente
a uno de los enormes altavoces de PA. La primera mitad del concierto la completaron
con “The Ripper”, “A Touch Of Evil”, “Judas Rising”, “Revolution”, “Hot Rockin’”,
“Breakin’ The Law” y “I’m a Rocker”.

En “Judas Rising”, uno de los mejores temas de “Angel Of Retribution”, Halford
apareció sentado en un trono a varios metros de altura, algo parecido a lo que
hacía en la gira de “Turbo” cuando aquel monstruo metálico lo elevaba en una
de sus manazas para cantar “Electric Eye”. El efecto es logrado, y al final
del tema, el vocalista desaparece entre humo y supuestas llamas. Los cambios
de vestuario son constantes y yo contabilicé como mínimo, seis o siete.

“Diamonds & Rust” fue emocionante para muchos, pero aburrido como una mala
cosa para otros (me incluyo). La razón por la que mantienen este tema en el
repertorio es desconocida para mí, pues creo que PRIEST tienen muchos mejores
temas. Arreglaron el asunto con el nuevo “Deal With The Devil” y a partir de
ahí comenzo una retahíla de clásicos encabezada por “Beyond The Realms Of Death”
y que solo se vió interrumpida por “Hellrider”. Sonaron también “Turbo Lover”,
“Victim Of Changes” (aquí SI que hizo el grito como Dios manda), “The Green
Manalishi” y finalmente un brutal “Painkiller” en el que Halford se desgarró
por completo las cuerdas vocales mientras miraba histérico a las primeras filas
como queriendo decirles “mirad capullos, hoy si que lo estoy haciendo bien”.

Los bises llegaron con “Hell Bent For Leather” y su obligatoria vacilada motora,
y para finalizar “Living After Midnight” y un apocalíptico “You’ve Got Another
Thing Coming”. Eso si, después de escuchar la versión jaz que Pat Boone hace
de este tema, ya no lo veo con los mismos ojos.

La banda estuvo compacta en todo momento, y se nota que llevan dos meses de
gira. En la anterior ocasión, JUDAS PRIEST apenas llevaban unas semanas cuando
recalaron en España y eso se notó en la química sobre el escenario. Imagino
que la pareja de guitarristas y Rob Halford se seguirán odiando, pero al menos,
ahora no hay que preocuparse demasiado del asunto porque la música nos hace
callar bocas hasta a los críticos toca-pelotas como un servidor.

Texto y Fotos: Sergi Ramos

Datos:Palau Olimpic
Badalona
Publico: 6500 personas
Promotor: Gamerco

Día:17/04/2005

Puntuación:8