FM y la noche perfecta del AOR británico

Gran noche de hard melódico que finalizó con “Other Side of Midnight”, la sala cantando y el grupo codeándose con los fans nada más bajar del escenario aún empapados en sudor. Como tiene que ser.

FM son al hard rock melódico británico lo que TREAT fueron al sueco o BONFIRE al alemán. Esa banda que, por motivos X, queda apartada del gran éxito pero que con el paso de los años mantiene una carrera muy digna y sigue sonando de fábula sobre un escenario. No cabe duda de que la anterior visita del grupo hace año y medio fue una de las sorpresas de la temporada de conciertos -algo que siempre hay que agradecerle al obcecado promotor Robert Mills- y verles en directo es sinónimo de retrotraerte a 1986 de la manera más fiel posible.

Pese a que el concierto se había anunciado para la sala Razzmatazz 2 finalmente la pobre venta de entradas hizo que el show se celebrase en la sala 3. Una reunión de 150 amigos para ver a una banda con una trayectoria intachable en lo musical no deja de ser triste, pero bien es cierto que el ambiente que había allí dentro era más que óptimo. 150 personas fans de una banda y de un género, aquellos que no se pierden ningún show de hard-AOR y que conectaron de fábula con la banda de Steve Overland y cia. Unos tipos majísimos que transmiten buen rollo desde el escenario y que muestran estar disfrutando de lo lindo en todo momento.

El concierto arrancó con “Digging Up the dirt”, de su nuevo disco “Heroes and Villains” que tanto gustó en esta redacción. Conocedores de que el material nuevo tiene una aceptación limitada entre el público no abusaron de él y tan solo intercalaron otro tema nuevo en el set, la gran “Life is a Highway”.

Obviamente, el grueso del show constaba de las canciones que todo el mundo quería escuchar: “I Belong to the Night” fue la segunda en sonar, por ejemplo. Pero también hubo espacio para seis temazos del “Thought it Out”, como “Don’t Stop”, “Burning my Heart Down”, “Bad Luck” (con esta cerraron antes de los bises), “Frozen Heart” , “Let Love be The Leader” y el propio tema título. Está claro que el disco de 1989 es la pieza central de su set todavía a día de hoy, pero si un tema es capaz de levantar al público como pocos es la joya del “Indiscreet”, el clásico “That Girl” que en su día popularizaron Iron Maiden como cara B de uno de sus singles.

La banda sonó muy bien a lo largo de todo el show, muy bien ecualizada, con unos coros potentes y un sonido de batería por parte de Pete Jupp muy adecuado y ochentero. Jupp demostró ser un cachondo y tuvo a bien arengar al público con el simple poder de su bombo cuando estallaron en un espontáneo cántico. Overland, por su parte, fue una sonrisa constante a lo largo de toda la noche, disfrutando sobre el escenario y llevando al público por donde quería.

Gran noche de hard melódico que finalizó con “Other Side of Midnight”, la sala cantando y el grupo codeándose con los fans nada más bajar del escenario aún empapados en sudor. Como tiene que ser.