Siempre es un placer poder ver en directo a una banda tan excelente como son Great White. Supervivientes de los 80 y auténticos privilegiados de la fusión de blues y hard rock preciosista. Nunca han tenido suerte y la desgracia se ha cebado con ellos, pero siguen demostrando que de sus coetáneos, pocos, muy pocos les pueden hacer sombra en la actualidad. En su espiral de desgracias se sumó el hecho de que su cantante de toda la vida Jack Russell les abandonara después de que sus excesos les pasarán una gran factura en su estado físico. A día de hoy Russell tiene su propia versión del grupo y nos volvemos a topar con esta extraña síndrome de bandas repetidas como LA Guns, Queensryche y demás… Parecía que la cosa iba a ser un concierto entre amigos, pero poco a poco fue entrando gente hasta registrar un buen número de asistentes.

Antes estuvo Jorge Salán demostrando su pericia como guitarrista y también como cantante. Ahora se ha atrevido a cantar, y la verdad es que no se le da nada mal. Parece ser que estará de gira con Robin Beck, y que las cosas le marchan bien. Era la primera vez que podía verle en directo y ha optado esta vez por el formato trío, con bajista y batería. El sonido era perfecto aunque a Jorge le vimos algo tímido y cohibido. Atacó “Depredador” y “Mar de cristal” dejando patentes su dotes como vocalista. El grupo suena muy sólido y los nuevos temas de su último “Sexto Asalto” funcionan bien. “Aprendiendo a perder” fue de los más ovacionados pero en general quedó un concierto algo frío. El chico se atrevió a tocar la harmónica y el combo dejó claro que los detalles técnicos son una de sus señas de identidad. Finalmente cerraron con la preciosa versión de Gary Moore “Over the Hills and Far Away”, haciendo que el público cantara y aplaudiese. Gran final para dar paso a la nueva formación de Great White.

La nueva encarnación del gran blanco ha quedado capitaneada por el enorme vocalista Terry Ilous, de raíces hispanas y francesas, según comentó sobre las tablas. Si “Elation” ya funciona, mejor quedan las cosas en directo. Definitivamente creo que a día de hoy Ilous es capaz de superar el trabajo de Russell, por mucho cariño que le tenga. Empalmaron “Desert Moon” con “Lady Red Light”. Ilous es todo un personaje, pero acapara miradas y lleva al público como quiere. Es puro carisma. Un auténtico crack. Modula las tonalidades como quiere, no falla una nota y sus agudos son alucinantes. Kendall sigue con su look de gorro y gafas de sol. Michael Lardie sigue con ese peinado imposible que parece un homenaje al Príncipe de Bekelar. Combina guitarra con teclados, pero la gran gracia del combo es su capacidad de hacer coros. En estos días que todo está sampleado ellos siguen consiguiendo momentos sublimes y sobretodo, reales.

El repertorio es excelente y pronto cae el nuevo single “(Ive Got) Something  for You”. Impecable. Mucha energía, pero sobretodo puro feeling. Uno de los momentos más mágicos vino con la interpretación de “Save Your Love”, esa canción mágica que tanto pegó en los 80. La sala estaba más que entregada y el grupo hacía sus poses de rock star para deleite de todos. Preciosa también quedó “House of Broken Love”, pero cuando arrancaron el “Mista Bone” la sala rugió. Hubo un par de concesiones a “Elation”, y la verdad es que la cosa mantuvo siempre el nivel alto. El momento de la noche fue sin duda el “Rock Me”, con esos coros grandilocuentes y ese groove pegadizo y poderoso. Toda la sala la cantó de cabo a rabo. EL final estaba cantado, pero siempre sorprende el gancho y el deje vacilón de la versión de The Angels “Cant Shake It”. Tras ella tocaba la despedida con la infaltable “Once Bitten Twice Shy”. Gran final y ovación cerrada. Ilous avisó que en 15 minutos estarían firmando y haciéndose fotos en el puesto de merchandising, y así fue. Cumplieron su palabra.

Quienes hayáis visto a esta banda con su anterior cantante no temáis a la decepción. Me atrevería a decir que esta encarnación de Great White viene con más dientes y más mordida. La pérdida de Russell parecía insustituible, pero su nuevo cantante enamora a las primeras de cambio. Supongo que su encarnación de Great White pronto surcará mares europeos, pero dudo mucho, muchísimo, que pueda llegar a acercarse a lo que es un show de Great White en la actualidad. Todo brilló en la menor de las salas Apolo y el Tiburón demostró estar más vivo que nunca. Esperemos que no tarden tanto en volver a visitarnos, pues hacía tiempo que no veía tanta intensidad y ganas sobre un escenario. Les es igual si hay 10000 o 10 personas de público. Ellos cumplen y punto.

 

Texto: Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Jaume Bellini

Promotor:RM Concert

Asistentes:200

Día:06/10/2012

Sala:Apolo 2

Ciudad:Barcelona

Teloneros:JORGE SALÁN

Puntuación:9