Sin lugar a dudas, ver a un artista con semejante currículum afrontar los conciertos con tantas ganas después de años y años no tiene precio. Fish en directo es pura diversión y sentimiento, y esperamos poder verlo en alguna ocasión más antes de una retirada que, según él mismo, cada vez está más cerca.

Demasiado tiempo había pasado desde la última visita de Fish a las salas españolas, y es que no sólo el periodo de inactividad del cantante ha afectado a esta tardanza, sino que además el año pasado tuvimos que ver cómo los conciertos planeados para Barcelona y Madrid se cancelaban inevitablemente por motivos de salud. Su actuación de una hora en el festival Be Prog! My Friend nos supo a poco (crónica aquí), pero Derek estaba muy convencido de que nada le iba a impedir brindarnos un show como merecíamos en algún momento u otro.

Así pues, prometiendo un repertorio de dos horas y como artista único del cartel, Fish reunió a una buena cantidad de acólitos, viejos y nuevos (aunque la balanza se decantase por los primeros), en la sala 2 de Apolo. Presentando ese excelente «A Feast of Consequences» que reinauguró su carrera tras un parón y que probablemente sea uno de sus mejores álbumes en solitario, el entrañable escocés nos hizo disfrutar con la magia que sólo una leyenda como él puede poseer.

La tónica de la velada fue ligera y amena, especialmente durante los primeros temas, donde dedicó sendos minutos entre canción y canción a hacernos reír con algunas anécdotas y chascarrillos. Desde luego, si algo se puede decir de él, es que nunca va a perder el buen humor. «Perfume River» era la elegida para despegar, mientras que el tema título de su último trabajo indagaba en su vena más rockera para recordarnos cómo conserva cierta garra. Tras la mencionada, tocaba comparar la actualidad de Cataluña con la de su tierra natal mientras nos decía «¡Conseguimos que nos consulten y decimos que no! ¡Increíble!», arrancando sonrisas entre los asistentes.

Algo que sorprendentemente tampoco ha perdido es la voz. De acuerdo, evidentemente no está en su momento cumbre, pero si tenemos en cuenta que ha sido operado y que ha pasado años sin poder llevar un ritmo normal a nivel musical, es simplemente increíble ver cómo consigue mantener esa voz tan característica que tan sólo flaquea por intensidad de vez en cuando. «Manchmal» y «Arc of the Curve» nos llevaban a «13th Star», siendo esta segunda uno de los mejores momentos por su emotividad y brillante estribillo. Cuando le tocaba limpiarse las gafas nos decía «Vaya, sin ellas puestas esto no es Apolo, sino el Camp Nou», e incluso se permitió avergonzar ligeramente a su hija, quien estaba en el puesto de merchandising, con una de esas anécdotas de infancia que nos hacen sonrojar.

Las risas cesaron en el prólogo a la suite de «High Wood», compuesta por cinco movimientos, momento que llegó a nuestros corazones con Derek explicándonos exhaustivamente la historia familiar vinculada con la Primera Guerra Mundial de la que hablaba esta composición. Treinta minutos y muchos aplausos después arrancaría con el primer tema de Marillion de la noche, «Slainte Mhath». De su debut en solitario dispararía la movida «Big Wedge» y una «Vigil» que cantaría entre el público para sentir el calor de sus seguidores, mientras que el set principal se cerró con la inmortal «Heart of Lothian».

«Incubus» no pudo faltar para el primer bis, con las correspondientes imágenes de Nosferatu en la pantalla, mientras que los interminables aplausos hicieron que el escocés saltase al escenario una última vez para regalarnos la folclórica «The Company». Sin lugar a dudas, ver a un artista con semejante currículum afrontar los conciertos con tantas ganas después de años y años no tiene precio. Fish en directo es pura diversión y sentimiento, y esperamos poder verlo en alguna ocasión más antes de una retirada que, según él mismo, cada vez está más cerca.

Promotor:Madness Live

Día:2014-02-16

Hora:20:30

Sala:Apolo 2

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8