GIGATRON + MOTORZOMBIS
Velada del todo extraña y delirante la del sábado por la noche. Llenazo absoluto en la sala Salamandra, con las entradas agotadas desde hacía días. En realidad, algo previsible. El que más o el que menos escuchó por primera vez algún tema de GIGATRON hará ya por lo menos 12 años y en aquellos tiempos, cuando Internet no había entrado en nuestros hogares, muchos se preguntaban: ¿pero esta banda existe de verdad? Eran los SPINAL TAP españoles, sólo que más casposos y directos, como mandan los cánones por aquí.
Y luego la otra pregunta era ¿esta peña hace conciertos? Pues sí, ahora sí. Y por primera vez pisaban Barcelona. Con la expectación creada, siendo su primera visita y con las ganas que tiene la gente de desconectar un poco y lanzarse al cachondeo, ¿de veras resulta sorprendente que metan más gente que grupos nacionales que giran por aquí cada 2 años y cuyo precio de la entrada dobla casi la de este concierto? Con el clarísimo antecedente de EL RENO RENARDO llenando salas en sus dos últimos conciertos en la ciudad, aquello estaba cantado. Así pues, la ciudad se vistió de gala. De esperpento, quiero decir: mogollón de gente con pelucas de colores, guitarras hinchables, espadas, mazos, mallas ajustadas y chillonas… todos dispuestos a gozar de una buena ración de freak metal y de proseguir la cruzada contra los pijos, perpetrar una algarabía de sexo y desenfreno y lanzarse en brazos del alcohol y las drogas. Eso sí, esto último algunos se lo tomaron muy a pecho. Pocas veces he visto en un concierto de rock duro peña tan pasadísima de todo tipo de substancias (y si no que se lo pregunten a la borracha que entre tumbo y tumbo no me dejaba repartir flyers de la Afterparty a la salida del concierto, metiéndose con mi pelo entre otras lindezas. ¡Delirante! ) . Y por este camino llegamos a otro punto que a muchos nos sorprendió: la cantidad de gente poco habitual de los conciertos de metal que se dio cita en la sala. Punkis, red skins, seguidores del rock español… Muchos no éramos del todo conscientes del calado que tenía la banda en estos ámbitos, aunque realmente uno se plantea: ¿es capaz un seguidor de, por poner un ejemplo, ESKORBUTO de pillar todas las coñas que en las letras de GIGATRON hacen referencia a casi exclusivamente el heavy metal de los 80 y 90? De veras creo que a veces el mero hecho de cantar el español y tener unas letras que incitan a la algarabía y el cachondeo son suficiente incentivo para que cierto sector de público calimochero se sientan atraídas casi por mimetismo, como si sonara LA POLLA RECORDS o MAREA. Ojo, que no es que me parezca mal. Simplemente llama la atención y es un apunte digno de mención.
BUNSTIN' OUT se encargaron de empezar a caldear el ambiente, pero no llegamos a verlos. A los que sí vimos fue a los MOTORZOMBIS, con su psychobilly plagado de homenajes al terror más clásico y a la serie B ochentera, con el que a veces se acercan al horror punk de unos MISFITS, salvando las distancias. Caracterizados terroríficamente y capitaneados por Randy Goreman, se encargaron de destripar un buen puñado de temas entre el respetable. La verdad es que para las ganas de fiesta que se respiraba en los alrededores y dentro de la sala, no cosecharon una respuesta excesivamente entusiasta, sino más bien algo fría. Me pregunto hasta qué punto su propuesta musical era la ideal para telonear a GIGATRON, aunque pensándolo mejor, la pregunta es…. ¿Qué banda casaría bien con Charlie Glamour y los suyos? Realmente ninguna. Temas como "Re-Animator" o "The Stuff" fueron algunas de las cápsulas de serie B y de carnicería redneck que nos dedicaron, si bien que a su cantante no se le escuchara pronunciar con la inteligibilidad que hubiéramos deseado terminó siendo un hándicap para todos aquellos que no nos conocíamos las letras. Por otro lado cabe resaltar que el sonido no fue muy claro y que los temas sonaron bastante parecidos entre sí, pero cumplieron con creces su función.
