Adolfo Cabrales siempre nos ha vendido FITO Y FITIPALDIS como un proyecto al que le dio continuación tras la disolución de los añorados PLATERO Y TU. Miren por donde, dicho proyecto en el que daba rienda a otros estilos de su gusto como el rockabilly, el jazz, el swing o el rythm & blues, fue cogiendo forma a la misma velocidad que su éxito, hasta llegar a convertirse en una de las figuras más populares de la escena estatal. En todos los estilos y para todos los públicos. Dejémoslo ahí, pues ya sabemos que las malas lenguas opinan que fue una bajada de pantalones en toda regla, ante la comodidad que brinda la industria discográfica al nivel mainstream. Y algunas buenas lenguas también opinan lo mismo, hemos de admitir. Sea como sea, casi quince años después de su disco debut (y casi cuatro desde su último lanzamiento), anunciaron una gira de teatros y auditorios por el país, recalando una de sus fechas en esta 33 edición del Festival de la Guitarra de Córdoba.

Puede que fuera un poco descolocado, pero cuando uno asiste a una gira de teatros, no tiene en mente de forma forzada  encontrarse  ante un formato semiacústico con versiones más relajadas de canciones que el público desea vociferar y brincar en cada estribillo. Aunque encontrarse con todo el teatro La Axerquía asediado por sillas para que las 3500 personas que cubrían toda su capacidad se mantuvieran sentadas, no ayuda a evitar arrugar el entrecejo.

Salió el señor Cabrales. Solo, y con guitarra en mano. Y comenzó a entonar “Por la boca vive el pez”. El público se volvió loco, pero él seguía frío. Con la salida de la banda al completo comenzó a templarse el ambiente. En escena y entre el público. Cada bando en dirección contraria. Y es que por momentos parecía que eran dos conciertos distintos. El que ofrecía la banda, y el que deseaba sus seguidores. “Sobra la luz” marcó la temperatura de lo que iban a exponer, y los asistentes comenzaron a equilibrar sus sensaciones y expectativas al discurso musical que traían para esta gira de teatros. “Me equivocaría otra vez” arrancó algún que otro impulso en las primeras filas, pero la banda seguía a su ritmo tenue con “Cerca de las vías”.

 Con “A la luna se le vez el ombligo” (muy acorde a este formato) sí que se vivió uno de los mejores momentos de la noche y, ahora sí, con la versión de Los Secretos “Quiero beber hasta perder el control”, aquello comenzó a tomar tintes de un concierto de rock and roll. Algo que siguió con “Como pollo sin cabeza”. Les costó arrancar y a los asistentes seguirles, pero poco a poco, ambas partes se fueron uniendo. “214 Sullivan Street”, “¡Qué divertido!” o la inesperada “El Funeral” sirvió para reforzar esa comunión y para que los grandes músicos que acompañan a Fito Cabrales sobre el escenario (Carlos Raya, Javier Alzola, Daniel Griffin, Alejandro “Boli” Climent y Joserra Senperena) tuvieran su parte de lucidez y protagonismo. Mención especial a Carlos Raya (¡qué decir a estas alturas de este hombre!), que ofreció un recital de clase al alcance de muy pocos.

Pero solo fue un momento fugaz. “Que me arrastre el viento” nos devolvió a ese momento de tibieza inicial. Gran interpretación, pero quizás demasiada arrastrada y lánguida para el momento. “Me acordé de ti” volvió a remover a los asistentes  y “El Ojo que me mira” y la rockabilly “Esta Noche”, los levantó de la zozobra de este ecuador de concierto lleno de luces y sombras. Pero lo que se dice levantar, levantar, no lo hicieron de forma unánime hasta que interpretaron “La Casa por el Tejado” antes del primer descanso adiós fingido. Quien tuvo, retuvo. Nunca hay que olvidarlo. La propia banda se percató de ello, y Fito no pudo evitar soltar un “por fin el recibimiento que merecíamos”.

Al ritmo de “A Mil kilómetros” (se nota que la banda ha sacado a lucir temas muy olvidados para la ocasión) comenzaron el primer bis, seguido por “Para Toda la Vida” y otro hits en su carrera, “Antes de que cuenta diez”. Ahí ya estaba el público caliente. Muy caliente. Con muchísimas ganas de absorber el concierto. El caso es que estaba a punto de terminar.

El último bis se inició con el único recuerdo de PLATERO Y TU de la noche, “Al Cantar”. Inolvidable tema con su líder solo sobre la tarima, que sus seguidores agradecimos de todo corazón y en el que no fueron pocos los que se dejaron la garganta. Muy acompañada de cuerdas – con contrabajo como en otras ocasiones durante el show, y con violín por Carlos Raya (¿hay algún instrumento que no maneje?)- hicieron una muy buena interpretación de “Soldadito marinero”. También de las más esperadas de la noche, sin duda. Y como colofón final, “Acabo de llegar”. Y nunca mejor dicho, porque ahí es donde el concierto terminó, pero ese empuje final, más por el público que por la propia banda, invitaba a que durara más con esa misma intensidad. A que empezara de nuevo, si se pudiera haber elegido. Pero no; ahí quedo todo. Nos dejaron a medias. Por mucho contenido que tuviera su discurso.

Se agradece las modificaciones a la hora de salir de gira y ofrecer algo distinto, pero en muchas ocasiones no termina resultando caballo ganador. Aunque siempre los habrá que piensen que Fito y su banda orinan colonia. Y que por supuesto, nunca se les puede reprochar nada. Cosas del mainstream.

Cerraron FITO Y FITIPALDIS esta edición del Festival de la Guitarra con otro incremento consecutivo en su asistencia que augura un futuro más que prometedor. ¿Nos vemos en 2014? Si hay algún artista o banda que sea de nuestro agrado, allí estaremos. Y visto lo visto en sus últimas ediciones, seguro que así será.

Texto y Fotos: Satur Romero (satur@themetalcircus.com)

Promotor:Rif Raf Producciones

Asistentes:3500

Día:13/07/2013

Sala:Teatro La Axerquia - Festival de la Guitarra de Córdoba

Ciudad:Córdoba

Puntuación:6