IRON MAIDEN+BULLET FOR MY VALENTINE

IRON MAIDEN es una de las bandas más veteranas en esto del Heavy Metal, y era una alegría encontrarlos de vuelta en los Estados Unidos donde demostrarían ante sus ardientes seguidores, porqué son uno de los abanderados de este estilo. La vuelta del grupo se debía a la presentación de su nuevo disco “A Matter Of Life And Death”, por supuesto, como cabezas de cartel. La banda estuvo de gira en el Ozzfest del 2005 promocionando su DVD “The Early Years”. IRON MAIDEN estuvieron espléndidos en las actuaciones esta gira, pero el final de su visita, tristemente, fue poco profesional, entrando dentro de las historias negras del heavy metal gracias a los coordinadores del citado festival (dígase Sharon Osbourne). El nuevo disco de IRON MAIDEN está recibiendo diversas opiniones entre la prensa especializada y los fans; a unos les encanta y a otros no les termina de convencer. A pesar de la división de opiniones, el disco está obteniendo buenos puestos de ventas, y puesto que a mí también me gusta este trabajo (le doy una valoración positiva debido a su solidez de su contenido), me dirigí a ver su concierto. También sería una gran ocasión para ver a la banda en un lugar al que no iba desde hace bastante tiempo. Tocar en el Nassau Coliseum es muy distinto a hacerlo en el Madison Square Garden o en el Continental Arena, pero por ello, los seguidores de MAIDEN parecían apoyarles con más fuerza.

Dado que la publicación de este disco era aún reciente, estaba expectante por los temas que Dickinson y compañía incluirían en el set, pero aquí es donde la banda tomó un camino que nadie esperaba. En la mayoría de los casos, cuando un grupo publica un nuevo disco, suele ocurrir lo siguiente. En un primer trayecto tocan dos temas bien escogidos de su nuevo material, mientras que en un segundo, intercalan sus nuevas canciones con temas más viejos. IRON MAIDEN presentaría esa noche “A Matter Of Life And Death” en su totalidad, de principio a fin, de la primera canción a la décima, y esto no era claramente lo que la mayoría de sus seguidores estaban esperando. Desde sus principios IRON MAIDEN ha sido una banda que ha definido por ellos mismos, la trayectoria a seguir, así que de nuevo, vuelven a reivindicar su logrado status.

Hay que decir en su defensa que el nuevo disco suena increíble en directo y parece acaparar la atención de todo el público. Noté como mucha gente de mi alrededor se sabían todas las letras, y las cantaban con fuerza cuando Bruce dejaba el micro al público. Musicalmente IRON MAIDEN es una banda muy compacta, y ver la contundencia de Steve Harris a través de su bajo, unido a la locura de Nicko y de sus tres guitarristas (Janick, Dave y Adrian) nunca es una experiencia decepcionante. La banda trabaja mucho con estos tres hachas de la guitarra, y me alegro, ya que aún recuerdo las dudas de muchos cuando se anunció la permanencia de los tres guitarristas en el grupo.

A nivel personal, sobre las nuevas canciones, tengo que confesar que disfruté con la mayoría de ellas, pero resaltaría lo bien que les queda en directo “For The Greater Good Of God” y “These Colours Don’t Run”. Bruce guardó muchas de las bromas con las que suele dirigirse al público, pero nos dio a entender que la banda, en su conjunto, comenzaba un nuevo ciclo de reconciliación otra vez o algo por el estilo. También mencionó los puestos de ventas, ya que con este nuevo disco han alcanzado el puesto número 9 en los Billboard de Estados Unidos, y el segundo puesto en Canadá. Me alegro de que hayan conseguido el octavo puesto en los Estados Unidos, dentro de una escena muy dominada por el Rap y el Hip Hop, y estos números bien merecen una buena valoración, ya que demuestra que el Heavy Metal, al contrario de lo que puedas escuchar por ahí, sigue teniendo una buena acogida aquí en los States.

Después de que su nuevo disco hubiera seguido su curso, Bruce nos recordó el título del tema que a continuación interpretarían, un tema muy conocido por todos los presentes. Con “Fear Of The Dark” se encontró con un público rendido a sus pies, un público que siempre le acompañaba cantando, y que siguió con el mismo énfasis en “Iron Maiden”. La electricidad se palpaba en el ambiente durante la pausa, cuando apareció en escena un tanque gigante y de sus puertas emergía un Eddie de color rosa; su mascota por excelencia. Examinó al público que había a su alrededor, y volvería a salir al escenario cuando el grupo tocaba “The Evil That Men Do” como primer bis. Cerraron el concierto con uno de sus temas clásicos, “Hallowed By Thy Name”, y se sentía como el público en su forma de cantar, era consciente que sería el último tema de la noche.

Este fue el concierto de IRON MAIDEN, sin “Number Of The Beast” ni “The Trooper” en su set; sin “Wrathchild”, sin “Sanctuary”, sin “Wasted Years” ni nada por el estilo. Observé a los fans mientras iban saliendo y comprobé que la respuesta había sido al cincuenta por ciento. Había gente que opinaba que habían sido unos genios al hacer esto, y otros hubieran deseado escuchar más temas clásicos. Admito estar más cerca de esta última opinión pero respeto la decisión de MAIDEN y en parte entiendo el por qué. La banda ha mencionado en muchas entrevistas que planean publicar CDs y DVDs en directo con cada disco que publiquen. Si esto es así, ¿Es necesario grabar muchas tomas de “Run To The Hills” para tu colección particular? Aplaudo que esten grabado todas las giras desde “Brave New World”, con el tiempo, sus seguidores les darán la razón. Lo más duro para mí fue ver a un seguidor mostrando una bandera isleña de New York, pero a pesar de esto, la noche mereció la pena.

Set List IRON MAIDEN: