Una parte de mí no quiere que la noche del veintisiete de Octubre asistiera al final de la historia de uno de los grupos más grandes de este país. Aquella noche HÉROES DEL SILENCIO ponían punto y final a su gira de reunión. Diez conciertos, cuatro de ellos en España, con un éxito y un éxito sin igual para un grupo de rock en España. Cuatro fechas en algo más de dos semanas donde han demostrado que su éxito no fue flor de un día. Y me siento orgulloso y feliz de haber podido asistir a dos de ellas.

Falté a la primera de Zaragoza, y no me perdí la segunda. Volví a saltarme la fecha de Sevilla, donde de esta misma web pudo asistir Satur, y opté por asistir a la fecha final. Las posibles cifras de asistencia eran mareantes, rondando las cien mil personas. Según nos acercábamos al circuito a media tarde, esas cifras comenzaron a confirmarse. El caos a la entrada era un hecho; pero lo que mis ojos no pudieron ver parece que fue mucho más allá, dejando a miles de personas en un atasco a diez kilómetros de Cheste horas más tarde que truncaría el sueño de unos cuantos de poder asistir a un concierto tan especial.

En casos de eventos tan masificados hay que ser previsor, y ponerse en los peores casos. Tanto de tráfico, como infraestructuras, zona de parking habilitada, contenedores de basura… Y no fue así: embudos de coches y de gente por todas partes antes, durante y después del concierto; montañas de basura al más puro estilo Fraguel Rock, y coches aparcados en la autovía de Valencia debido al ‘completo’ que se encargaba de comunicar la Guardia Civil a pocos metros del recinto. Una pena.

Por eso el final de esta gira no fue todo lo bueno que cabía esperar, al menos para algunos. Por mi parte tuve suerte y pude llegar sobrado de tiempo, aún con cien metros de personas delante de mí. Aquello no fue obstáculo para emocionarme de la misma manera que ocurrió en Zaragoza; pero la masa que tenía delante no parecía pasarlo de la misma manera que yo, o al menos igual que la gente que tenía delante en tierras mañas.

Con poco retraso, algo más de diez minutos, los focos azules acompañaban a ‘Song To The Siren’ para enlazar de nuevo con ‘El Estanque’. Conmigo, como con tantos otros que repetíamos, el factor sorpresa ya era nulo, aunque algún detalle sí que se reservaron. ‘Deshacer El Mundo’, ‘Mar Adentro’, ‘La Carta’… todo seguía el guión escrito y preparado hace tiempo; en una de las paradas Enrique afirmó no ver al último del público, y no era de extrañar. La ejecución por parte del grupo fue mejor esta vez, con Bunbury sin los problemas de voz que tuvo dos semanas atrás, y sin apoyarse tanto en el público. Los discursos también eran bastante parecidos, como los ocurridos para presentar temas olvidados en sus conciertos como ‘Agosto’, temas que todos saben, ‘Sirena Varada’, o para hacer alusión al ‘Opio’ preguntando que era necesario para pasarlo mejor esa noche. Ahí se produjo una de las anécdotas de la noche, con fallo por parte de Juan Valdivia a la entrada de la canción, teniendo que repetirla; la otra fue el detalle de Bunbury de preguntar que clase de ayuntamiento tenía Valencia para no poner autobuses.

Siguieron con la presentación de la banda según ocupaban su sitio en el miniescenario: Mr Pedro Andreu, el último indio cherokee del rock and roll, Joaquín Cardiel, la sangre de su sangre, Gonzalo Valdivia, pero de nuevo quien obtuvo la mayor de las ovaciones fue Juan Valdivia. Aquí vino una de las sorpresas, pues tras ‘La Herida’ repitieron el ‘Despertar’ que pudieron escuchar los asistentes de Sevilla. La única versión grabada por Héroes, ‘Apuesta por El Rock And Roll’ fue una reivindicación por parte de Bunbury, algo bastante necesario según su opinión; la actual, claro. Echando la vista al pasado total, terminaron el tramo del set cercano al público con ‘Héroe De Leyenda’, ‘Con Nombre De Guerra’ y ‘No Más Lágrimas’, que de nuevo me pareció el mejor momento de la noche.

