HAMMERFALL + KROKUS + THE POODLES
Ah, ¿Qué fue de los espectaculares HAMMERFALL? ¿Recuerdan ustedes aquellos conciertos en los cuales un puente levadizo escondía a los miembros de la banda y estos aparecían majestuosamente a medida que se iniciaba el primer tema del concierto? ¿Recuerdan cuando Joacim Cans vestía todo de cuero? ¿Recuerdan cuando Oskar Dronjak parecía el hombre de hojalata? ¿Recuerdan cuando un concierto de HAMMERFALL era un espectáculo a tener en cuenta, al más puro estilo 80’s?
No hace mucho tiempo desde que los inicios de los shows de HAMMERFALL incluían una batería que se elevaba varios metros sobre el escenario. Debajo de ella aparecía una puerta y por ella iban apareciendo los miembros de la banda ante los excitadísimos fans. Es más, hasta el conductor del autocar de gira de la banda hacía de Hector, el invencible guerrero que adorna desde tiempos inmemoriales las portadas del combo sueco. Pero todo eso es ahora un vago recuerdo de una época pasada, eliminada, que ya no volverá.
Hasta el momento, siempre que HAMMERFALL habían venido como cabezas de cartel se habían encontrado con poco menos de mil personas en la enorme Razzmatazz 1, por lo que era realmente extraño que hasta ahora nadie hubiera decidido pasarlos a la sala 2 y ahorrarse un disgusto. Finalmente, en ésta gira se ha dado el paso y la banda ocupó la segunda sala de Razz, para mil personas. Eso sí, estaba hasta los topes, con un ambiente más que bueno.
Vamos a analizar un par de cosas que me parecieron dignas de comentar sobre éste concierto antes de entrar a discernir sobre las actuaciones e interpretaciones propiamente dichas.
Cosa número 1) Hace cuestión de tres años, KROKUS visitaron España, algo no demasiado común. La gira fue un completo desastre, con un total de ochenta personas en Madrid y el resto de conciertos cancelados. Marc Storace debió llevarse una impresión muy negativa de éste país. Ahora, tres años después, la banda toca en un Razzmatazz 2 abarrotado de fans que cantan los temas y que están en la sala para verles, en lugar de venir a última hora para HAMMERFALL, como hacen a veces los fans del grupo principal. Marc Storace ya debía estar pensando “¿pero que clase de país es este?”. Es más, las primeras filas estaban desbocadas, cantando cada estribillo y con pancartas enormes para dar la bienvenida a los suizos. ¿Dónde estaba esa gente hace tres años cuando KROKUS tocaban ante poco más que la señora de la limpieza de alguna sala española?
Cosa número 2) ¿Dónde están los fans de Hammerfall que colmaban las Cotxeres de Sants en la visita de la banda para presentar ‘Renegade’ en el 2001? ¿Porqué la banda recibía gritos de apoyo que decían ‘Ha-mmer-fall’,’Ha-mmer-fall’ en el concierto y hace un año y dos meses, cuando la banda estaba tocando recibían gritos de ‘Stra-to-varius’ para que se marcharan de una vez del escenario? ¿Dónde se ha visto semejante chaqueterismo?
Comentados estos dos hechos muy paradójicos, cabe decir que la decisión de hacer el concierto en la sala 2 de Razz implicó una reducción drástica del espectáculo escénico de la banda. HAMMERFALL llevaban diez bombos de batería y algun que otro elemento de atrezzo que en ésta ocasión se tuvo que quedar en el camión. Apenas estaban ellos sobre el escenario y poco más. Y gracias que metieron dos bombos en la batería de Anders Johansson.
Antes de la salida de HAMMERFALL, THE POODLES y KROKUS hicieron acto de presencia con la sala ya practicamente llena. A los primeros no los pude ver y no porque no quisiera. Me apetecía un montón escuchar “Night of Passion” en directo y pegarme un buen atracón de hard rock dulzón al estilo nórdico, pero un pinchazo evitó que llegara a tiempo a la sala. Sin embargo, todo el mundo quedó satisfecho con su actuación, etiquetándolos como una de las mejores bandas de hard que han pisado el planeta en años y años.
KROKUS ya tenían al público ganado de antemano. Como sucede con sus compatriotas GOTTHARD, la gente parece haberse dado cuenta súbitamente de que la banda existe y de que, además, tienen un cancionero poco menos que espectacular.
