Pocas veces una banda tan pequeña ha conseguido algo tan grande. Y que nadie malinterprete mis palabras, porque esto es un piropo en toda regla, y porque el término “pequeño” es el mismo que se aplicó a David cuando se merendó a Goliath, o al Leicester, que ha ganado con jugadores que venían de 5ª división, la todopoderosa premiere league. Porque “pequeño”, a veces significa mágico.

Pocas veces una banda tan pequeña ha conseguido algo tan grande. Y que nadie malinterprete mis palabras, porque esto es un piropo en toda regla, y porque el término “pequeño” es el mismo que se aplicó a David cuando se merendó a Goliath, o al Leicester, que ha ganado con jugadores que venían de 5ª división, la todopoderosa premiere league. Porque “pequeño”, a veces significa mágico. Significa pelea, coraje, creer a ciegas en lo que uno hace aunque sea el único,  combatir contra viento y marea, no rendirse. Toundra son (y espero que sean, porque el tamaño no se mide en miles de espectadores) una banda “pequeña” que luce su grandeza y su inmensidad a través de sus raíces, de su Malasaña natal, de su local de ensayo, de sus gritos sin micrófono, de su orquesta dirigida en pantalón vaquero, de su postrock mastodóntico cargado de melodías que revuelven cerebros de espectadores. Y por todas estas cosas, Toundra tocaron en el Barclays Center de Madrid con un éxito rotundo. Un local reservados para Alejandros y Malus, para Melendis y Muses, para músicos “grandes” con toda la pequeñez que este término implica. Era necesario por tanto, tirarlo abajo. Y Toundra lo hicieron.

Abrían la noche Viva Belgrado con poca gente aún, pero con ese clima de las grandes noches. Al igual que los anfitriones, derrocharon intensidad aunque quizás les faltaron tablas. Aún así, su propuesta es interesante y visto lo visto, quien sabe dónde está el techo.

Los siguientes en saltar al ruedo fueron Jardin de La Croix. Sus composiciones, complejas, apostando más por la progresión que por la melodía, enganchan al principio pero no son de digestión fácil. Su densidad provocó caras de sorpresa y alguna que otra huida al bar en primera instancia, si bien su propuesta subió de intensidad a medida que avanzó el set, con un final apoteósico. Probablemente les falte cercanía para llegar más, aunque la calidad de su propuesta y ejecución sea sobresaliente.

Turno para Alcest, única banda foránea y probablemente la que menos encajaba en el show. Su poderío compositivo contrasta, sus melodías, su compleja ambientación sonora se diluyen en un directo frío, distante, incapaz de conectar con un público que ya solo espera a los protagonistas de la noche. Una gran banda un poco fuera de lugar, un extraño en una fiesta que estaba a punto de comenzar y que nadie sabía muy bien por qué le han invitado. Aún así y con estas trabas, defendieron su set con dignidad dejan las puertas abiertas para su próxima visita.

Y por fin llega el momento de Toundra. Ese momento. Tan esperado, tan inaudito. Ese momento en que las luces de Barclays se apagan y la orquesta toma posiciones para iniciar el show. Ese momento en que la comunión entre banda y público (que se siente orgulloso de los suyos, de sus compañeros de clase, de curro, de bar o de lo que sea, que ahora llenan el escenario) se hace real y ya no termina en lo que queda de noche.

Da igual el tema que suene. Todos encajan. Quizás, y puestos a reducir artificio, los temás sin orquesta suenan más puros, más crudos. Suenan más a Toundra, a garaje y a local de ensayo multiplicado por millones. Más a ellos mismos y por tanto sintonizan más con la audiencia. “Zanzibar” o “Vizancio” por ejemplo. Esencia de Toundra en vena para el público madrileño que se quedó con ganas de más. ¿Dónde estará el techo de esta banda? Nadie lo sabe.

Toca hacer un aparte para poner el punto negativo de la noche, muy a nuestro pesar. Y es que el sonido no estuvo a la altura durante la mayor parte de la velada. Con Toundra mejoró algo, pero fue la única mota de polvo en una tarde mágica. Aún así, no hay por qué preocuparse. Un sonido bueno se puede conseguir relativamente fácil. Lo que han hecho Toundra no. Y eso es una Victoria.

Texto: Fran Domingo / Fotos: Javier Bragado

Día:2016-04-30

Hora:20:00

Sala:Barclays Center

Ciudad:Madrid

Puntuación:9