Joe Lynn Turner sigue evocando al fantasma de Rainbow en un tremendo concierto

Buena noche de puro revival de la familia Purple de manos del cantante que quizá mejor conserve mejor sus cuerdas vocales. Ni Gillian, ni Coverdale están a su altura, y el bueno de Graham Bonett despachó su última venida con un concierto para el olvido, aunque no por falta de calidad vocal.

Buena noche de puro revival de la familia Purple de manos del cantante que quizá mejor conserve mejor sus cuerdas vocales. Ni Gillian, ni Coverdale están a su altura, y el bueno de Graham Bonett despachó su última venida con un concierto para el olvido, aunque no por falta de calidad vocal. Evidentemente a Glenn Hughes hay que darle de comer aparte pues está en otra dimensión… Precisamente la última referencia que tenía de Turner fue cuando vino con Hughes en la etapa HTP. En esos conciertos Glenn empequeñecía a Joe de mala manera, por muy bien que el italoamericano cantara bien. Luego nos llegó a comentar en entrevista en TMC que cantaba mal adrede (¿??). El caso es que ayer todos sabíamos a lo que íbamos y disfrutamos como niños de un repertorio criticable, un cantante encandilador y una notabilísima banda de apoyo.

Los chicos de Dynazty suponen el perfecto colchón para que Joe pueda disfrutar. Solventes y profesionales. Nada que ver con el grupo de Bonett. Tras sus gafas y bajo su peluca Turner sigue entregado a su pasión y transmite a la gente. La media sala que ocupaba la mediana de las Razz había estado algo sosa con Amaro, pero desde que sonó “Death Alley River” que la cosa despegó. Y más cuando la encadenas con un “I Surrender” de cine. Curiosa disposición de la batería en 45 grados e impresionante el teclado con esos tubos de órgano. A destacar el enorme trabajo del guitarrista teniendo que emular a Blackmore y a Malmsteen. Cayeron un par de referencias al genio sueco con “Deja Vu” y la speedica “Rising Force”.

Lo que es menos entendible y bastante criticable es el hecho de que Joe haya decidido incluir temas ajenos a las formaciones en las que ha estado, aunque siempre ha cantado. Atacar un “Smoke on the Water” no tiene ningún sentido por mucho que la gente disfrute como cerdos en una charca. Tampoco pinta mucho “Burn”, aunque reconozco que sonó a gloria, y más cuando el gran guitarrista de Dynazty se atrevió con los agudos imposibles de Hughes. “Long Live Rock and Roll” y “Man on a Silver Mountain” son de la etapa Rainbow de Dio, pero está claro que nadie se quejó de que les diera cabida. Lo que sí es algo preocupante es que se olvide de sus proyectos individuales y sobretodo de discos como “Slaves and Masters” de Deep Purple donde su voz sí es la referencia. Otra absolutamente fuera de lugar fue “Perfect Strangers”.

Joe está algo pesadito con la reunión de Rainbow dando por supuesto que si algún día se materializa será el escogido por Blackmore como cantante. Incluso nos dijo que rezaba por ello. Pero el resto del show fue impecable. Cuando ataca “Miss Mistreated”, “Stone Cold”, “Can’t Happen Here” o “Spotlight Kid” es maravilloso. El sonido estuvo a la altura y banda y cantante disfrutaron con un entregadísimo público que cantó todos los clásicos. Gran feeling con el combo sueco el cual esperemos que sea capaz de mantener. Final con la ya cansina “Smoke on the Water” y nos quedamos sin la versión del “Johnny Be Goode” con la que solía terminar el pasado año (otra que no pintaría nada…).

Lynn Turner mantiene su clase, su magia y es capaz de emocionar y moverse como un chaval. Mantiene un altísimo nivel vocal y su look sigue siendo el de rockstar por mucho que los años pasen. Salió con un par de cruces góticas como colgantes y su habitual camiseta negra de tirantes. Ha estado al frente de algunas de las mejores bandas de rock de la historia a pesar de que lleva ya varios lustros dando palos de ciego. Quizá Sunstorm ya sea un episodio terminado pero puede que Rated X nos reserve alguna sorpresa. De todas formas él sabe lo que la gente quiere y nos lo da. En este negocio hay que sobrevivir y pocos supervivientes lo hacen con tanta clase como el maestro Turner. En un océano con tantos náufragos a la deriva por lo menos Turner tiene claro el puerto de destino. Otra cosa diferente es conseguir el viento favorable…