GRAVE DIGGER

Hacía ya tiempo que no veía a Grave Digger en un concierto de gira. Reciente queda ese maravilloso concierto en Wacken en el que desgranaron todo el “Tunes of War”. La verdad es que en ese concierto hubo momentos realmente mágicos. La noche de jueves se antojaba algo fría pues la entrada sería algo floja. Las bajas de Grand Magus y Sister Sin se notaron en exceso. Los tiempos del “Knights of the Cross” y “Tunes of War” han pasado y con ello el bajón de popularidad es notorio. Pero ellos siguen auténticos y siempre cumplen. La verdad es que son una banda ejemplar y su entrega en los directos es absoluta.

De entrada vimos un escenario muy vistoso y trabajado, con el telón de fondo de la portada de su última obra. Había unos focos blancos algo molestos y un par de bolas de discoteca para proyectar las luces en las baladas. A ritmo de gaitas escocesas entró “la muerte” (el teclista de Grave Digger). Tenía un pódium en el flanco izquierdo para él. El grupo entró a lomos de “Paid in Blood”, demostrando que su último disco está a su nivel habitual. Dividían el set en dos partes: la primera de corte escocés y la segunda un repaso histórico de sus temas más célebres. La segunda en caer fue “The Dark of the Sun”, tema hímnico que haría hervir la sangre de los presentes. Chris sigue manteniendo su voz rasgada y mostró una gran forma. Mención especial merece el trabajo de Axel Ritt a la guitarra, sencillamente sublime en todos los solos.

Seguirían con “Hammer of the Scots” paa luego volver a atacar los viejos clásicos del “Tunes of War”: “The Bruce” (muy coreada) y la preciosa ”Mary (Queen of the Scots). Gran momento con la sala coreando el estribillo. “Highland Farewell” me parece su mejor tema de su nueva obra y sonó de maravilla. Va para clásico. Boltendahl estuvo muy comunicativo y movió al público a su antojo ya que a veces estaba algo apagado. “Killing Time” fue otro regalo, un tema imprescindible que hacía tiempo que tenían guardado. Terminarían esta primera parte con “Whom the Gods Love Die Young” y la clásica “Rebellion (The Clans Are Marching)”. Finalmente habían conseguido encender la mecha, la sala estaba entregada.

La segunda parte empezó con “Ballad of a Hangman”, y tras ella vino el solo de teclado con influencias de Bach. Salió Chris y presentó un tema que hablaba sobre una bruja: “Morgane Le Fay”. Sin duda, uno de sus mejores temas de toda su carrera. Para los fans más veteranos hubo un gran regalo: un mix de temas anteriores al “Tunes of War”. “Twilight of the Gods” se empalmó con uno de sus himnos definitivos: “Circle of Witches”. Ese tema deberían tocarlo siempre entero. Finalizarían con “The Grave Dancer” unida otra vez a “Twilight of the Gods”.

“The Last Supper” fue la única concesión a ese disco. Los ánimos se volvieron a caldear en la hímnica “Excalibur”, pero definitivamente el momento de la noche fue “Knights of the Cross”. No puedo entender como Grave Digger obvia los temas de ese álbum, posiblemente el más trabajado y mejor de toda su trayectoria. “Baphomet”, “Inquisition”, “Fanatic Assasins”… Esos temas deberían volver a ser tocados sobre un escenario. En los bises sorpresivamente no tocaron “Yesterday” pero sí que disfrutaríamos de “The Round Table (Forever)” y de la siempre encargada de cerrar sus veladas: “Heavy Metal Breakdown”. Alargarían el tema para hacernos corear su estribillo. La verdad es que es un tema de puro heavy metal y todo un himno.

Es una lástima que hubiera tan poca gente. Los Grave Digger están en una forma espectacular y son capaces de hacer disfrutar a quienes asisten a sus conciertos. Pura entrega y todo un ejemplo de cómo tirar adelante un show. Posiblemente sus discos han perdido algo de inspiración pero es innegable que en directo son capaces de convencer sobradamente. El sonido estuvo perfecto y pudimos disfrutar del gran fichaje que es Axel Ritt, un absoluto acierto. Si vuelven por aquí no lo dudéis, Grave Digger siguen siendo esa banda que nos enamoró a finales de los 90.