Tras una serie de sucesos rocambolescos, la comitiva de The Metal Circus puso rumbo hacia la localidad periférica de Leganés donde arrancaba esa misma tarde una nueva edición de Festimad Sur. Nuevo emplazamiento, nuevo espacio de organización y ningún problema en accesos o en cualquier otro punto organizativo. La verdad es que no hay nada que objetar en este aspecto, ya que el Estadio de Butarque reúne las condiciones idóneas para la celebración de conciertos de esta duración.

El cielo nublado se alió con los asistentes que nos dimos allí cita a primera hora de la tarde. El ambiente en los primeros compases del festival fue algo frío, con poca afluencia de gente, pero con más y más personas entrando en el recinto a cuentagotas.

La panorámica desde el graderío del estadio permitía ver todo el despliegue habilitado para la ocasión. Ocupando todo el perímetro del campo de fútbol se colocaron amplias barras de bebida, los clásicos puestos de bocadillos y similares, y algunos puestos de merchandising, stands de información y concienciación social y una llamativa carpa de cierta marca de refrescos con divertimentos varios. Pero la cosa no se acaba allí. En los pasillos laterales también se podía adquirir pizza, que sin duda alguna, fue uno de los mayores reclamos a la hora del hambre.

Tras la sesión de reconocimiento, comprobamos que el sonido experimentaría diferentes fases con el transcurso de la noche. Por obligaciones e impedimento de horario nos fue imposible ver a las dos primeras bandas del cartel, que tuvieron que lidiar con la difícil tarea de abrir un evento de esta magnitud en un estadio para unas 12.000 personas prácticamente vacío y que encima contaba con un gran separador de vallas en forma de cruz ocupando gran parte del terreno de juego. Una medida de seguridad correcta, pero que quita cierto encanto frente al escenario.

En cualquier caso, ENEMY OF MYSELF estaban ya descargando sobre el amplio escenario de Festimad Sur cuando finalmente pudimos acceder al estadio. Ni que decir tiene que un sinfín de personas iban de un lado a otro controlando hasta el más mínimo detalle de las actuaciones, servicios y seguridad. Todo un ejército humano, vamos.

La banda madrileña conjuga el sonido agresivo de última tendencia, con los riffs más característicamente metálicos. Buena apuesta, sonido aceptable y una descarga de adrenalina importante la que nos ofrecieron estos chicos.

Las actuaciones llevaban un ligero retraso que posteriormente se reduciría a base de acortar los set lists en algunos casos, o simplemente en apresurar el inicio de las mismas, en otros.

ANATHEMA serían los siguientes en saltar al escenario y aquí el factor público jugó a su favor. Desde luego que los británicos eran la primera banda importante del festival, y pese a la hora temprana asignada – finalmente comenzaron el show a eso de las 7 de la tarde – sus fans se dieron prisa en entrar al campo de fútbol para disfrutar una vez más con la banda de los hermanos Cavanagh. Pocas sorpresas en el horizonte y actuación tipo para este clase de festivales. El set list que vienen haciendo en las salas en las que gozan de un concierto completo se vio visiblemente reducido y algunos de sus temas se quedaron fuera pese a la petición del público. La banda funciona casi por impulsos y cada cual tiene perfectamente aprendido su papel. Danny, pese a ser un músico que siempre se ha caracterizado por su faceta seria, se mostró algo más cercano a la gente. Al final el cambio de estilo de la banda va a conllevar cambios en otros aspectos también…

Por lo demás, Vincent optó por la comunicación directa y un ritmo alto de interpretación de temas. Este hombre tiene madera de front man, en una versión amable, eso sí, pero que engancha y gusta.

El sonido tuvo ciertos problemas que ensombrecieron algunos temas. En cuanto a la actuación en sí, cualquiera que hubiese visto sus últimos conciertos en España con Porcupinee Tree o en Atarfe recordaría casi a la perfección el desarrollo de unos shows que obviamente deberán cambiar próximamente, a riesgo de caer en la repetición en cualquier otro caso.

“Fragile Dreams” abrió la traca y todas las miradas se centraron en la camiseta del álbum “Alternative 4” que lucía Danny. Al final, no cayó nada parecido a lo que pudiera haber sido una actuación del pasado y el vocoder de “Closer” fue lo siguiente en sonar en Leganés. Sin casi tiempo para recuperarnos fueron cayendo temas como “Deep”, uno de los nuevos temas que previsiblemente tendrán cabida en su próximo disco y que sonó ciertamente etéreo con cierta subida en el tramo final, “Empty”, la presentada como una canción de esperanza “Hope” o el “One Last Goodybye” que Vincent hizo que el público reclamara. Hubo tiempo también para la colaboración de Lee, que parece que a partir de ahora acompañará a la banda pese a su fugaz aparición en “A Natural Disaster”.

