Llegaron a los bises con tres hits, la mítica “Templars of Steel”, la nueva “Bushido” y la clásica “Hearts on Fire”. El público, más que satisfecho. A fin de cuentas, el show fue impecable en lo ejecutivo. Simplemente se echó en falta un “Legacy of Kings” y 400 personas más en la sala para dar ambiente al asunto. Pero hay que asumir que el tren del power metal pasó hace muchos años en nuestro país y Hammerfall nunca fueron una banda de masas. Un buen show de viernes noche.

Corren malos tiempos para la lírica, cantaban Golpes Bajos a mediados de los años 80. Especialmente para la lírica übermetalera de Hammerfall, quienes han visto desinflarse su negocio en un 70% en los últimos doce o trece años. Aparecidos al calor de aquella era del power metal que tantos esperpentos dejó por el camino, los suecos fueron unos de los que perduraron, junto con Stratovarius y Edguy. Pero tan solo Edguy han perdurado con un nivel de aprobación elevado por parte del público. Supieron evolucionar a tiempo, darle un toque más accesible a su música y moverse en un sentido multidisciplinar, con Avantasia como caballo de Troya para los que no se habían dejado conquistar de buen principio. Pero Hammerfall no: Hammerfall son vistos como una muestra de “qué casposa fue aquella era”. Una época de paso para un montón de adolescentes y veintañeros que gritaban “Hearts on Fire, Hearts on Fire” como si la vida les fuese en ello. Y para Oscar Dronjak y los suyos, un pasado que sigue siendo su presente. Unas quinientas ochenta personas se acercaron a mostrar su apoyo a la causa de la banda, cifras mejores que las de la anterior gira, pero lejos de los grandes momentos de antaño.

Y es triste: en su mejor momento, Hammerfall tocaban en Razzmatazz 1 y traían un espectáculo de pirotecnia, baterías que se elevaban y demás sueños húmedos de cualquier fan del heavy ochentero. Duró poco el espejismo. Los adolescentes encontraron novia, dejaron los estudios para trabajar en algún sitio de provecho, y Hammerfall se convirtieron en la última de sus prioridades. Un usar y tirar versión heavy metal. Lo cual es una pena, porque “(r)Evolution”, su nuevo trabajo, es una buena pieza de heavy metal clásico, en el sentido más Accept del término. Y el resto de la gira, según el guitarrista, estaba yendo muy bien: ocho sold-outs hasta la fecha. Pero Barcelona no sería el lugar donde hiciesen el noveno.

Llegaron acompañados de los animados Orden Ogan, una banda con trayectoria y seguimiento propio que animó el cotarro durante una hora con temas como “To The End”, “The Things we Believe In” o la nueva “F.E.V.E.R”. Power metal de nuevo cuño con connotaciones vikingas y una banda disfrazada como auténticos bárbaros sobre el escenario. Seguramente había la misma cantidad de gente esperando verles a ellos que a Hammerfall, a juzgar por la reacción del público. Sebastian Leveerman demostró ser un frontman en condiciones, capaz de levantar al público, algo apagado inicialmente, y terminar haciendo de su show una fiesta.

No lo tuvieron difícil Hammerfall para recoger el testigo y llevar la cosa a un nuevo nivel. Seamos sinceros: es complicado no acabar disfrutando de un concierto de la banda. Las canciones pueden ser metal muy manido, pero la energía es infecciosa. Desde “Hector’s Hymn”, el show no dejó de funcionar. Le pese a quien le pese, Hammerfall tienen una buena selección de hits y saben hacer uso de ellos: “Any Means Necessary”, “Renegade”, “Let The Hammer Fall”, “Heeding the Call”, “Glory to the Brave”, “Hammerfall”… La banda sabe bien qué es lo que quiere su público y se lo ofrece en bandeja. Además, los cambios en el seno de la banda -la salida de Anders Johansson como baterista y la entrada de David Wallin- han sido a mejor. Johansson simplificaba tanto las canciones en tiempos recientes que parecía que tocaba sin ninguna clase de motivación. Wallin le ha dado un toque más poderoso a las partes de batería de la banda y el set en directo se ha beneficiado de ello.

También estaba de vuelta Stefan Elmgren, quien fuese guitarra solista de la banda durante años, aunque reconvertido en bajista debido a la ausencia temporal de Fredrik Larsson por paternidad. Ver de nuevo al alopécico guitarrista sobre el escenario fue algo nostálgico: tan solo les faltaba aquel bajista hiperactivo, Magnus Rosén, dando cabriolas por el escenario. La cuestión es que ante la falta de dos miembros clave -su sección rítmica- supieron enderezar bien las cosas y no se notó ninguna ausencia.

Llegaron a los bises con tres hits, la mítica “Templars of Steel”, la nueva “Bushido” y la clásica “Hearts on Fire”. El público, más que satisfecho. A fin de cuentas, el show fue impecable en lo ejecutivo. Simplemente se echó en falta un “Legacy of Kings” y 400 personas más en la sala para rematar el asunto. Pero hay que asumir que el tren del power metal pasó hace muchos años en nuestro país y Hammerfall nunca fueron una banda de masas. Un buen show de viernes noche.

Promotor:Madness Live

Día:2015-01-30

Hora:20:00

Sala:Razzmatazz 2

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Orden Ogan

Puntuación:8