El mundo todavía tiene que descubrirlos, pero afortunadamente en Barcelona registraron una magnífica entrada. Para quien todavía no haya tropezado con este cuarteto, algo freak, de rednecks talentosos capaces de versionar cualquier canción y adaptarla al genuino sabor sureño, sirvan estas líneas para que empiece a degustarles. Su look es impagable, pero sus habilidades en los instrumentos acústicos le dejan a uno boquiabierto.

John Wheeler capitanea esta curiosa agrupación a la que nunca querrías encontrarte en una pelea de bar, y su bluegrass empezó como una especie de tributo a AC/DC para terminar siendo una de las propuestas internacionales más frescas y de mayor calado. Las edades de todos ellos ya dejan entrever que su background tiene que ser enorme, pero cuando empiezan a tocar es cuando llega la confirmación.

A todo ello hay que sumarle el sumo respeto por las versiones que hacen pero también ver en ellas esa clave de humor con la que juegan. Ya desde “Breaking the Law” de los Judas Priest dieron inicio a una fiesta que nunca decaería (especialmente trabajado está el crescendo en el que bajo y mandolina hacen la parte de la percusión). Lingotazos de cerveza y buen rollo para atacar versiones tan brillantes como las de “Ace of Spades” de Mötorhead (absolutamente genial) o la bizarra “I Dont Feel Like Dancing” de las Scissor Sisters, la cual curiosamente poca gente reconoció. Los temas propios cayeron en cuentagotas pero no empañaron la buena marcha del concierto pues tienen gancho.

Es genial la combinación de mandolina, banjo y bajo acústico e igual de impresionante ver como atacan los solos. La voz de John no es nada del otro jueves pero tiene ese genuino acento sureño y cuando la emprenden con los coros, la banda al completo suena a gloria. “Fat Bottomed Girls” de Queen es la mejor muestra de todo el potencial que atesoran.

En temas puntuales hay presencia de violín, pero fue la archiconocida “You Shook Me All Nigt Long” de los gigantes australianos una de las que más aplausos arrancó. La fiesta sureña incluyó “Walk this Way” de los Aerosmith y el “Black Dog” de los Zeppelin para posteriormente atacar un “Dueling Banjos” espectacular en la que lucieron, más si cabe, su dominio de los instrumentos.

Marciana a más no poder quedó el “War Pigs” de los Sabbath, mientras que en el “Hell Bells” de los australianos utilizaron una cerveza para hacer las campanadas de inicio. En “Detroit Rock City” llegan a sonar celtas y tampoco están tan lejos de lo que ofrecen hoy en día bandas como Skyclad.Despidiendo la velada arremetieron con la megaclásica “Highway to Hell”, otra de las más logradas, y a buen seguro que de las primeras con las que empezaron toda esta historia.

La proyección de la banda es imparable y ahora sólo les queda llegar a grabar un par de clásicos propios para rematar la faena, ya sean clásicos del rock o del bluegrass. Son una banda que hay que ver en directo y de la que uno queda completamente prendado. Las sonrisas se paseaban enfilando el camino de salida después de hora y media de fiesta. Son tan entrañables como virtuosos, lástima que mucha gente vea en ellos a unos freakies de Internet. Afortunadamente esta opinión se cura asistiendo a sus directos.

Jordi Zelig Tàrrega

Promotor:Last Tour International

Asistentes:200

Día:07/05/2009

Sala:Apolo 2

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8