FITO & FITIPALDIS

Tercera noche en cuatro días en la cual el Sr.Fito Cabrales, siempre bien acompañado de los Fitipaldis, hacía gala de su incombustible buen hacer encima de un escenario.

A estas alturas nadie puede hablar de Fito&Fitipaldis como el nuevo proyecto de Fito, son tres discos los publicados en el mercado y tampoco se puede tachar al Sr.Cabrales de “haberse vendido”, pues ya han sido varias las veces que ha demostrado que hace lo que se le antoja. El ojo que me mira es el epílogo perfecto a toda esa polémica que muchos fans de los de Bilbao no han sabido asumir aún.

Me perdí las dos primeras actuaciones en Barcelona, y yo, todo iluso, pensaba que la tercera, la que nos atañe, iba a ser la más tranquila, con menos público y con una banda más relajada. No obstante los Fitipaldis acabaron llenando las tres noches en la Sala Razzmatazz 2, y no mucha gente puede alardear de ese beneplácito.

Esta vez tampoco había presencia de unos teloneros, cosa que últimamente, al menos en el panorama nacional, viene siendo demasiado habitual, y es toda una lástima, ya que ese es la base principal que da vida a nuevas bandas.

A las 21:35 salían a escena toda la banda para empezar de una manera poco habitual, con una versión aparecida en su primer álbum de Enrique Urquijo (Los Secretos), nada más y nada menos que Quiero Beber Hasta Perder EL Control, para calentar motores, era poco la gente que entonaba el tema, todo lo contrario que con la segunda canción de la noche La Casa Por El Tejado, tema de apertura de su último y menos afortunado disco, no en ventas (todo lo contrario) pero si quizás en cuanto a composición, variedad y revolución.

En tres discos, más en unos que en otros, Fito ha demostrado su buen hacer con toda clase se temas que tocan la segunda piel del respetable, y de ahí su apabullante éxito. Esto, aparte de en ventas, también se traduce en poder hacer unos shows variados y poder mover sin ningún tipo de problema el orden de las canciones, porque todas son las favoritas.

Así Trozos De Cristal, tema con el que solía acabar la gira de Los Sueños Locos, es el tercer plato de esta noche, y poco hay que decir de la reacción del público ante tal estribillo.

Y antes de celebrar con un brindis los tres llenazos absolutos, la banda interpretó las dos mejores composiciones de sus dos últimos álbumes, al menos para un servidor, El Ojo Que Me Mira y Al Mar. Uno dedicado, como decíamos antes, a todo ese rebaño que no comprende el cambio de monte, y el segundo a una autoconfirmación de que en la vida existen más cosas aparte de vender discos.

Después de una noche en la barra de cualquier club de alterne bebiendo unos whiskys con los Fitipaldis nos llegó el mejor castigo que podíamos merecer, con las acústicas echadas al hombre y un poco de buena improvisación, se asomó la luna para darnos la bienvenida a su noche… y es que se nota que este tema ha sido clave en la carrera de los Fitipaldis, incluso recordamos su ombligo en la versión que han hecho para los Barricada Callejón sin salida.

Cerca De Las Vías fue el siguiente tema en el cual el público hizo la mayor parte de las voces. ¡Qué Divertido! Fue el previo a la primera instrumental de la noche, Vamonó, perdón, ¿he dicho instrumental? ¿Acaso nos olvidamos que hablamos del exlíder de los Platero? Para nada, Fito no ha perdido las buenas costumbres de no interpretar los temas en directo clavados a sus versiones de estudio, y esto es algo de agradecer, igual que con el tema A La Luna Se Le Ve El Ombligo nos regalo una intro con este tema Fito se sacó una letra de la manga y sinceramente, la canción en si mejoro muchísimo, a ver si se animan a editar un disco en directo en breve (de buena tinta sé que se trabaja en ello).

Con el tema Ojos De Serpiente llegó la sorpresa de la noche, Fito invitó a que alguien del público se atreviera a tocar su guitarra en una imprevista Jam Session, al parecer al chico que subió se le daba más bien tocarse “los bajos” que la guitarra, por lo que quedo en un intento frustrado cualquier Jam posible.

Rojitas Las Orejas y Whisky Barato servían de antesala al primer y único bis de la noche.

Cuando un artista hace un disco soy de los que piensan que ha de hacer lo que él realmente quiere y le apetece y para nada depender del público. Fito es de esa clase de compositores, pero el directo es otra historia, ahí te has de deber enteramente al público y creo que se han equivocado con el final de actuación. Me consta que las dos noches anteriores pasó lo mismo, y es que la elección de los temas para el bis final no es para nada acertada. Lo digo porque atacar con Sevilla De Bilbao junto Alegría, para después seguir con Para Toda La Vida (la única salvable) y las tediosas Soldadito Marinero y No Tengo Nada Que Decir es algo que baja de 100 a 0 el ritmo de concierto tan bueno que se llevaba, pero en fin, no creo que nadie pueda decir a Fito & Fitipaldis lo que han de hacer ni lo que han de tocar, su mayor preocupación es pasárselo bien encima de un escenario sin depender de nada ni, sobretodo, de nadie.