Para cuando el telón se subió, la marabunta rugió. ¡Ahora sí, los dioses han llegado! Comenzaron de forma lenta y solemne, como si de MANOWAR se tratara. No en vano, era "Warrior Of The Barrio" lo que sonaba, subiendo de revoluciones poco a poco. Con la mítica el "Barco de Colegas" ya me quedó claro algo: son la banda que más han logrado hacer botar y enloquecer a toda la sala Salamandra. Más que cualquier otra formación internacional o no que yo haya visto allí. Será un grupo de coña, pero esto tiene su mérito amiguetes. El cachondeo no paró ni un instante. Gente que subía al escenario y se postraba a los pies de Charly o directamente lo abrazaba como si fuera David Coverdale. Eso sí, Charly parece causar el mismo magnetismo en hembras que en machos, tal y como él mismo aclaró después de que un orondo fan con una camiseta blanca se abrazara a él locamente con una sonrisa en la boca y tuvieran que intervenir para separarlos. Absolutamente demente y una tanda de risas de órdago. "Banderas de roña", "La tierra del Rock", el single "Apocalipsis Molón"… Fueron cayendo poco a poco. La calidad técnica que atesora la banda en sus últimos lanzamientos revaloriza la propuesta, lejos de lo que pudiera pensarse. Sí que es cierto que en algún momento de la noche se descuadraron y aquello no sonó perfecto, pero para ser el tipo de banda que son, lo cierto es que han demostrado ir sobrados de técnica a sus instrumentos. Hay que aprovechar para comentar que a pesar de que se desató una pequeña polémica con la no inclusión de Frank El Tachas en la nueva formación, su sucesor Dave Demonio se maneja francamente bien a las seis cuerdas. Al grito de guerra de "Este garito lo vamos a quemar", la concurrencia no paró de canturrear y vibrar con todos los estilos de rock y metal que allí sonaron, desde la rockerilla "Walking By My Barrio", el heavy rápido y chillón de "Espiz Metal" a medio camino entre GRAVE DIGGER, HELLOWEEN y Los Teleñecos, o hasta las baladas en plan "Muérdelo", con una chica invitada a sentarse al lado del nuestro Nuno Bettencourt en clave obscena. Ya fueran medios tiempos o caña burra como el metal extremo de "Macho Cabrío" y "El poseso", por la sala Salamandra vimos volar de todo: espadas, pelucas, martillos, calzoncillos…. No podría dejar de mencionar el himno con el que muchos de nosotros descubrimos a la banda, "The Peto El Cacas" A destacar, cómo no, el mítico solo de guitarra hecho con la boca que engendró escuela hasta el punto de que un buen día unos tales VAN CANTO decidieran dedicar toda su carrera a homenajear dicha genialidad. En cualquier caso, allí lo que primó es el heavy de pura cepa y la lucha contra los pijos, tal y como nos dejaron claro con "Caballón" y "Tormenta de Hostias". Para la recta final se dejaron la celebración por la batalla ganada de la mano de "Heavy Hasta la Muerte".
Por mucho que a muchos les enoje la existencia de GIGATRON y se lancen a una cruzada ridícula, estos valencianos constituyen una válvula de escape necesaria para un estilo y unos personajes (principalmente los fans) que tan necesitados están de incorporar a su forma de vida un componente auto paródico. Para la información de todos aquellos que critican a la banda, comentar que en la mayoría de países existen bandas parodia del metal. Yo particularmente no soy un ávido seguidor de las hazañas de Charly Glamour y los suyos, pero al César lo que es del César, y visto lo visto, he de rendirme ante los pies de estas deidades. Una de las cosas que más me pasmó y gustó de la banda es cómo llevan el cachondeo hasta sus últimas consecuencias dentro y fuera del escenario, y es en este punto donde el asunto pasa a tener un toque de genialidad. Cuatro horas antes de que comenzara el show la formación apareció con su manager por allí, vestido con chaqueta negra, con una cadena de oro alrededor del cuello y haciendo las veces de mentor adinerado de una banda de rockstars de los ochenta, seriote y bien repeinado, apartando a sus clientes de las masas (los cuatro gatos que ya se encontraban allí). Demencial noche de locura y cachondeo que continuó más tarde en la sesión Hellfire en la sala Demonix con la presencia de la banda y muchas más anécdotas desternillantes. Pero estas nos las guardamos para otro día… Si al final no quemamos el garito, fue porque íbamos demasiado borrachos.
Texto: Penumbra (penumbra@themetalcircus.com) / Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Bunsen Productions y Asp Produccions
Asistentes:800
Día:17/11/2012
Sala:Salamandra 1
Ciudad:Hospitalet de Llobregat
Puntuación:8
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