H.E.A.T.

Es bueno ver que jóvenes bandas de hard rock consiguen buenas entradas a sus conciertos en estos tiempos tan oscuros. A pesar de que la crisis ha hecho que todos los artistas tiren de carretera y directo muchos suman sus conciertos como pinchazos. Sabemos que en Madrid la entrada fue mucho mejor, pero es que la Capital es la ciudad hard rock por excelencia. Barcelona dijo presente y aportó un nutrido grupo de fans. Siempre bulliciosos y entregados. Pro motivos laborales no pude asistir al show de Tabü, gran banda catalana que posee discos muy interesantes y un gran directo. Ya había visto a H.E.A.T de teloneros de Edguy (creo), presentando su espectacular disco debut. Esta vez la novedad era un gran tercer disco y un nuevo cantante. Si Kenny Leckremo era espectacular… el fichaje de Erik Grönwall incluso mejora las cosas. Erik ganó el Operación Triunfo sueco, pero nada que ver con Bisbales, Rosas de España y demás.

Su hard rock pomposo y efectista atrapa desde el primer tema. El espíritu del Bon Jovi primerizo e inspirado está siempre en sus composiciones. Gran arrancada con “Breaking the Silence” y “Better Off Alone”. Grönwall es un torbellino de fuerza y juventud. No para ni un segundo y su garganta nunca decae. Su entrega es absoluta y contagia buen rollo y felicidad. Desgraciadamente HEAT incurren en el mismo problema que la mayoría de combos de hard rock (y de heavy metal): coros pregrabados. Ver como en la pegadiza “1000 Miles” el grupo se encarama en los micros para mover los labios es absurdo. El bajista Jimmy Jay es un posturitas, pero encaja perfectamente dentro del estilo. Cayeron solos de guitarra, pero cortitos y sobrios. También el de batería. La sala bailó la excelente “Late Night Lady”, también “Straight Up”, y nos deleitaron con una gran versión del “Rock and Roll” de Zeppelin fundida en “Beg, Beg, Beg”.

De su nuevo disco cayó muchísimo material. Hasta nueve temas. Destacando “Downtown”, con esos teclados 80. Era el final de gira y la banda estaba muy contenta. Incluso estaban los padres de los miembros del grupo entre la audiencia. “Falling Down” precedería a uno de los momentazos de la noche: la espectacular “Heartbreaker”. Con toda la sala cantándola a pleno pulmón. Los coros “uoooo, uoooo” siempre triunfan… A destacar el gran hacer de Dalone y Rivers en las seis cuerdas. La tradición Journey y Bon Jovi sigue realmente viva en esta banda. Erik estuvo sumamente comunicativo y simpático. Alabó la cerveza hispana y nos alentó a gritar más que en Madrid. Cayó también el infaltable “Oeee, Oeee, Oeee”. La recta final incluyó bastante material del primer disco, posiblemente el favorito de los fans. “There for You” funcionó perfectamente, así como la ya clásica “Never Let Go”. Hubo también material de su segunda entrega “Freedom Rock”. Pero en cuentagotas: sólo “Danger Road” y la inspiradísima “Who Will Stop the Rain”. Y ya en los bises fin de fiesta con “Its All About Tonight” (temazo, con dejes Aerosmith en el riff y Buckcherry en la estructura) y la recurrente e hímnica “Keep on Dreaming”. Toda la sala haciendo palmas y cantando.

Poco más de hora y 20 minutos pero suficiente para demostrar que lo de esta gente no es flor de un día. Su hard rock festivo y pegadizo es atemporal y el grupo es capaz de demostrar en vivo que son más grandes incluso de lo que ofrecen en estudio. Vivimos la consagración absoluta de Erik Grönwall, que definitivamente va para estrella. Ya lo es en su Suecia natal, pero aquí apenas sabíamos de él. El repertorio de himnos es inacabable y lo defienden con elegancia y mucha clase. Puede que todavía estén lejos de Gotthard, pero pueden merendarse a The Poodles, entre otros.