El show de KROKUS comenzó alrededor de las 20:45 con “Heatstrokes” y “Hellraiser”. Un viejo clásico de aquel “Metal Rendez-Vous” y un nuevo tema de su último disco, concretamente el que le da nombre. Desde el principio, la banda salió arrollando todo lo que se ponía en medio, pese al escaso espacio existente en el escenario. Marc Storace cantó desde el primer tema como una auténtica bestia, consiguiendo que algunos fans le gritaran cosas como “eres Bon Scoooott” y similares. Eso sí, digamos que Storace es un tío complicado de mirar. Dejémoslo en eso. Lo que nuestro señor Jesucristo le dio en cualidades vocales se lo quitó en otros aspectos…
Detalles absurdos a un lado, Storace y sus chicos, entre los cuales se incluyen los fantásticos guitarras Mandy Meyer y Dominique Favez, se pegaron 50 minutos de show prácticamente perfectos que sirvieron para llevarse de calle a todo el público. El set continuó con “Angel Of My Dreams”, “Bad Boys, Rag Dolls” (qué gran momento!), “Screaming In The Night”, “American Woman” y para finalizar la impresionante “Easy Rocker”, “Rock City” y, de nuevo recordando sus discos de los ’80 – en concreto “Metal Rendez-Vous” nuevamente- la banda finalizó el show con “Bedside Radio”. Realmente potentes en directo y esperamos que dentro de poco puedan volver a nuestro país. Eso sí, con mejor respuesta por parte del público.
Tras un conveniente descanso auditivo de media horita, HAMMERFALL salieron a escena con muy pocas florituras. Apenas un par de tarimas medio elevadas a los lados de la batería eran todo el atrezzo que la banda llevaba en directo. Espectacular, vamos. Pero dejaron que la música hablara por ellos y así, vimos a un Joacim Cans en plenas facultades que, ésta vez, no defraudó a nadie con un vozarrón que alcanzó todos y cada uno de los tonos previstos.
La banda salió a escena con “Threshold” y “Templars Of Steel”. El esquema fue el mismo de siempre. Stefan Elmgren a la izquierda haciendo todo el trabajo sucio. Oskar Dronjak a la derecha llevándose la gloria. Anders Johansson en la retaguardia, haciendo que todo el mundo se plantee si es tan gran batería como siempre se ha dicho. Magnus Rosen dando vueltas por todos sitios como alma que lleva el diablo. Y en el centro, con su chaqueta de motorista o algo así, Joacim Cans. Joaquín Latas. Lo mismo de siempre: coreografías, himnos, coros aguerridos aquí y allá y mucha participación del público en los estribillos. ¿Pero es que alguien quiere que cambie?
El set-list, pese al sonido “justito” estuvo dentro de lo que se puede considerar “más que aceptable”. Sonaron grandes clásicos como “Let The Hammer Fall”, “Legacy Of Kings”, que fue tan solo el cuarto tema del show, “Renegade”o “Hammerfall”. También hubo sitio para todo el material reciente, que se basó en “Riders On the Storm”, la instrumental “Reign Of The Hammer”, “Natural High”, “Blood Bound” y otras tantas. Y evidentemente, hubo que soportar el insulso solo de batería de Johansson. Esa es la pura demostración de cómo algunos son demasiado impresionables. Sale a escena un tio que da cuatro golpes absurdos a su kit, prueba algunas piezas musicales infantiloides para darle sentido a la serie de rototoms que lleva y salta al frontal del escenario para tocar con las baquetas uno de los micros. Y todo el mundo aplaúde y rie. Señores, hemos tocado fondo con algunas cosas. Eso sí, aquí sale el batería de cualquier grupo español y hace exactamente lo mismo y se le tilda de payaso sin futuro que debería fregar letrinas con la lengua…
El final del show llegó de la mano de “Heeding The Call” y la er…juvenil “Hearts On Fire”. Como siempre, el estribillo fue coreado hasta el infinito, demostrando que el lema está muy bien aprendido por parte de los fans. Por suerte, el planteamiento lírico de la banda ha ido evolucionando un poco con los años y ahora HAMMERFALL son respetables y todo. Pero cuando uno revive “Hearts On Fire” o similares, es inevitable que cierta sensación de incomodidad mental le invada. Pero es que, a fin de cuentas, HAMMERFALL es otra banda cliché del metal. Y tomense ustedes esto en el mejor o el peor de los sentidos.
Texto y Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Rock N' Rock
Asistentes:900
Día:11/02/2007
Sala:Razzmatazz 2
Ciudad:Barcelona
Puntuación:8
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