Posteriormente, el ya clásico medley con el final de “Judgement” y el enlace con “Panic” y el evocador “Flying” fueron lo siguiente en llegar. Sobre el papel ANATHEMA debía interpretar “Sleepless” como parte de los bises. Nada más lejos de la realidad. El recorte en el set hizo que “Comfortably Numb” pusiera el punto y final a una actuación buena, pero sin grandes puntos llamativos.

De nuevo un parón y un ir y venir de técnicos y pipas y con la luz desapareciendo tras la nubes llegaba el momento de cambiar de tercio y volver a la potencia de los norteamericanos DEVIL DRIVER. Probablemente los fans de COAL CHAMBER no hayan visto con malos ojos la incursión de Dez Fafara en los terrenos más potentes con otra banda como la que nos ocupa en esta ocasión. El estereotipo de banda californiana de metal de nuevo cuño y sonido pesado tiene en DEVIL DRIVER un buen representante. Las guitarras son graves, el sonido es directo y el metal que facturan está a medio camino entre las bandas de Thrash/Death americano del último lustro y el nu metal contemporáneo. El fallo: la linealidad. Los temas siguen estructuras muy parecidas y salvo en algunas canciones de “The Last Kind Words”.

Los californianos recordaron eso sí, cumplen con su papel y con la responsabilidad de tener tras de sí el apoyo de un sello como Roadrunner. El ultra tatuado Dez recordó en gestos y actitud al Phil Anselmo que lideró PANTERA durante tantos años y del que todavía tenemos recuerdos descargando en el antiguo Pabellón del Real Madrid hace algunos años.

Como puntos anecdóticos, los dos circle pit que se montaron simultáneamente en el tramo final de la actuación y el chaleco de cuero de Dez con un gran parche en la espalda de la bandera americana.

La espera en esta ocasión se hizo ciertamente larga y es que los siguientes en el cartel eran ni más ni menos que SLAYER, la banda por la que muchos se desplazaron en exclusiva hasta Leganés. Como buenos cabezas de cartel, se hicieron de rogar, pero cualquier pequeño aspecto negativo quedó compensado con la actuación de los también californianos. Menuda tralla y menudo empaque la de la banda de Dave Lombardo, Toma Araya & cía.

Cierto es que los años no pasan en balde para nadie, y el vocalista y bajista de la banda ando algo cascado en algunos aspectos. Pero en cualquier caso, ya quisieran muchos alcanzar el nivel de una banda que perdura en la primera línea del Thrash metal americano desde hace casi dos décadas. Ya seas fan o no de la banda, la actuación puede decirse que fue sublime.

Con un set list que dejó caer los clásicos principales de la formación y algún tema de “Christ Illusion” como “Jihad”, lema que aparecía sobre impresionado en el telón con la comprometida portada del último álbum de la banda, SLAYER fueron como una apisonadora a pleno rendimiento. La afluencia de gente en aquel momento había crecido en el recinto lejos, eso sí, de llenar por completo el césped bastante castigado del estadio.

“Disciple”, “War Ensemble”, “Jihad”, “Die by the Sword”, “Show no Mercy” fueron cayendo sin pausa y con un sonido que en la parte algo más alejada del escenario era considerablemente mejor que en el la zona cercana a la valla de contención.

Ni siquiera unas tímidas gotas empañaron el espectáculo. La noche ya era cerrada y un llamativo juego de luces con flashes, cegadoras y demás hacía si cabe más vistoso el show. Tras “Captor Of Sin”, Araya presentó “Cult” y la traca de temas siguió sin pausa hasta el desenlace con “Angel of Death”.

Todo un concierto de una banda que demostró por qué estaba colocada en el lugar más alto del cartel.

La noche sin embargo no acaba allí, y es que MIGRAINE serían los últimos en cerrar la velada. Difícil papeleta ya que muchos de los asistentes abandonaron el recinto tras la descarga de los americanos. Aún así, los madrileños repartieron caña a los que se resistían a cerrar la jornada a una hora a priori temprana como las 12 de la noche. La agresividad y la energía fueron las apuestas fundamentales de la banda que pese a todo, siempre tendrá en su haber esta participación en un festival del nivel de Festimad Sur.

Texto y Fotos: The Metal Circus

Promotor:Festimad Sur

Asistentes:4000

Día:08/06/2007

Hora:15:00

Sala:Estadio Butarque

Ciudad:Leganés (Madrid)

Festival:1

Puntuación:8