Las pantallas traseras estaban al rojo vivo con la vuelta del grupo al escenario para ‘Nuestros Nombres’ y ‘El Mar No Cesa’. Entonces llegó de nuevo el momento de cuatro de sus grandes éxitos. Juan Valdivia tuvo otro momento de gloria avanzando por la pasarela a golpe de guitarrazos para empezar ‘Entre Dos Tierras’, y todos fuimos uno para corear que amanece pronto y estamos tan solos en ‘Maldito Duende’. Muchos debieron de pensar eso cuando esperaban unas horas después su salida del parking…

Tras ellas, un salto a su último trabajo como tal, ‘Avalancha’, pasando primero por ‘Iberia Sumergida’, con la estampa de Bunbury boxeando, y después con el tema que dio título a aquel álbum, un himno que todos cantamos y que puso un punto y seguido tras de nuevo nombrar a todos los miembros de la banda excepto al quinto Héroe de esta gira, Gonzalo, que de nuevo parecía ser el que más disfrutaba sobre el escenario.

Con los bises esta vez hubo distinto orden. ‘Bendecida’ dio inicio al primero, seguido de la rockera ‘Tumbas De Sal’, y la íntima y melancólica ‘Oración’. Pero aquello supo a muy poco. Apenas pasaron unos minutos tras una nueva despedida, y el grupo aparecía de nuevo sobre el escenario. Unas pocas veces anunció Enrique Bunbury que aquella noche era especial porque era el último concierto del grupo, y en alguna de ellas hizo un parón para escuchar a su público corear el nombre de la banda, aquello parecía que llegaba a su fin. El segundo bis comenzó con ‘Tesoro’, siguiendo otra de las sorpresitas, ‘Fuente De Esperanza’, una de las piezas más bonitas que han hecho según su autor, y finalizó con ‘La Chispa Adecuada’, de nuevo con el colofón final de confeti a través de los cañones cercanos al escenario.

Pero aquello no podía terminar así. Sí, habían tocado el set principal y los dos bises que completaban los veinticinco temas que han tocado cada noche. Pero aquel concierto era especial, y tenía que haber algo diferente al resto. Era de suponer, ya que las pantallas que proyectaban el concierto para los más alejados no mostraban aún los créditos de la gira; tampoco habían lanzado los fuegos artificiales que eran el punto final a estos shows. Pero ahí se apreció una frialdad que no había visto en Zaragoza; en su tierra, con todo terminado, se escuchaban gritos y murmullos, y en Cheste no. Algunas voces de las primeras filas aclamaban a sus héroes, pero el resto parecía ni inmutarse. No creo que en general ese público mereciera el tercer bis, pero así parecía estar programado.

En mitad del silencio, Héroes volvieron para dos temas más, para echar el cierre a todo esto. Muchos no queríamos que acabara aquello, pero ‘Malas Intenciones’ y ‘En Brazos De La Fiebre’ se encargaron de ello, de nuevo en esta última con Bunbury y Valdivia sentados juntos en algunos compases, y con Enrique enfocando a Juan en el punteo final.

De nuevo vuelvo a citar las primeras líneas de esta crónica para cerrarla. Una parte de mí cree que todo ha terminado. La otra quiere que haya una puerta abierta, que de hecho así parece por alguna de las declaraciones de Bunbury al respecto del supuesto fin del grupo. ‘Como dicen los Rolling Stones cuando termina una gira: esta es la última. Luego vuelven porque tienen su gustillo por el escenario. Solo déjennos decir que es la última; y si es la última es la última, y si no lo es, no lo es’. Que cada uno saque sus conclusiones. Pero sería una noticia muy celebrada algún concierto más o una gira más adelante, sobre todo para quienes se quedaron con su entrada de Valencia dentro de un coche sin poder llegar a su destino. Y es que el comunicado publicado por la promotora y el grupo en su web oficial puede que algunos les sepa a poco…

Texto: Varo / Fotos: Pigokiss (¡un millón de gracias de nuevo!)

Promotor:Rock And Chicken

Asistentes:80000

Día:27/10/2007

Hora:21:00

Sala:Circuito Ricardo Tormo

Ciudad:Cheste

Puntuación:10